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La Naturaleza del Perfeccionismo

¿Qué es el perfeccionismo y en qué se diferencia del sano deseo de lograr grandes metas? A modo de línea de salida, consideremos una definición de diccionario. La décima edición del Merriam Webster’s Collegiate Dictionary define el perfeccionismo como “la disposición a tratar todo aquello no perfecto como inaceptable”.
En cambio, los profesionales que estudian el perfeccionismo tienden a definir este término con más detalle. Por ejemplo, en su artículo para la publicación Psychology Today, el psiquiatra David Burns (1980b) definía a los perfeccionistas como personas “cuyos estándares se encuentran mucho más allá del alcance o la razón” y “que se fuerzan de manera compulsiva y crónica a conseguir metas imposibles y que miden sus propios méritos en relación con su productividad y sus
logros”. Burns señalaba también que para estos individuos la autodeterminación para actuar con corrección puede ser la causa de un deterioro en su rendimiento.

Definiciones multidimensionales del perfeccionismo
Recientemente, los psicólogos han comenzado a definir el perfeccionismo como un concepto multidimensional. En otras palabras, han comenzado a contemplar el perfeccionismo como un sumatorio de diferentes componentes o aspectos. Los psicólogos canadienses Paul Hewitt y Gordon Flett han publicado una serie de artículos (Hewitt y Flett 1990; 1991a, 1991b) basados en su perspectiva de que existen principalmente tres tipos de perfeccionismo: el perfeccionismo asociado a uno mismo, el perfeccionismo asociado a los demás, y el perfeccionismo prescrito socialmente.
El psicólogo Randy Frost y sus colaboradores (Frost y Martín 1990, Frost et al. 1990) han sido influyentes con respecto al creciente entendimiento de los aspectos multidimensionales del perfeccionismo. Sin embargo, a diferencia de Hewitt y Flett, Frost y sus colegas contemplan seis dimensiones diferentes en su definición del perfeccionismo: excesiva preocupación por los errores, altos estándares personales, duda en cuanto a pautas de actuación, necesidad de organización, altas expectativas parentales, y excesivo criticismo parental

El criticismo de Hewitt y Flett
Perfeccionismo orientado a uno mismo: Esta es la tendencia del individuo a marcarse estándares imposibles de lograr. Estos estándares son auto impuestos y tienden a estar asociados a la autocrítica y a una imposibilidad para aceptar sus propios errores y faltas. Cuando el perfeccionismo orientado a uno mismo se combina con expe-riencias vitales negativas o fracasos percibidos, puede conducir a dificultades y depresión.
Perfeccionismo asociado a los demás: Esta es la tendencia a exigir que los demás cumplan los altos e imposibles estándares que usted marca.
Las personas que manifiestan este tipo de perfeccionismo son a menudo incapaces de delegar tareas en otras personas, por temor a verse disgustados por un rendimiento imperfecto en el trabajo. Los perfeccionistas “asociados a los demás” pueden asimismo sufrir problemas de ira excesiva, estrés de relación, y otras dificultades asociadas a sus altas expectativas acerca de los demás

Perfeccionismo prescrito socialmente: Los perfeccionistas “prescritos socialmente” presentan una creencia exagerada de que los demás tienen unas expectativas acerca de ellos imposibles de cumplir. Además, piensan que para obtener la aprobación de los demás, estas expectativas han de ser cumplidas. A diferencia de los perfeccionistas “asociados a uno mismo”, cuyas expectativas son auto impuestas, en el perfeccionismo prescrito socialmente, los altos estándares están supuestamente impuestos por los demás

El perfeccionismo prescrito socialmente puede asociarse a sentimientos de ira (hacia las personas que se perciben como poseedores de estos estándares altos),
depresión (si los estándares no se ven alcanzados), o ansiedad social (temor a ser juzgado por otras personas

El perfeccionismo de Frost y colaboradores
Excesiva preocupación por los errores: Esta es la tendencia a creer que es extremadamente importante no cometer errores y que un traspiés supone un fracaso. Las investigaciones en nuestra propia clínica y en otros centros sugieren que la excesiva preocupación por cometer errores está asociada a una elevada ansiedad social y un temor a ser juzgado por otras personas (Antony et al. 1998; Juster et al. 1996). Esta dimensión de perfeccionismo se solapa en cierto modo con lo que Hewitt y Flett describieron como “perfeccionismo orientado a uno mismo”.

Altos estándares personales: Esta dimensión refleja una tendencia a adoptar altos objetivos y estándares para uno mismo, y a creer que el hecho de no alcanzar estos estándares supone convertirse en una persona de segunda categoría. Como la excesiva preocupación por los errores, los altos estándares personales están relacionados con lo que Hewitt y Flett llamaron “perfeccionismo asociado a uno mismo”.
Duda en cuanto a pautas de actuación: Dudar en sus acciones en un sentido perfeccionista conlleva una sensación exagerada de no haber completado las tareas correctamente. Las personas que experimentan estas dudas pueden necesitar más tiempo para finalizar su trabajo y pueden sentir la necesidad de comprobar, corregir o repetir cada paso de su tarea una y otra vez. Las dudas excesivas en cuanto a pautas de actuación se manifiestan a menudo en personas que sufren trastornos obsesivo-compulsivos, descritos detalladamente en capítulos posteriores.
Como ocurre con las dos tendencias anteriores, hablamos de la duda en cuanto a pautas de actuación como un componente de lo que Hewitt y Flett llamaron “perfeccionismo asociado a uno mismo”.

Necesidad de organización: Esta es la tendencia de mostrar una desmesurada inquietud y preocupación por la limpieza, el orden y la organización. Aunque tener habilidades para la organización puede ser de gran utilidad, las personas que se preocupan demasiado por la organización pueden pasar tanto tiempo intentando mantener la organización y el orden que pueden dejar sin hacer otras cosas de vital importancia. Además, cuando una persona es muy rígida e inflexible acerca de cómo se deben hacer las cosas, esto puede traerle problemas con las personas que tengan un modo diferente de hacer las cosas.
Altas expectativas parentales: Esta dimensión es probablemente más útil como explicación del origen del perfeccionismo que como una dimensión del perfeccionismo por sí misma. Esta dimensión se solapa en cierto modo con lo que Hewitt y Flett llaman “perfeccionismo prescrito socialmente”. Para las personas que sienten la presión por parte de otras para rendir correctamente, los padres constituyen a menudo una fuente de esta presión externa. Las personas tímidas y
socialmente ansiosas, al relatar acontecimientos pasados, tienden a contar que sus padres tenían expectativas especialmente altas acerca de ellas.Excesivo criticismo parental: Las críticas desmesuradas por parte de los padres cuando un error se ha cometido, pueden desencadenar actitudes perfeccionistas. El criticismo parental excesivo está relacionado con las altas expectativas parentales, y muy a menudo ambas tendencias van de la mano. Usted podrá imaginar que los padres que tienen expectativas demasiado altas pueden ser también desmesuradamente críticos al ver que no se cumplen. Como las altas expectativas
parentales, se ha demostrado que el criticismo parental está asociado a la ansiedad social y la preocupación por una valoración negativa por parte de los demás. En resumen, existen varias maneras diferentes de definir el perfeccionismo.
Algunos investigadores definen el perfeccionismo como un sencillo concepto o dimensión. Otros prefieren hacerlo como un complejo formado por varias dimensiones relacionadas. Independientemente de la perspectiva que tomemos, la mayoría de las definiciones parecen compartir ciertos elementos característicos que detallamos a continuación Las personas perfeccionistas tienden a poseer estándares y expectativas difíciles o incluso imposibles de cumplir.

• A pesar de que tener altas expectativas es a menudo útil, el perfeccionismo está asociado a anhelar estándares tan altos que, de hecho, afectan al rendimiento de la persona.
• El perfeccionismo se asocia a menudo a otros problemas, como la ansiedad o la depresión Estándares adecuadamente altos contra creencias perfeccionistas
La mayoría de las personas tiene opiniones asentadas acerca de cómo se debe rendir y cómo deben hacerse ciertas cosas. Aunque algunos estándares son de gran utilidad, otros pueden resultar menos beneficiosos. Desdichadamente, calibrar la equivalencia entre el estándar adecuado y la creencia que la propia persona tiene al respecto es con frecuencia difícil, en parte porque casi todo el mundo asume que su opinión es la correcta. Por ejemplo, una persona que se encuentra en la circunstancia de tener que hablar en público puede creer que “Es importante hacer un trabajo excelente”. ¿Es esto un pensamiento perfeccionista o tan solo una creencia adecuada que le lleva a mejorar su rendimiento a la hora de hablar en público?
La conveniencia de una creencia acerca de los estándares de rendimiento depende de varios factores: la exorbitancia del estándar (p.e., ¿puede esta meta ser alcanzada?), la precisión de la creencia (p.e., ¿es verdad que este estándar ha de ser alcanzado?), los costes y beneficios de la imposición del estándar (p.e., ¿me resultaría útil el hecho de alcanzar mi creencia o estándar?), y la flexibilidad del estándar o creencia (p.e., ¿soy yo capaz de ajustar mis estándares y
adaptar mis creencias cuando es necesario? Consideremos el siguiente ejemplo: la mayoría de la gente piensa que es importante lavarse con regularidad y mantenerse limpio.
¿Es ésta una creencia perfeccionista o un estándar realmente alto? Bien, para la mayoría de la gente, los estándares de limpieza están definidos de manera que pueden verse cumplidos mediante un pequeño esfuerzo y, para la mayoría de la gente, los beneficios de mantenerse limpio son mayores que sus costes Por ejemplo, con un mínimo esfuerzo, mantenerse limpio hace posible que otras personas quieran pasar más tiempo con usted. Por otro lado, la mayoría de la gente es capaz de ser flexible a la hora de considerar sus estándares de limpieza. Los cirujanos pueden poner más altos estándares y lavarse las manos más cuidadosamente antes de practicar una operación, mientras las personas que disfrutan con las acampadas en la naturaleza pueden bajar su listón y tolerar mejor la falta de higiene. En cambio, un individuo que tiene pensamientos perfeccionistas en cuanto a la limpieza, podría tener excesivas creencias inexactas, inflexibles y causantes de más efectos negativos que positivos. Por ejemplo, en nuestra clínica, nosotros vemos individuos con trastornos obsesivo-compulsivos que se lavan las manos cientos de veces al día, hasta el punto en que sus manos se vuelven rojas y doloridas de tanto frotarse. Este continuo lavarse y volverse a lavar podría estar impulsado por creencias perfeccionistas de evitar la contaminación por gérmenes, toxinas y otras sustancias. A pesar de ello, este nivel de higiene no disminuye el riesgo de caer enfermo (comparado con un nivel más moderado), y el individuo podría de hecho estar exponiéndose a un mayor riesgo de infección (debido a una debilitación de la barrera defensiva que es la piel…). Para estos individuos, la excesiva frecuencia de los lavados puede llevarse varias horas de
cada día y puede interferir con todos los aspectos de la función normal del individuo, incluyendo el trabajo y las relaciones sociales.
Esto podría parecer un ejemplo extremo de conducta perfeccionista.
Para las creencias y conductas perfeccionistas más sutiles, podría ser difícil decidir si las reacciones son excesivas, pero se aplican idénticos principios. Primero debe determinar usted si sus estándares y creencias son excesivos, precisos, flexibles, y si le sirven de ayuda. El punto principal a considerar ahora es que cuanto más inflexibles sean sus creencias y cuantas más situaciones en las que usted tenga opiniones inflexibles se den, mayor será su posibilidad de tener problemas. Esto es particularmente cierto en situaciones en las que sus creencias son arbitrarias y subjetivas, más que las basadas en hechos o pura evidencia.

Trataremos este tema que a muchos nos interesa desde la perspectiva del Eneagrama de la Personalidad y de la Psicogenealogía

Buen comienzo de Semana ! 🙂