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Ponte En Contacto Con Tu Cuerpo

No estás en contacto con muchas cosas de tu cuerpo, sólo lo transportas. El contacto supone una profunda sensibilidad. Puede que incluso no sientas el cuerpo. El caso es que sólo cuando estás enfermo lo sientes. Si tienes jaqueca, sientes la cabeza; sin la jaqueca no hay contacto con la cabeza. Si te duele la pierna te das cuenta de que la tienes. Sólo te das cuenta cuando algo va mal. Si todo va bien, no eres consciente de ninguna parte del cuerpo, pero en realidad ése es el momento cuando puede realizarse el contacto –cuando todo va bien- porque cuando algo va mal el contacto se hace con la enfermedad, con algo que no funciona bien y no hay sensación de bienestar. Tienes bien la cabeza, pero entonces llega la jaqueca y haces contacto. El contacto no se hace con la cabeza sino con la jaqueca. El contacto con la cabeza sólo es posible cuando no existe jaqueca y la cabeza está plena de bienestar. Pero casi hemos perdido la capacidad. No tenemos contacto cuando estamos bien. Tal contacto es sólo una medida de emergencia. Llega la jaqueca: debemos remediarla, hay que tomar alguna medicina, algo debemos hacer, entonces hacemos contacto y lo remediamos.
Intenta hacer contacto con el cuerpo cuando te encuentres bien. Recuéstate en la hierba, cierra los ojos, siente la sensación de lo que está pasando dentro, el bienestar en ebullición. Métete en un río. El agua está tocando el cuerpo y cada célula se está refrescando. Siente en el interior cómo la frescura penetra célula por célula, cómo se adentra en el cuerpo. El cuerpo es un gran fenómeno, uno de los milagros de la naturaleza. Siéntate al sol. Deja que los rayos penetren en tu cuerpo. Siente el calor según el calor entra hasta lo más profundo, cuando toca cada célula de tu cuerpo y llega hasta los huesos. El sol es la vida, la auténtica fuente. Con los ojos cerrados siente lo que está pasando. Permanece alerta, está atento y disfruta. Poco a poco llegarás a ser consciente de una sutil armonía, una hermosa música que suena continuamente en el interior. Entonces es que has hecho contacto con el cuerpo; de lo contrario, llevas un cadáver.
Es igual que esto: una persona que ama su auto tiene un tipo diferente de contacto y relación con el auto que el que tiene una persona a quien no le importa el auto. Tal persona lo conduce y lo trata como una máquina, pero la persona que ama su auto se dará cuenta del mismo cambio de humos del auto, del mínimo cambio de sonido. Algo le pasa al auto y él se da cuenta enseguida. Nadie más lo ha oído; los pasajeros están ahí sentados, no lo han oído. Pero al menor cambio en el sonido del motor, cualquier chasquido, cualquier ruido, la persona que ama su auto se dará cuenta. Tiene un contacto íntimo. No sólo está conduciendo, el auto no es sólo una máquina, sino que se ha desplegado por el auto y ha permitido que el auto penetre en él. Puedes usar tu cuerpo como una máquina; entonces no hace falta que seas muy cuidadoso con él. El cuerpo no para de decir muchas cosas que tú no oyes nunca porque no estableces contacto…
Una innovadora investigación se ha estado llevando a cabo en Rusia durante treinta años, han llegado a importantes conclusiones.
Uno de los descubrimientos es el siguiente: siempre que aparece una enfermedad, durante los seis meses continuos antes de que
aparezca, el cuerpo no deja de mandar señales. ¡Seis meses es mucho tiempo! Una enfermedad va a aparecer en 2005; a mediados de 2004 el cuerpo empieza a darte señales, pero tú no los oyes, no entiendes, no sabes. Cuando ya ha aparecido la enfermedad, sólo entonces te das cuenta. E incluso entonces puede que no te des cuenta; tu médico es el que se dará cuenta primero de que tienes algún problema en tu cuerpo.
La persona que ha llevado a cabo la investigación durante treinta años ha creado cámaras y películas que pueden detectar una enfermedad antes de que surja realmente. Asegura que la enfermedad puede ser tratada y que el paciente nunca se dará cuenta si llegó a existir o no. Un cáncer que va a producirse el año que viene puede tratarse ahora mismo. No hay indicaciones físicas, pero en la electricidad del cuerpo las cosas están cambiando; no en el cuerpo, en la electricidad del cuerpo, en la bioenergía, se están produciendo cambios. Primero cambiarán en la bioenergía y después descenderán a lo físico. Si pueden ser tratadas llegarán al cuerpo físico. A causa de las enfermedades nunca llegarán al cuerpo físico. A causa de esta investigación será posible eventualmente que nadie tenga que
enfermarse; no habrá necesidad de ir al hospital. Antes de que la enfermedad llegue realmente al cuerpo, podrá ser tratada, pero tiene que ser detectada por un artilugio mecánico. Tú no puedes detectarla, y estás viviendo dentro de tu cuerpo. Pero no hay contacto.
Te habrán contado muchos relatos sobre cómo los sannyasins hindúes, los rishis, los monjes budistas anuncian su muerte antes de que ésta ocurra, te quedarás sorprendido al saber que semejante afirmación siempre se hace seis meses antes de que el hecho suceda; no excede ese plazo, siempre sucede seis meses antes. Muchos santos han declarado que iban a morir, pero sólo seis meses antes. No es casualidad, esos seis meses tienen su razón de ser. Antes de que muera el cuerpo físico, empieza a morir la bioenergía, y una persona que está en íntimo contacto con ella sabe que la energía está disminuyendo. La vida significa ampliación; la muerte, disminución; anuncia que morirá en el curso de seis meses.
Se dice que incluso los monjes zen han llegado a escoger su forma de morir: porque lo saben.
Es una ocasión, un monje zen que estaba a punto de morir les pidió a sus discípulos: “Sugeridme cómo morir, en qué postura”. El hombre era algo excéntrico, un poco loco, un viejo lunático pero maravilloso.
Sus discípulos comenzaron a reírse; pensaron que debía estar bromeando porque siempre lo estaba. Entonces alguien sugirió: “¿ Qué te parece morir de pie en la esquina del tempo?”. El maestro respondió: “Me han contado que hace tiempo un monje murió de pie, así que esta forma no vale. Sugerid algo original”.
Otro discípulo propuso :-“Puedes morir mientras paseas por el jardín”.
El maestro le contestó:-“Creo que alguien en China murió mientras paseaba”. Acto seguido alguien sugirió una idea realmente única: “Ponte en postura shirshasana, cabeza abajo, y muere así”. Nadie se ha muerto nunca apoyando la cabeza en el suelo, es muy difícil morir así. Hasta dormir cabeza abajo es imposible; morir de ese modo debe ser muy difícil. Dormir así es imposible y la muerte es un gran
sueño. Es irrealizable; hasta el normal dormir no puede llevarse acabo.
El maestro aceptó la idea. Le cayó en gracia. Afirmó: “Me parece bien”. Pensaron que estaba bromeando de nuevo, pero se puso en la
postura shirshasana. Los discípulos se asustaron: ¿Qué está haciendo? ¿Vamos a dejarlo? Pensaron que estaba casi muerto. Era extraño; una persona muerta de cabeza. Se asustaron. Entonces alguien sugirió: “Tiene una hermana monja en un monasterio cercado. Que alguien vaya a buscarla. Es la hermana mayor del maestro y puede que sepa qué hacer. Lo conoce muy bien”.
Llegó la hermana. Se dice que al llegar exclamó: “Ikyu-Ikkyu era el nombre del monje-, ¡no seas tonto, ésta nos manera de
morir!”. Ikkyu se rió, dejó su postura shirshasana y preguntó: “Muy bien, ¿pero cuál es la manera adecuada?”. La hermana respondió: “Siéntate en padmasana, la postura de Buda, y muere así- ésta no es manera de morir. Siempre has estado un poco loco, harás el ridículo”.
Por lo visto, se sentó en la postura padmasana y murió. Entonces la hermana se marchó. Un hombre maravilloso. ¿Pero cómo pudo decidir morir? ¡E incluso elegir la postura! La bioenergía había empezado a disminuir, podía sentirlo; pero dicha sensación sólo llega cuando mantienes un contacto hondo, no sólo con la superficie del cuerpo, sino con la esencia.
Por lo tanto, te aconsejo ser lo más sensible respecto al cuerpo. Escúchalo; siempre está diciendo cosas, pero como estás tan concentrado en la cabeza, nunca lo escuchas. Cuando haya un conflicto entre la mente y el cuerpo, casi siempre tiene más razón el cuerpo que la mente, porque el cuerpo es natural, la mente es social; el cuerpo pertenece a una vasta naturaleza y la mente pertenece a la sociedad, tu sociedad, edad y tiempo particulares. El cuerpo tiene profundas raíces en la existencia, la mente tan sólo oscila en la superficie. Pero siempre le haces caso a la mente, nunca va al cuerpo. Esta arraigada costumbre ha hecho perder el contacto.
Tienes el corazón, el corazón es la raíz, pero no tienes contacto con él. Lo primero es tener contacto con el cuerpo.
Enseguida te darás cuenta de que el cuerpo entero vibra alrededor del centro del corazón, lo mismo que todo el sistema solar gira alrededor del sol. Los hindúes llaman al corazón el sol del cuerpo. El cuerpo entero es un sistema solar y se mueve alrededor del corazón. Empezaste a vivir cuando el corazón comenzó a latir; morirás cuando deje de hacerlo. El corazón se mantiene como el centro solar de tu cuerpo. No dejes de estar al tanto de él. Pero puedes estarlo, poco a poco, solamente si llegas a estar alerta de todo el cuerpo

Pacha Pulai