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El Elemento Agua : La Fuente de la Pureza

Muchos compartimos la opinión de Tales de Mileto, el primero y más famoso de los siete sabios griegos, de que el agua es el principio de todas las cosas, el elemento básico del que está compuesto el Universo. Lo encontramos en la sopa primigenia que dió origen a la vida en este planeta, en el vientre de nuestra madre, en el interior de nuestro cuerpo y en nuestros alimentos. Lo observamos en los mares, los ríos, las cascadas y los lagos. Lo vemos en la lluvia y el rocío. Lo intuímos en el vapor, la niebla, el hielo, el granizo y la nieve. Lo adivinamos en los lejanos glaciares y en las nubes que surcan el cielo.

Sin embargo, la amenaza de la sed nos atenaza. Según los expertos, sólo el 3% del agua que existe en el mundo no es salada y , de esta menos del 1% es accesible para el consumo humano. El resto del agua potable del planeta se encuentra bloqueada en los casquetes polares, en los glaciares, bajo tierra o contaminada, así que no está demás que desarrollemos nuestra conciencia del inmenso regalo que supone tener un grifo con agua pura en casa. Agua, por todas partes agua, y ni una gota que beber, leo en el poema “La balada del viejo marinero” de Samuel Taylor Goleridge, y mientras lo hago, siento la desesperación de unos hombres condenados a morir en un barco a la deriva en un mar en calma.

La falta de agua domina la vida de muchas personas, sobre todo en África. Para los Mandinga de Sierra Leona, el agua es la fuente de toda vida pero creen que pierde su poder con el uso, así que consideran que la estación seca es la formas que tiene Dios de quitarles el agua vieja. No obstante, ansían el regreso de la lluvia, y , por ello, el día que vuelve a caer agua del cielo están sumamente importante que marca el inicio del Año Nuevo. En cuanto se oyen las primeras gotas los hombres corren a buscan cubos y las mujeres y los niños se reúnen en el centro de la aldea a cantar y bailar acompañados del sonido de las flautas y los tamborileos.

A continuación, van todos juntos al río a cargar agua y cortar hojas de palma con las que salpicarse entre sí y mojar hasta el últimos rincón del pueblo, llenos de alegría porque el agua ha vuelto.

El agua se considera un elemento purificador en muchas religiones del mundo. Según el Islam, las cinco oraciones del día no pueden llevarse a cabo hasta haberse lavado bien la cara, los pies y las manos. El Bautismo de los cristianos y el amrit sanchar de los Sij son ceremonias muy diferentes que, no obstante, tienen en común la forma en la que se usa el agua para limpiar no sólo el cuerpo sino también el alma. Y los judíos hacen el uso de la mikve en multitud de ocasiones grandes y pequeñas. Para ellos , es un lugar esencial tanto en las ceremonias de conversión como en los funerales, pero también bendicen en la mikve las ollas, los platos y todo tipo de utensilios antes de ser empleados por primera vez en la cocina.

Los hombres deben bañarse en ella el día de su boda y también antes del Yom Kippur, el día más santo de su calendario de celebraciones. Muchos hombres de la tradición jasídica suelen ir a la mikve todos los viernes y en las principales fiestas, y algunos pueden llegar a sumergirse en ella cada día, antes de la oración de la mañana, pero aunque es cierto que bañarse en el estanque es fundamental para los hombres, no se puede olvidar el papel que juega en la purificación de la mujer. Según las costumbres del judaísmo ortodoxo, cuando una mujer se sumerge en la mikve, en realidad está entrando en el reino de lo divino, ya que las aguas que la llenan provienen directamente del cielo. Por este motivo, las mujeres deben darse un baño en ella antes de contraer matrimonio, después del parto y, cada mes, siete días después de haber terminado la menstruación. Es tal la importancia que tiene la mikve en la vida de los judíos que, según su tradición, un grupo de familias no logra la categoría de comunidad hasta que ha terminado de construir la suya.

Muchas culturas consideran que el agua es, además de una fuente de vida, el camino por el que las almas se marchan hacia nuevos destinos. En el caso de los hindúes, para quienes el ciclo de vida , muerte y renacimiento no puede proseguir mientras las cenizas de los muertos no hayan tocado las aguas de su río sagrado. También el de los haitianos, quienes creen que uno de los aspectos del alma de una persona, el ti bon ange ( el pequeño buen ángel ) se sumerge bajo las aguas tras su fallecimiento. Allí reposa durante un año y un día, hasta que se celebra un ritual que permite recuperar el ti bon ange y colocarlo en una pequeña vasija de barro que se almacena en el interior del santuario.

En la amazonia colombiana, la relación del agua y los muertos es tan intensa que condiciona el lugar donde se construyen las casas : como los indios del Vaupés entierran a sus familiares fallecidos bajo el suelo de la casa comunal y creen que sus espíritus se desplazan por el río, levantan sus cabañas comunales junto a la orilla. Esta ubicación facilita la partida y los ayuda en su renacimiento.

Las ofrendas del agua son muy comunes en muchos lugares del mundo. Durante el festival umi No Hi, los japoneses le agradecen al océano la generosidad con la que comparte con ellos las riquezas de sus recursos. Y en Brasil, los seguidores de las religiones de origen africano como el candomblé y la umbanda, honran al mar porque para ellos es el hogar de Jemanjá, la reina de los océanos, la patrona de los pescadores y el principio femenino de la creación. Esta diosa es tan adorada que, en las vísperas de año nuevo, las playas de Río de Janeiro son invadidas por miles de cariocas vestidos con los colores del océano que bailan, cantan, encienden velas y lanzan flores al mar para pedirle a la madre de las aguas buena fortuna en el año que comienza.

Pero es en Salvador de Bahía, una de las ciudades más bonitas de Brasil, donde Jemanjá es venerada con mayor alegría. Cada 2 de febrero, miles de personas se levantan al alba, se visten de azul y blanco y se dirigen hacia el pequeño santuario de la diosa en el barrio de Río Vermelho. Van cargadas con cestas repletas de flores, telas, espejos, jabones, abanicos, perfumes, joyas, coronas y peines, pero también llevan anclas, remos, timones, estrellas y caracoles marinos, además de otros objetos que también le gustan a Jemanjá. Allí, los entregan a los pescadores que esperan con sus barcas en la arena, quienes recogen las ofrendas, las suben a bordo y se hacen al mar. Luego esperan en la playa hasta que los cestos son depositados sobre las olas deseosas de ver si la diosa acepta los regalos y se los lleva con ella bajo las aguas. No obstante, de todas las celebraciones del agua que conozco, me quedo con el Songkran, una fiesta que me encanta por la forma tan bella y divertida con que los tailandeses toman conciencia de que el agua es la fuente de la vida.

El agua es tan reverenciada en Tailandia que es la protagonista absoluta de la fiesta de Songkran, su celebración de Año Nuevo. La festividad cae al final de la estación seca y coincide con la época en que los agricultores han terminado de cosechar los frutos de su trabajo justo antes de que empiece la temporada de lluvias y todo el mundo tiene tantas ganas de divertirse que la celebración se extiende durante tres días , del 13 al 15 de abril.

El Festival de Songkran empieza de una manera similar al Chunjié chino. Con una limpieza general de las casas y los pueblos, pero incluye también el lavado ritual de las estatuas de Buda, tanto en los altares personales como en los monasterios. Para ello, mezclan agua con flores o esencias naturales y las vierten delicadamente sobre la cabeza de las imágenes sagradas. En algunos lugares del país llegan a sacar las esculturas de los templos y las pasean en procesiones callejeras para que todo el mundo pueda lanzarles agua, un gesto con el que esperan atraer la longevidad, la felicidad y la buena suerte.

Cuando han terminado de presentar sus respetos a Buda, los tailandeses siguen compartiendo la fuente de vida con todo el mundo e inician una divertida guerra de agua que es más que bienvenida si se tiene en cuenta que, en esta zona de Asia, abril es el mes más caluroso. Antiguamente, el agua se recogía en copas y cuencos y se arrojaba con cuidado, pero en la actualidad la costumbre ha evolucionado y se utilizan pistolas de agua, mangueras, cubos y todo tipo de recipientes e instrumentos, con lo cual no hay manera de evitar quedar completamente empapado: sólo se salvan los monjes, los ancianos, las embrazadas y las mujeres que llevan bebés en brazos. Es común que los elefantes que asisten a la fiesta se añadan a ella y terminen duchando a la gente con el agua que expulsan a través de sus trompas.

A los tailandeses, el agua les permite lavar los errores del año anterior, pero los usos de este elemento durante la fiesta de Songkran no se limitan a esta purificación simbólica. Muchas personas aprovechan estos días para demostrar gratitud y respeto a sus abuelos virtiéndoles agua perfumada en las manos, los hombros y la espalda, lavándoles ritualmente el pelo o incluso bañándolos de cuerpo entero. Y para evidenciar el derecho a la libertad de todos los seres vivos, se dirigen a los mares, los lagos y lo ríos, y sueltan peces, cangrejos, águilas y tortugas mientras recitan una oración en la que dicen : ” Te libero una vez ; me liberas diez veces “. Según parece esta actividad tiene su origen en la antigua costumbre de rescatar a los animales retenidos en los ríos y en los estanques durante la estación seca para cuidarlos en las casas hasta que las lluvias hubiesen restaurado su hábitat, y , aunque hoy en día la mayoría de los animales son comprados en los mercados, el ritual se sigue realizando. Muchos lo aprovechan para simbolizar su defensa de la libertad personal, además de que mirar el flujo constante e infinito del agua les recuerda que nada en la vida es permanente.

Haz tuyo el Songkran

La fiesta más importante de Tailandia nos puede inspirar diferentes formas de apreciar y celebrar el poder que tiene el agua en nuestra vida. El Songkran, nos permite, por un lado, percibir su fuerza creadora sin la cual la vida es imposible ; también nos muestra sus cualidades purificadoras, ya que logra limpiar tanto lo físico como lo espiritual, pero sobre todo nos enseña su talento como maestra, puesto que cuando observamos su habilidad para adaptarse a las irregularidades del terreno sin ofrecer resistencia y su capacidad para erosionar una piedra a base de persistencia, entendemos que también nosotros podemos adaptarnos a las circunstancias de la vida con flexibilidad y que no por ello vamos a perder y ápice de nuestra fuerza.

Si quieres cultivar tu sensibilidad hacia el poder de este elemento, aquí tienes algunas ideas.

Actúa : Devuelve a la vida

El rescate de animales en los estanques secos que siguen haciendo tradicionalmente algunos tailandeses nos recuerda la importancia del agua para la supervivencia. Si queremos apreciar y honrar su cualidad como fuente de vida, debemos encontrar formas de revitalizar todo lo que nos rodea.

Preserva : Colecciona el agua

Una estrategia que seguimos en casa para que nuestros hijos entiendan el valor del agua es tratarla como una obra de arte que merece ser coleccionada. Así que a veces terminamos la fiesta del agua dando un paseo por la naturaleza e intentamos cultivar la capacidad de apreciarla prestando atención a los diferentes lugares donde se puede encontrar agua, en estas salidas llevamos pequeños recipientes y varias pipetas para poder tomar algunas muestras. Ya en casa, ponemos las aguas en tarros de cristal bonitos, las etiquetamos, añadimos un poco de sal para que no crezcan algas, algunas de las piedras del río o de las conchas marinas que estaban en el lugar en el que las recogimos y las colocamos en la estantería del salón donde siempre exhibimos nuestros tesoros.

El elemento agua, junto con los otros elementos es uno de los cuatro elementos de las cosmogonías tradicionales en occidente y está presente en todas las religiones y sus rituales, en la filosofía esotérica, en la alquimia y en la astrología. Se le atribuyen caracteres femeninos, pasivos y fecundantes. Su esencia demiúrgica presente en abundantes mitos tuvo especial desarrollo en Mesopotamia y en el océano primordial del antiguo Egipto.

El agua y el frío tienen relación con el riñón como órgano y la vejiga como víscera acoplada. Ciclo vital éxtasis. Sentido del oído y su órgano la oreja. Los tejidos son los huesos, dientes y pelo. Líquidos corporales, Yin humores Yor seminales y éxodo vaginal, Ye líquido sensorial ,cefalorraquídeo y secreción vagina. El Yin es el semen. La emoción es el ZHI o voluntad y determinación. Su perturbación el miedo, los celos y la inseguridad. La depresión es la autólisis y las fobias. Su expresión la sexualidad. Perturbación el gemido, nota musical Sol, sabor salado, olor pútrido y color negro o azul oscuro.

Relación entre la disposición de apertura y el elemento agua

Considera al agua : El agua limpia y refresca todas las criaturas sin distinción y sin juicio ; el agua, libre y sin miedo, profundiza. Bajo la superficie de las cosas el agua es fluida y sensible; el agua sigue a la ley libremente.

Corporalmente manifestamos nuestra apertura con los ojos sueltos, la mirada difusa, la respiración por la boca profunda hasta el abdomen, el tono muscular bajo, la disposición de ir hacia atrás, la dinámica de movimiento conducida y un sonido largo y suave.

Los estados de ánimo y emociones que se asocian a esta disposición son el amor, la ternura, la aceptación , la receptividad, la empatía, la paz, la depresión, el desánimo, la dependencia y el conformismo. Las personas que viven desde esta disposición, están muy conectadas a sus estados emocionales, se les dificulta el tomar distancia y observar desde una perpectiva global.

En cuanto a su conversación y soltura para la acción. es la disposición más adecuada para escuchar y comprender, para la posibilidad de abrir nuevos caminos y para permitirnos nuevas preguntas. El habla es suave, lenta y generamos silencios.

Cuando esta disposición está balanceada somos capaces de irradiar paz, cordialidad y confianza. En lado negativo, cuando la apertura es excesiva, es la necesidad de estar siempre para los demás, lo que esconde un deseo de reconocimiento y la dependencia de juicios positivos y simpatía de los otros. Esto nos lleva a no generar el espacio emocional para nosotros mismos, a olvidarnos de nuestras necesidades. Al presentar esta disposición en carencia, nos resulta imposible coordinar acciones con otros, escuchar, dialogar y conformar un equipo exitoso.

Espero hayan disfrutado y los espero el próximo domingo para seguir con el artículo restante del elemento agua.

Que tengan buena Semana !