El Perfeccionismo y los Pensamientos
Las investigaciones realizadas alrededor del mundo han encontrado una relación consistente entre las emociones de la gente y sus creencias, pensamientos, ideas, expectativas e interpretaciones. Los estilos negativos de pensamiento parecen estar relacionados con experiencias de ansiedad, ira y tristeza. El perfeccionismo, que es parte a menudo de estos estados emocionados, se asocia frecuentemente a estos estilos negativos de pensamiento. En este capítulo,
enumeraremos los estilos de pensamiento; en capítulos posteriores, explicaremos cómo cambiando estos estilos de pensamiento podemos llegar a conseguir un efecto notable en la tendencia a adoptar conductas perfeccionistas.
Cómo las creencias afectan a las emociones
El enlace entre tus creencias y emociones
Imagina que has quedado con un amigo en que va a pasar por tu casa a recogerle para llevarte a cenar a un restaurante donde ya ha hecho una reserva para las 7 p.m. Como tu vives a quince minutos del restaurante, tu amigo ha acordado pasar a buscarte a las 6:45. Imagina que tu reloj da las 6:45 y tu amigo no ha llegado todavía. ¿Cómo te sentirías en este momento? ¿Qué emoción crees que podrías estar experimentando, de experimentar alguna? ¿Qué pensamientos rondarían tu mente?
Emociones a las 6:45 p.m.:
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Pensamientos a las 6:45 p.m.:
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Imagina que sigues esperando a tu amigo durante 20 minutos más. Son las 7:05, llegas tarde a tu reserva, y tu amigo todavía no ha llegado. ¿Qué emoción podrías estar sintiendo llegado este punto? ¿Qué pensamientos podrían estar rondando por su cabeza?
Emociones a la 7:05 p.m.:
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Pensamientos a las 7:05 p.m.:
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Imagina que pasan otros 40 minutos. Son las 7:45, y te
encuentras realmente hambriento. Tu amigo todavía no ha aparecido.
Llamas por teléfono a casa de Tu amigo y nadie le contesta. ¿Qué podrías estar sintiendo y pensando ahora? ¿Habrías cambiado en algún aspecto tu forma de pensar o de sentirte con respecto a las circunstancias anteriores?
Emociones a las 7:45 p.m.:
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Pensamientos a las 7:45 p.m.:
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Imagina que tres minutos más tarde, tu amigo aparece cubierto de grasa de arriba abajo por haber tenido que cambiar una rueda en medio de la autopista, y siendo éste el motivo de su tardanza. Tu amigo
te pide disculpas por el retraso y muestra una clara expresión de impotencia y frustración. Deciden quedarse en casa y pedir comida a
domicilio. ¿Cómo te sentirías ahora que tu amigo ya ha llegado?
¿Serían tus emociones o pensamientos diferentes a los que experimentabas hasta hace 10 minutos?
Emociones cuando el amigo llega:
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Pensamientos cuando el amigo llega:
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Interpretación y emociones
Al trabajar con personas que experimentan problemas con la depresión, la ansiedad, o dificultades similares, a menudo les pedimos que imaginen escenas como la anterior para ayudarles a ilustrar la relación entre pensamientos y emociones. Aunque la escena que proponemos es a menudo la misma, las respuestas obtenidas a estas preguntas varían considerablemente de individuo a individuo. Algunas personas nos dicen que ellas serían incapaces de reaccionar negativamente ante el retraso de su amigo. Ante la circunstancia, tomarían un pequeño tentempié para pasar el hambre y dedicarían el tiempo restante a completar alguna tarea de la casa que pudiera haber quedado por concluir mientras su amigo aparece. Otras personas nos cuentan que podrían ir sintiéndose más enfadados progresivamente
con su amigo mientras esperan. Estos sentimientos podrían estar asociados a pensamientos acerca de que su amigo se está comportando de manera despreocupada o desconsiderada. Podría apreciarse que esta conducta contradice cierto valor o actitud, como el de que “las personas no deben llegar tarde”. Cuando el amigo llega y se hace evidente que el retraso estaba más allá de su voluntad o su control, estos sentimientos de ira podrían ser reemplazados por sentimientos de culpa por tomar conclusiones fatales acerca de un amigo.
Otras personas nos cuentan que ellas se sentirían probablemente muy preocupadas si su amigo no apareciera a tiempo. A medida que la tarde transcurre, estas personas podrían desarrollar pensamientos progresivamente más frecuentes acerca de que algo terrible le ha ocurrido a su amigo. Cuando el amigo llega finalmente, estos sentimientos de ansiedad y preocupación podrían ser reemplazados por sentimientos de alivio. Otros individuos nos cuentan que se sentirían tristes si su amigo no apareciera a tiempo. Podrían llegar a pensar que su amigo no se preocupa lo suficiente por ellos al no llegar a tiempo, y como resultado, ellos podrían cuestionarse sus méritos y su autoestima mientras dura la espera. Del mismo modo que las personas que responden a esta escena con ansiedad y preocupación, los individuos que predicen que se sentirían tristes a menudo cuentan que presumiblemente se sentirían aliviados al ver a su amigo aparecer y
la causa del retraso quedara clara.
Esta escena ilustra cómo la misma situación puede llevar a un amplio abanico de emociones dependiendo de la interpretación de lo ocurrido por parte de cada individuo. A pesar de todas las posibles interpretaciones posibles de esta escena, la situación real es la misma en todos los casos: Un amigo llega tarde a cenar por culpa de un pinchazo. Así, la reacción de la persona que espera a su amigo podría ser de ira, ansiedad, tristeza o cualquier otra del amplio rango de emociones
posibles, dependiendo de cómo se interprete la situación.
La idea principal es, en estos momentos, que las personas no responden a los eventos que acontecen en sus vidas, sino a sus interpretaciones de esos eventos. El mismo evento puede conducir a reacciones muy diferentes en diferentes personas, dependiendo del significado asignado a cada evento. Son sus creencias, pensamientos, interpretaciones, predicciones, suposiciones, y otros patrones cognitivos los que determinan su modo de actuar frente a eventos y situaciones.
Las personas perfeccionistas tienden a presentar patrones de pensamiento que ayudan a sostener su perfeccionismo. Por ejemplo, alguien que tiende a ser perfeccionista podría pensar que sólo existe un modo correcto de fregar los platos. La mayoría de las personas piensan que saben cómo fregar los platos correctamente, pero si usted se toma su tiempo observando cómo diferentes personas friegan los platos, se dará cuenta de que existen muchas maneras de realizar esta labor, y todas ellas funcionan bastante bien. Por ejemplo, algunas personas llenan la fregadera de agua caliente con jabón y dejan los platos en remojo antes de frotarlos. Otras personas dejan el agua correr y friegan cada plato por separado debajo del grifo. La gente usa estropajos y esponjas de toda clase, incluso hay algunos que lo hacen con las manos. Muchas personas insisten en utilizar una marca de jabón en particular, mientras que hay otros que usan cualquier marca de jabón indiferentemente, e incluso otros que no usan ningún tipo de jabón en absoluto. Algunas personas sólo utilizarán agua muy caliente para asegurarse de que mueren todos los gérmenes; otras personas prefieren que el agua esté templada o fría. Algunas personas ni siquiera se molestan en emplear agua y simplemente les pasan un trapo. Algunas personas los friegan inmediatamente después de comer, y otras los dejan ahí durante horas, e incluso días o semanas antes de lavarlos. Esta es la idea: existen maneras muy diversas de fregar los platos.
Si una persona se aferra demasiado a sus creencias sobre cómo deben realizarse las tareas, el o ella podrían llegar a tener problemas con otras personas que también tienen una opinión férrea acerca de cómo deben hacerse las cosas. El perfeccionismo puede afectar a sus interpretaciones (p.e., “esa no es la manera de fregar los platos “) que, a su vez, afectan a sus emociones (p.e., “pues ahora me enfado”.)
Continuamos con este artículo el jueves que viene !! 🙂