El Amasado del Pan
Habían transcurrido ya siete días desde la sesión de bordado y la misa. No tuve, sin embargo más señales de misterios. La vida en la aldea se desarrollaba tranquila y repetida. Un día tras otro acompañaba a María de Chipre en sus tareas domésticas y en la contemplación del paisaje. Las bordadoras no volvieron a reunirse, aunque me cruzaba esporádicamente con alguna de ellas en las callecitas de la aldea. Tampoco apareció ningún sobre, ni recibí mensaje alguno.
Los turistas venían regularmente y hacían siempre el mismo recorrido y las mismas compras. No alteraban la vida de la aldea, ni la aldea los alteraba a ellos en lo más mínimo.
– Mañana amasaremos el pan, me dijo un día mi anfitriona sin darle mucha importancia. Yo había visto el horno de barro instalado en la cocina de la casa, pero siempre apagado, ¿ cómo sería el procedimiento ?
Ni bien salió el sol, María tocó a la puerta de mi cuarto.
– ¡Despierta ! Hay mucho por hacer, dijo con voz enérgica.
Nos instalamos en la cocina con vista a las montañas. María ya había encendido el horno la noche anterior. El aroma a leña quemándose es uno de los más gratos recuerdos que tengo de esa espléndida mañana de Chipre.
-Las horas que siguen a la salida del sol tienen una fuerza especial, decía María, mientras preparaba los elementos para amasar el pan: un recipiente con harina, aceite, levadura, agua tibia.
Estaba ataviada con su típico vestido negro, cubierto con un gran delantal blanco. Llevaba su cabello azabache recogido y tirante. María era hermosísima, sin una sola gota de maquillaje. Nos sentamos a tomar un café caliente a un costado de la mesada de madera, y entonces aproveché para preguntarle cómo lograba mantener esa frescura, esa belleza y juventud perfectas. Aparentaba tener no más de 27 años, cuando esa sería la edad de su hijo.
-En primer lugar, dijo, estoy completamente feliz con ser mujer. No me siento perjudicada, al contrario: conozco los secretos increíbles de nuestra condición femenina. Aprendí algunas cosas de las diosas que aún caminan por la isla, otras me fueron transmitidas de abuela a madre, a hija; y mucho lo aprendí con la alquimia. Afrodita, la diosa del amor, me enseñó el orgullo y el privilegio de ser mujer en un mundo que añora cada vez más lo femenino. Cíbeles me transmitió el poder de renacer ante cualquier prueba y el don de la fertilidad de la madre tierra. Sin embargo, debo decirte que mi iniciadora en la fuerza más elevada y más potente del ser femenino es María la Virgen. Ella es el enigma, ella es la guardiana del mayor misterio femenino.
-¿Qué quieres decir con que es el enigma? Pregunté, sorbiendo un poco de café.
-Se sabe poco de María de Nazareth. Siempre optó por estar en un lugar secreto, detrás de los acontecimientos. Sólo los íconos orientales conservan su verdadera identidad, reflejada en esas imágenes. El rostro mate, los ojos oscuros y profundos, así es ella. Tiene la majestad de una reina y está en silencio. María la Virgen es la que gestó, en su condición humana, aquello que es más que humano, al Cristo. Por eso guarda silencio y es dueña del más grande secreto que atesoran los alquimistas. Piensa, Ana, que Dios la eligió para tener su experiencia iniciática más perturbadora. ¡ Su propia encarnación !.
María de Chipre hizo una pausa; tenía una expresión inefable.
-La Madre Universal ( María, Shekinah o como quieras llamarle) continuó con voz profunda. – Es la iniciada en este misterio que ahora te contaré. María la Virgen tuvo bajo su custodia al Dios Niño … Dios confió en ella, se volvió pequeño, indefenso, y ella lo cubrió con su manto de fortaleza terrestre, para que pudiera nacer, María lo gestó durante nueve meses en su vientre .. como en un atanor, creció el cielo. ¿Comprendes el significado de esta situación ? María la Virgen, para la tradición, es la guardiana de los secretos. La protectora del porvenir. La custodia de lo imposible, Todo aquel que pide a María la gracia de ser cuidado por ella obtiene los dones más extraordinarios.
Sentí que mi corazón se derretía .. -Y quien confía sus sueños más queridos a la custodia de María los ve realizarse – dijo la aldeana, señalando un pequeño ícono colgado en la pared. Ella es la iniciada y al mismo tiempo la iniciadora. Este ícono, el de Czestochowa, procede de Oriente y refleja fielmente el verdadero rostro de María, la alquimista.
Lo miré sin poder creerlo, era el mismo que adornaba la cabecera de mi cama cuando pequeña.
-La Conspiración está bajo su Manto, continuó María de Chipre, y ella es la guía para el tercer milenio, ¿comprendes?
-Lo intento …
-María la Virgen me enseñó a ser audaz. Imagina su situación luego de vivir el gran desafío de ser visitada por un Ángel y haber aceptado dar a luz un hijo del cielo. ¿ Quién creería en algo tan absurdo?. Piensa: En esa sociedad oscura y rígida, lo diferente, lo nuevo, lo asombroso está prohibido. Aunque ahora no es que haya mejorado esta realidad – sonrió tristemente, ¿no te parece?.
-Asentí. María siguió diciendo : – Imagina su condición de mujer en esa época. Todo, hasta lo más trivial, debía ser consultado con un hombre; nuestra opinión femenina no tenía valor alguno. Es más; era peligrosa. Por lo tanto, era impensable venir con alguna historia personal que saliera de lo establecido, de la ley y la gestación de María no podía ocultarse demasiado tiempo. Piensa entonces en su increíble audacia. Decirle sí al Cielo, al misterio, a lo nuevo y a guardar el secreto. ¡ Aceptar que la vida corre en una dirección imprevista !. Imagina su poder, sola en medio del más grande silencio. Ella, y el Ángel esperando la respuesta. Ella y su vientre creciendo con el secreto. Se me nubló la vista por la emoción. Jamás lo había pensado así, por eso continuó María, mientras miraba las montañas a través de la ventana redonda, María la Virgen es partera de los sueños imposibles. Por eso recurro a ella cuando necesito fuerza y protección. Cuando siento angustia y desamparo, ella absorbe mi dolor y lo transforma en alivio. Ella es alegría en medio de mi vida concreta. A ella puedes entregar tus sueños más queridos, para que crezcan …
¿Qué otra cosa es un sueño, sino un pedazo de cielo? La Virgen es un trozo de paraíso en la tierra. Piensa en su inocencia, en su pureza, en su facilidad para hablar con el Ángel. El jardín de Edén describe un estado interno, un estado paradisíaco y sin perturbación alguna. ¿Recuerdas ?
-Sí, las historias del paraíso son cautivantes. – María es un trozo de paraíso que se conservó milagrosamente en la tierra .. Sus palabras me llegaban directamente al corazón.
¿Cómo conocería ella estos secretos ? ¿Quién le habría enseñado lo más esencial y fuerte de la alquimia?
-¿Tu eres alquimista? – pregunté directamente, ya segura de la respuesta.
-Porsupuesto, aquí en la aldea todos lo somos, hacemos la alquimia de la vida, labrando la tierra, Bordando. Amasando el pan. Pariendo hijos. Custodiando los secretos. Cuidando a los aspirantes. Trabajando para la Conspiración bajo el signo de María la Virgen.
Dejó el tazón de café sobre la mesa y dijo:
-Chipre fue desde la antigüedad un nido de misterios, te contaré. Ricardo Corazón de León y sus famosos caballeros cruzados, templarios y alquimistas, como ya lo sabes, vinieron a Oriente a recuperar lo que tu presenciaste en la Misa de la Anunciación: La Magia, el Misterio, la Belleza, la Poderosa Sabiduría femenina. Corría el tiempo de las Cruzadas, el siglo X, Occidente estaba volcándose totalmente hacia la razón, la lógica, la acción, hacia el mundo de lo manifestado. Hacia el polo masculino. Oriente conservaba toda la sabiduría del corazón, la tradición oral, la contemplación, el fluido contacto con el mundo no manifestado. Oriente preservó lo femenino y esto ya se sabía en esa época. Los alquimistas se establecieron en Chipre sobre todo en los Monasterios. Esta red de Monasterios de cubre el mundo entero (y que comprende no sólo a los cristianos, sino también a las comunidades de los Derviches y a secretos grupos que conservan las tradiciones esotéricas judías) estuvo siempre interconectada. Así se mantuvo intacta la alquimia espiritual que se realiza mediante oraciones de poder ordenadas de una manera secreta e infalible.
-¿Dónde aprendiste todo esto ? – le pregunté admirada.
-Yo aprendí en la aldea, jamás salí de ella. ¿Para qué? Aquí llegan los más grandes maestros, como ya te dije. Algunos se quedan y otros siguen su viaje; como Amir, el gran alquimista.
-¿Conoces a Amir?
-Porsupuesto. – María señaló otro ícono apoyado sobre la mesa de madera. Muy cerca de la masa que estábamos preparando. Este es un presente de Amir.
Me quedé sin habla. No me animaba a preguntar más. Pero … ¿Cuándo habría estado Amir en Chipre? ¿Cuántos años tendría María?
La alquimista se levantó, indicándome que la acompañara. Entramos en un pequeño recinto, contiguo a la cocina, disimulado tras una rústica puerta de madera. Una ventana redonda dejaba filtrar un haz de luz y en la penumbra distinguí varios estantes atiborrados de frascos antiguos de vidrio oscuro. María comenzó a pasarme algunos de ellos, indicándome que los llevara a la cocina. Cuando terminamos el extraño acarreo, cerró cuidadosamente la puerta diciendo : – Los alquimistas conocemos las fuerzas naturales ocultas en la vida cotidiana. Las especias, las esencias, los aceites son ingredientes mágicos y de efectos poderosos si sabes combinarlos. Te enseñaré a amasar el pan de los sueños, paso por paso. ¡ Ya lo verás !
-¿Qué es eso ? Pregunté sorprendida.
-Ya te lo diré, ahora escúchame. En la misa viste cómo los aldeanos se despedían de su antigua forma de ser al saludarse unos a otros, como despidiéndose para siempre, reafirmaban una verdad. Ya no volverían a ser los mismos luego de esa postración donde se entregaron a Dios para que rehiciera sus vidas. Como si fueran una masa a ser moldeada de la mejor manera por las manos divinas, se despidieron de sus mezquindades, de los dolores que surcaban sus rostros, de sus miedos.
-Por lo tanto, también debían despedirse entre ellos como viejos personajes que ya no regresarían a la aldea. Al salir de la misa, todos nosotros éramos distintos. La Madre Cósmica, la Shakti Hindú, la Shekinah Hebrea, La Virgen nos tomó bajo su Manto, para gestar un nuevo ser en nosotros, envueltos en su energía.
-¿ Y eso qué relación guarda con el amasado del pan ?
-Te explicaré. Amasar el Pan de los Sueños es una antigua costumbre de la aldea .. Todos los años después del Sí de María Virgen, cada uno amasa el pan de su nueva vida. En él ponemos todas las virtudes, las fuerzas, las características que queremos tener cuando nazca ese nuevo ser que se está gestando dentro de nosotros. ¿Cómo quieres ser tú? Me preguntó María de pronto, mirándome profundamente con sus ojos negros. – Todavía no me lo digas, sólo piénsalo. Cuando llegue el momento te lo preguntaré. Cada intención tuya, cada sueño tiene su correspondencia en el reino mágico de las especias y en los ingredientes de la cocina alquímica. Ahora te explicaré algo importantísimo, dijo, tomando mi mano. Tienes aquí la herramienta mágica por excelencia. La mano es la acción en el mundo concreto, Ella puede bendecir, curar o herir .. la palabra ” manifestación “, viene de ” mano” y significa todo lo que puede ser tomado por ella. Tu mano es única y es signo de tu propia maestría y dominio. Debes conocer su potencia y saber dirigirla como una buena alquimista. La realidad es plástica y puede asumir la forma que le demos. María extendió sus brazos suavemente y comenzó a mover sus manos como si entre ellas apresara una realidad sutil y le estuviera dando forma. Levantó las dos manos hacia el cielo -. Tomando la inspiración de aquí arriba, para construir nuestro nuevo ser con la energía más bella. – Bajó luego los brazos y agachándose hizo el gesto de tomar energía de la tierra-. Y de aquí abajo tomamos fuerza.- Se irguió nuevamente y con las manos a la altura del corazón, comenzó a moldear una idea fantástica, a juzgar por la expresión de su rostro-. Aquí se crean nuestros sueños – musitó con los ojos cerrados-. Aquí está el fuego de la pasión.
Cuando terminó de dar forma a quién sabe qué historia de sí misma, tranquilamente abrió los ojos y empezó a ordenar los elementos para amasar el pan.
-Anota, dijo, viendo mi intención de no perderme una palabra. Estos son los ingredientes del pan de los sueños. Los más profundos conocimientos son transmitidos entre las mujeres mientras hacen el pan. Amasar es natural y simple, y también es vital. Así es la sabiduría femenina. Va a lo concreto. Resuelve problemas. Ofrece soluciones. ” 1 kilo de harina común bien tamizada, comenzó risueña”.
-Sí.
-250 grs de salvado de trigo finamente molido- dijo, acercando un cuenco. Un puñado de avena. Una puñado de semillas de sésamo. Un puñado de sémola de trigo. Un puñado de semillas de girasol – señaló una serie de pequeños cuencos dorados.
Tomó entonces una gran fuente roja y mezcló con suma concentración todos los ingredientes.
-El recipiente tiene que ser grande, redondo y bien profundo, dijo, indicando la fuente, que debía de tener de 35 a 40 centímetros de diámetro y unos 20 centímetros de profundidad.
– El trigo es un don de los dioses, desde la antigüedad se lo asocia con la vida. Por eso, con él se hace el pan ¡ Ahh! El trigo, que misterio, es tanto alimento para el cuerpo como para el alma.
-¿Por qué María?
-Porque es semilla de renacimiento, potencia latente, promesa de espigas. Por eso, junto con el vino y el aceite, el pan fue desde siempre una poderosa ofrenda de ritual para los hebreos. Es bendición, alianza, y elección …
Ahora bien, prosiguió, en este recipiente blanco prepararemos la levadura. Ella hará que podamos crecer como soñamos .. María tomó la fuente blanca. Tiene que ser profunda. Deberá contener una fuerza sutil, muy sutil y poderosa. La fuerza del crecimiento. A 50 gramos de levadura fresca, muy fresca, agregaremos dos cucharadas de harina común – dijo María colocando estos ingredientes en la fuente blanca. Ahora … – susurró la aldeana – mezcla la levadura con dos cucharaditas de azúcar y medio vaso de agua tibia. El agua es energía de nacimiento y el azúcar es alegría pura – dijo sonriendo -. Ahora la dejaremos crecer, por lo menos al doble de su tamaño.
María señaló una jarra azul, también de cerámica de la isla.
-Mientras la levadura crece prepararemos el agua dulce. A un litro de agua bien tibia le agrego dos cucharadas de miel. Agua y miel, para una vida dulce, muy dulce – dijo -. La miel es una sustancia misteriosa, tiene extraordinarios poderes.
Ante mi pregunta silenciosa agregó como al pasar: -Poderes de purificación y de revelación ..
-Ahora prepararemos la masa para que reciba las instrucciones: -dijo, y tomando el gran recipiente rojo, agregó una pequeña cucharadita de aceite de girasol -. Será suficiente.
-¿Aceite?
-Sí, el aceite fijará las intenciones que pronto agregaremos como ingredientes del pan de tus sueños. Y ahora sí, dime cómo desearía ser. Piensa en lo más espléndido para ti misma. ¿Qué pedirás al cielo ? ¿ Cuáles son tus sueños, tus anhelos? – Me quedé pensando ..
Mientras tanto, María hizo un rápido repaso de los elementos, la fuente roja de los elementos con la harina, los ingredientes mágicos preparados a un costado, la blanca con la levadura, la jarra azul con el agua dulce ..
-Ahora sí llegó el momento – dijo.
Volcó el contenido de la fuente roja sobre la mesada…
-Quisiera ante todo ser dulce y transparente, dije con un hijo de voz.
María agregó, 4 cucharadas de miel.
-¡Quiero ser bella !
María agregó dos cucharadas de esencia de rosas.
-Ser apasionada y sabia en las artes del amor.
María espolvoreó las harinas con canela.
-Quiero tener siempre la fuerza para renacer.
La maga tomó un puñado de pasas de uva y las arrojó sobre la preparación con una sonrisa – ¡Quiero crecer ! ¡ Expandirme! – Dije con la voz entrecortada por la emoción.
María señaló sonriente la fuente blanca.
-¿Un toque de fortaleza? – Preguntó. Asentí, mientras María agregaba una pizca de jengibre.
-¡Quiero ser fértil, creativa, gestar muchos proyectos!, dije haciendo un gesto amplio. De mis manos salía fuego. María agregó 4 cucharadas de jugo de naranja, recién exprimida.
-Tiene la energía del sol. Explicó y luego preguntó, con los ojos llenos de chispa – ¿Un poco de suerte?
-Siiiiiiiii ….
María agregó dos buenas cucharadas de esencia de vainilla.
-Que las hadas me revelen sus poderes secretos .. continué, recordando un viejo anhelo. 4 clavos de olor aparecieron entre mis manos. Respiré hondo …
-¡Quiero conservar siempre la alegría.
María espolvoreó las harinas con dos cucharadas de cáscara de limón, finamente rallada. Un rayo de sol entró por la ventana iluminando su blanco delantal, que se destacaba sobre el vestido negro.
-Llegó el momento decisivo. Daremos fuerza a tu proyecto. Lo mezclaremos con la potencia del cielo, que eso es ni más ni menos lo que simboliza la levadura en el pan de los sueños.
María hizo un pequeño hueco en la montañita de harina, vertió el contenido de la fuente blanca y agregó el agua dulce de la jarra azul. Comenzó a acariciar suavemente la mezcla.
-Ahora, -susurró- amasará conmigo .. cuando la mezcla se desprenda de mi mano, el pan estará listo.
Transcurrió un tiempo indefinido, imposible de medir, entonces ..
-¡Ya está! – susurró, trayendo un molde redondo enmantecado y enharinado-. Vuelca aquí la preparación. El molde debe ser redondo, esto te asegura la perfección. Debemos colocar los sueños de tu nuevo ser en un lugar seguro, donde no haya interferencias.
Si fuera tú, pediría a la madre, a la Virgen, que me protegiera en esta nueva vida. Ella sabe de estas cosas terrenas. Cuando el pan crezca al doble de su tamaño, lo colocaré a fuego suave y en el horno. Dejaré el pan dorándose allí adentro hasta que esta ramita salga seca al hundirlo en la masa. Eso querrá decir que el pan está listo.
Vio que yo contemplaba el fuego fascinada. -El horno es importante-susurró mirando las llamas-, tan importante como la pasión. Sin pasión… dijo con énfasis, subrayando cada palabra – no hay ser nuevo. La masa, la harian y el agua son obra de la tierra. La levadura y la miel, los aceites y los condimentos son nuestros nuevos sueños de belleza y perfección. El fuego – dijo, haciendo una pausa-, ¡lo pone Dios !
-Es como si el fuego se encendiera con la pasión .. -arriesgué.
María me miró fijamente .. sentí un estremecimiento.
-Hay – dijo – un tiempo de pausa, de espera, antes de colocar el pan en el horno. Debe elevarse y crecer, como hace un niño en el vientre de su madre. – Diciendo esto cubrió la masa con una ceda celeste y la colocó en un lugar resguardado -. Crecer como una idea nueva que mantenemos en secreto … como un cambio que deseamos mucho y esperamos en silencio. Todo lo recién concebido es delicado. Necesita cuidado, como tú. – María me miró con ternura-. Necesita amor, así como estás tú ahora en tu nuevo estado, que requiere mucha protección.
Una paloma blanca se posó en el antepecho de la ventana, y permaneció inmóvil. Algo estaba por suceder …
-Cierra los ojos y respira profundamente, dijo María.
El aire puro de la montaña entró en la cocina agitando mis cabellos y el delantal de María ..
-Así somos los humanos, delicados y frágiles, cuando estamos cambiando- siguió María, elevando la voz y mirando fijamente al ícono-. La Madre nos cobija en su seno.
De pronto escuché un sonido conocido, el que siempre aparecía viniendo de algún lugar secreto antes de la oración alquímica. Eran campanas.
-¡Arrójate en sus brazos ! – Exclamó María con voz muy fuerte.
La brisa se había transformado en una fuerte ráfaga. Cerré instintivamente los ojos y abrí los brazos dejando que el extraño viento me envolviera..
La voz fuerte e inmutable de María me tranquilizó, la escuché muy muy lejos. Había dado comienzo la oración de poder …
-” Dios te salve María, llena eres de gracia. El Señor es contigo .. ”
El viento continuaba… el resplandor del ícono se hizo más y más intenso.
Me arrojé en brazos de la Madre Divina, de un salto, sin saber cómo. Ella me recibió dulcemente en su regazo.
-” Bendita eres entre todas las mujeres. Y bendito es el fruto de tu vientre Jesús.”
Experimenté alivio, paz, fuerza .. El viento había cesado. En medio de una suave niebla vi el rostro oscuro y lleno de luz de la Virgen negra.
-“Santa María, Madre de Dios. Ruega por nosotros pecadores”. Una luz celeste me envolvió como un tibio manto …
-“Ahora y en la hora de nuestra muerte”. Sentí el cálido abrazo de la Madre .. ”
-Amén ..
-Amén ..
Amén ..
Susurraron en el horatorio María de Varsovia, Jurek, y Marysia.
-El paso irreversible está muy cerca – dijo María encendiendo incienso-. Se avecina el nacimiento.
El Ángel de las transmutaciones, que siempre acompaña a los alquimistas en su trabajo, sonrió enigmáticamente sentado en el alféizar de la ventana redonda.
Comencé a escuchar como si vinieran de muy muy lejos, las voces de las aldeanas que me rodeaban, en medio de chistes y risas. Cuando abrí los ojos estaba acostada en el pasto, en la ladera de la montaña, en medio de unas matas de flores silvestres y al lado de un arroyo de agua transparente.
-¡ Despierta ! – Decían en un rudimentario español. Reían y conversaban entre ellas con sus cabezas cubiertas con pañuelos negros y rodeadas de niños.
-¡Hace varios días que te buscamos ! ¿No se te ocurre mejor lugar para venir a dormir? ¡Regresa a la aldea con nosotras!
Estoy segura de que sabían lo que había sucedido y bromeaban a costillas mías.
En ese momento me di cuenta de que estaba envuelta con un espeso manto celeste. ¿Cómo habría aparecido ese manto ? ” ¿Alguien me ha cubierto con él como si no tuviera frío ? ” me pregunté mirando alrededor sin tener respuesta. Recordé vagamente el principio de la oración.
-¿ Cómo pasé de la cocina de María a este lugar ?
Cuando hice esta inocente pregunta las carcajadas ya eran evidentes. Renuncié a seguir indagando. Ya no tenía mucha importancia. ¡El sol brillaba tanto en esa espléndida mañana de Chipre !
Me levanté del pasto y, acomodando el manto celeste sobre mis hombros, regresé a la casa de María caminando alegremente con las aldeanas ..
Hania Czajkowski
Para Alfonsina ..
Hermoso Adri, el pan de los sueños lo estamos amasando junto a Alfonsina y su familia. “Dios te salve, María…”, “EL NA REFA NA LA”. Esperamos el pronto despertar con el manto celeste para el gozo de ella y todos.
Namaste…
Amén