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Relaciones

Este chakra está asociado con un amor maduro. Ya sabemos quiénes somos, aceptamos que somos adultos responsables y tenemos la capacidad para crear relaciones duraderas. Si usamos el poder de este centro ya podemos ir dentro de nuestro ser y determinar la raiz de nuestras emociones. Así, podemos comunicar nuestra experiencia personal a otros sin ser reactivos. También nos da el apoyo para guiarnos por nuestro Yo Superior antes de comunicar algo. En este centro debes sentirte cómodo con tu auténtico ser y expresarlo para atraer a alguien que también pueda hacerlo contigo.

Las Parejas Azules

Son parejas muy talentosas, viven en armonía con el mundo, son poéticas y entienden el poder de la palabra y el sonido. Estas parejas en su mayorías son creativas y tienen ideas brillantes.

Perciben la belleza y la sutileza en cada cosa y pueden sentirse incluso cuando no están juntos.

Se comunican a través de sentimientos más que por medio de pensamientos. Saben si deben estar juntos ya sea por un tiempo o para toda la vida, y honrar esa intuición del karma que tienen que cumplir juntos viviendo en el presente y sin expectativa.

¿Dónde se conoce esta pareja ?

En lugares donde se practiquen disciplinas espirituales, yoga, meditación. En convivencias o reuniones con personas que estén en tu mismo canal de desarrollo personal.

La motivación de esta pareja es vivir su relación desde la autenticidad, donde se compartan íntimamente mostrando su auténtico ser, ya sea en su gloria o en su pena. Les motiva entender a su pareja, tener empatía con ella y ayudarla a crecer espiritualmente.

Esta pareja da servicio al mundo como inspiradora, sanadora y maestra, o da mensajes simplemente compartiendo su propia transformación, que inspira a los demás a buscar un cambio y encontrar su propia voz.

Retos

Las parejas deben ejercer el control, ser honestas y no permitir que las emociones rijan su vida, ya que pueden interrumpir su conexión con el mundo etéreo. No pierden su tiempo en conversaciones sin sentido; son muy humildes.

En las relaciones puede ser que en la comunicación y tal vez no se expresan con autenticidad por miedo a no ser validados, lo que las hace ser deshonestas. Tienden a juzgar y a criticar a su compañero o creen saber más y toman el papel de terapeuta o maestro de su pareja. Estamos aquí para enseñarnos mutualmente, pero debemos recordar que la relación en pareja está basada en el arquetipo de los amantes, de tu energía femenina y masculina, no en la del padre- madre o maestro – alumno.

El sonido es el amplificador de las sensaciones; puedes usar lo para mover la energía a áreas específicas de tu cuerpo. Mientras más grave el sonido, baja hacia los primeros chakras, más agudo sube a los chakras altos. Experimenta con tu voz en el arte de hacer el amor y guía tu pareja con el sonido expresando lo que te gusta. Al principio podrás sentir un poco de vergüenza; déjala ir, el sonido será un apoyo increíble en tu vida sexual.

Bloqueos

El amor se halla encerrado en el interior del hombre: sólo hay que liberarlo. No se trata de producirlo: hay que descubrirlo. Sin embargo1 ¿con qué nos hemos cubierto, qué es lo que le impide salir?

El amor se halla en nuestro interior. El amor es nuestra naturaleza intrínseca. Es un completo error pedirle al hombre que dé amor. El problema no consiste en crear amor, sino en indagar y descubrir los motivos por los cuales no logra manifestarse. ¿Cuál es el obstáculo? ¿La dificultad? ¿Dónde está el dique que lo refrena? Si no existen barreras, el amor aparecerá. No es necesario persuadirle o guiarle. Cada hombre se hallará lleno de amor si no existen barreras de cultura errada o de tradiciones degradantes y dañinas. Nada puede sofocar al amor, el amor es inevitable. El amor es nuestra naturaleza.

El Ganges fluye desde los Himalayas. Su corriente de agua es fuerte y fluida. No solicita un pase de transeúnte, no le pregunta a un sacerdote por el camino hacia el océano. ¿Has visto alguna vez a un río en un cruce de caminos, solicitándole a un policía las indicaciones para llegar al océano? Por muy lejos que el mar se encuentre, por oculto que esté, es seguro que el río hallará el camino. Eso es inevitable. Tiene el impulso interno. No tiene ninguna guía de indicaciones, pero es totalmente seguro que llegará a su destino. Hará grietas en las montañas, cruzará el llano, atravesará el campo e irá velozmente en pos del océano, debido a un deseo insaciable, a una impresionante energía que posee en lo más profundo de su corazón. Sin embargo, ¿qué pasaría si el hombre interpone obstáculos en su camino? ¿Si los seres humanos construyen diques? Un río supera, atraviesa las barreras naturales, que en realidad no constituyen un verdadero obstáculo para él, pero si el hombre crea barreras, si ingenieros humanos construyen diques que lo atraviesen, es posible que el río nunca llegue al océano. Uno debiera tener presente la obvia diferencia en esta situación. El hombre, la inteligencia suprema de la creación, puede impedir, si así decide, que el río llegue al mar.

La naturaleza es una armonía rítmica, pero la artificialidad que el hombre ha impuesto sobre ella, la ingeniería que ha llevado a cabo sobre ella; el conocimiento mecánico que ha arrojado a la corriente, han creado obstrucciones en muchos lugares, han detenido el flujo… Y el río es culpado: El hombre es malo, la semilla es venenosa… Quiero atrae tu atención hacia el hecho de que los obstáculos fundamentales han sido construidos por el hombre, creados por él mismo; de otro modo, el río  del amor podría correr libremente y llegar al océano de Dios. El amor es algo inherente al hombre. Si los obstáculos son eliminados con discernimiento, el amor podrá fluir. El amor podrá elevarse hasta alcanzar a Dios, al Sublime Supremo.

¿Cuáles son estas imposiciones hechas por el hombre?

En primer lugar, la obstrucción más obvia ha sido la oposición respecto al sexo, el oprobio de la pasión. Esta prohibición ha destruido la posibilidad de que el amor nazca en el hombre. Y la simple verdad es que el sexo es el punto de partida del amor. El sexo es el inicio del viaje en pos del amor. El origen, el Gangotri del Ganges del amor es el sexo, la pasión, y todo el mundo se comporta como si éste fuese el enemigo. Todas las culturas, todas las religiones, todos los gurus, todos lo profetas y videntes han atacado a este Gangotri, a esta fuente, y el río se ha quedado detenido allá arriba. El vocerío público siempre ha dicho que el sexo es un pecado, es irreligioso: el sexo es veneno. Nunca nos damos cuenta de que, en último término, es la misma energía sexual la que viaja y llega al océano del amor. El amor es la transformación de la energía sexual. El amor florece de la semilla del sexo.

Si ves un trozo de carbón, no se te ocurriría pensar que ese carbón, si es transformado, se convierte en diamante. Los elementos presentes en el carbón son los mismos que en el diamante. En esencia no existe diferencia fundamental entre los dos. Después de ser sometido a un proceso de miles de años, el carbón se convierte en diamante. Pero al carbón no se le otorga importancia alguna: aun si se le almacena en una casa, se le pone en un lugar en que no sea visto por los visitantes; y los diamantes, por otra parte, se llevan alrededor del cuello, sobre el pecho, de modo que todo el mundo pueda verlos. El diamante y el carbón son los mismos, aun cuando los puntos de la jornada del mismo elemento. ¿Y sin embargo, es acaso obvia en alguna parte del mundo esta afinidad interna entre ellos? Si te transformas en un enemigo del carbón, lo que sería muy natural, dado que a primera vista el carbón sólo puede ofrecer hollín negro, la posibilidad de su transformación en diamante finalizaría en ese punto. Ese mismo carbón podría haberse transformado en un diamante; sin embargo, odiamos al carbón, y de allí la anulación de cualquier posibilidad de progreso posterior.

Sólo la energía del sexo puede florecer en amor; pero todo el mundo, incluyendo a los grandes pensadores del hombre, está en su contra. La oposición no permite que la semilla germine. El palacio del amor es saboteado en la etapa de construir los cimientos. La hostilidad en contra del sexo ha destruido la posibilidad del amor. Al carbón se le quita la posibilidad de transformarse en diamante. Es debido a este concepto fundamental erróneo que nadie siente la necesidad de atravesar las etapas de aceptación, desarrollo y transformación del sexo. ¿Cómo podemos transformar algo de lo cual somos enemigos, ante lo cual nos oponemos, con lo cual estamos en guerra constante?

Otra consideración importante es que el hombre no puede ser separado del sexo. El sexo es su punto primario: es de allí de donde nace. Dios ha aceptado la energía del sexo como el punto de partida de la creación. Los “grandes hombres” lo consideran un pecado, y el mismo Dios no lo considera así. Si Dios considera el sexo como un pecado, significa que no hay pecador más grande que Dios en este mundo, en el universo. ¿Has pensado alguna vez que el florecimiento de una planta es una expresión de pasión, un acto sexual? Un pavo real danza en toda su gloria, y un poeta hará una canción de ello. Un santo también se sentirá lleno de júbilo. Pero ellos no saben que la danza es también una expresión abierta de pasión; es también, en lo fundamental, un acto sexual. ¿A quién desea agradar el pavo real con su danza? El pavo está llamando a su amada, a su pareja. Las aves, el cucú, cantan; un hombre llega a la adolescencia, una muchacha se transforma en una mujer; ¿qué es todo esto? ¿Qué juego es éste? Todos éstos son índices de amor, energía sexual. Estas son formas transformadas del sexo, expresiones del amor. Burbujean con energía, reconocen y aceptan al sexo. La vida. La vida entera: todos los actos, actitudes, tendencias, todos los florecimientos corresponden a la energía sexual primaria. La religión  cultura están volcando, en la mente del hombre, veneno en contra del sexo: intentan crear un conflicto, una guerra. El hombre se halla luchando en contra de su energía primaria, y de ese modo se ha vuelto débil y extraño, tosco y vulgar, falto de amor y lleno de nada.

Debemos ser amigos, y no enemigos del sexo. El principio del sexo debiera ser elevado a alturas más puras. Un sabio, mientras bendecía a la pareja de recién casados, le dijo a la novia: “Que seas madre de diez niños y que, finalmente, tu esposo se transforme en tu décimo primer hijo”. Si la pasión es transformada, la esposa puede transformarse en una madre; si la lascivia es transcendida, el sexo puede transformarse en amor. Sólo la energía sexual puede florecer en una fuerza amorosa, pero hemos llenado al hombre de oposición hacia el sexo. El producto neto de esto es que el amor no florece, porque ésta es una etapa posterior, que sólo puede ser posible si se acepta el sexo. El amor no pudo crecer debido a la oposición cerrada. Al contrario: el sexo, agitándose en el interior de la consciencia del hombre, se halla enturbiado por la sexualidad. La conciencia moral del hombre se está volviendo más y más sexual. Nuestras canciones, poemas, pinturas e incluso las figuras de ídolos en el templo están virtualmente centradas en torno al sexo, porque nuestra mente también se halla rotando en torno al eje sexual. ¡Ninguno de los animales del mundo es tan sexual como el hombre! El hombre es sexual por todas partes, por donde quiera que se le mire; despierto o dormido, en sus modales así como en su etiqueta. Siempre está obsesionado por el sexo.

Lo que deseo decir es esto: que el sexo es divino. La energía básica y primaria del sexo tiene en sí el reflejo de Dios. Esto es evidente, pues tiene la energía para crear una nueva vida. Y ésta es la fuerza más grande y misteriosa. Deja de ser su enemigo. Si deseas una lluvia de amor en la vida, renuncia al conflicto con el sexo. Acepta el sexo con alegría, reconoce su cualidad sagrada. Recíbelo con gratitud y acéptalo más y más profundamente. Te sorprendería el descubrir cuán sagrada se revela la lujuria sexual cuanto más le brindas una sagrada aceptación. Y, cuanto más pecaminosa e irreverente sea tu actitud, más feo y pecaminoso se reflejará el sexo. Cuando uno se acerca a la esposa, debería tener una sensación sagrada, como si estuviera acudiendo a un templo. Y cuando la esposa se acerca al marido, debiera sentirse llena de reverencia, como si se acercara a Dios. Pues en el sexo los amantes viven el coito, y esa etapa se halla muy cercana al templo de Dios, en donde El se manifiesta en una creativa variedad de formas. Y mi conjetura es que el hombre obtuvo el primer luminoso vislumbre del samadhi – la contemplación no cognitiva – en la historia humana durante la relación sexual. Sólo durante el coito el hombre se dio cuenta de que es posible experimentar un amor tan profundo, una dicha tan luminosa. Y aquellos que meditaron en esta verdad, en la actitud mental correcta, en este fenómeno del sexo y la relación sexual, llegaron a la conclusión de que en los instantes del clímax la mente se vacía de pensamientos. Todos los pensamientos se van en esos instantes, y este vacío mental, esta vacuidad, esta nada, este congelamiento de la mente es la causa de la lluvia de pura alegría divina. Habiendo descifrado el secreto hasta este punto, el hombre profundizó aun más, para saber si la mente puede ser liberada de los pensamientos; si las ondas de pensamiento de la consciencia pueden ser aquietadas por algún otro proceso, y obtener igualmente un éxtasis tan grandioso y puro.