Herramientas para sanar nuestras heridas del pasado: Del Niño Herido al Niño de la Guarda
Es posible sanar al niño herido yes preciso hacerlo si se quiere alcanzar la plenitud.
El remedio exige una transformación interior,
la adopción de una actitud positiva que apoye
y sustente compasivamente al Niño Interior
Jeremiah Abrams
@MAIL DE PERLA PARA MARGARITA
ASUNTO: CARTA 6
NO TODO ERAN HERIDAS
—¡Mamá se llevó todas sus cosas, todo, todo!… ¡Me dejó! ¡Ayy, sí me dejó…! Escucho mi lamento… mi pequeña voz doliente repite estas frases como un mantra,
una y otra vez. Y oigo mi voz como si no fuera mía. No dejo de llorar, de moquear, con sollozos incontrolables, mientras siento que algo por dentro se me fractura, se me rompe. Tengo ocho o nueve años. El mundo externo me amenaza y no sé cómo protegerme. ¡Qué desconsuelo siento!
No sé cuánto rato paso aquí, pero de pronto mi hermana Mercedes aparece, está recién casada, ya no vive con nosotros, pero cuando mi mamá le llama a su trabajo y le dice que se fue de la casa, Mercedes piensa en mí de inmediato. Cuando sale de su oficina, va para allá y sube corriendo a buscarme directamente. Se detiene en el umbral de la recámara de mi mamá y me ve tirada, sollozando con un profundo dolor, un dolor de animalito herido… Me levanta, me lleva al baño, se sienta y me toma en sus brazos… simplemente me deja llorar, mientras me acuna, me abraza y me da besitos. Conforme me calmo, me comienza a hablar dulcemente al tiempo que me acaricia suavemente la cabeza, pasando su mano por mi pelo.
—”¡Mi dulce Perlita, mi amor! Yo quería estar aquí antes de que tú llegaras, pero me ganaste, mi chiquita. ¡Qué pena! Quiero decirte que tú vas a estar bien, y que
yo voy a cuidar de ti todo lo que sea necesario. Que es muy triste que te toque estar en medio de esos pleitos entre papá y mamá, pero que yo estoy cerca de ti a pesar de que no viva contigo”.
Oír su dulce voz me tranquiliza, siento su protección, su amor, y eso… es como tocar el Cielo. Gracias Mercedes. Ella fue durante muchos años el ángel guardián de todos, hasta que creo se cansó… No la culpo.
Muy cansada por hoy,
Perla
Y sin más, con un solo dedo pulsó la tecla que enviaba el correo.
—¡Adiós! Y con ademán de fastidio, cerró la laptop. La hizo a un lado en su cama, se giró y abrazándose a su almohada comenzó a llorar una vez más.
—¿Por qué, por qué todo ha tenido que ser de esa manera en mi vida? ¡Estoy cansada!
Pero ahora fue diferente. Se dio cuenta que quien decía eso era Perlita, muy triste. Y se percató al abrazar a la almohada, que era Perla adulta abrazando y consolando a la pequeñita… y ésta se sentía tanto mejor así… como cuando su hermana Mercedes la abrazó hace muchos años en aquel baño de azulejos
verdes…
Y suspirando, más serena, se quedó dormida.
—¿Qué onda con tu vida, niña? Dice el texto. El sonido del teléfono celular la despierta una hora después; con un ojo lee el mensaje de Ana, su querida amiga.
Sonriendo, somnolienta le marca
—¡Hola, querida Anuska!
—¡Oye! ¡Está bien que esté guiándote la mano Sor Juana, Simone de Beauvoir, o Anna Frank! ¡No sé quién sea, pero el caso es que desde que estás de escritora,
¡ni una triste y lánguida llamada o mensaje!, Le reclama cariñosamente Ana. — ¿Cómo vas, amiga?
—¡Cuéntamelo todo!
—Pues muy bien, de verdad que todo cambia cuando eres más consciente del cómo y el por qué. Y sobre todo, se transforma el asunto cuando ya tienes
recuperada en amor a la pequeñita interna (o al pequeñito interno, según sea el caso) y entonces, seguir “pedaleándole a la bicicleta” como dice Margarita.
Seguir esforzándose por practicar diariamente lo más que se pueda, las tres famosas herramientas: —¿Y ahora qué seguirá? Me pregunto. Tengo tantas dudas aún, tantos puntos débiles todavía.
—¡Calma, Perla María del Mar! Le dijo cariñosamente Ana. Llevas apenas tres herramientas, y por lo que sé, con todos los 14 módulos del Método Ser Mejor
Ser, son treinta y tantas. Entonces… ¡relax, my dear! ¡Hay más tiempo que vida! —¡Sí, lo sé! Pero con lo emocionada que estoy, entendiendo y cambiando
cosas en serio finalmente, quisiera no parar hasta tener todo de una buena vez! —¡Pa-cien-cia…! O sea, “la ciencia de la paz”… ponte en paz, y todo
llegará… le dijo Ana, tomando una cómica postura de buda bajo el árbol sagrado.
—¡Ay, mi Ana! ¡Qué feliz se pone mi Perlita estando contigo! ¡Gracias por estar aquí conmigo cerca! ¡Vamos a cenar algo! ¿No?
—¡Va! ¿Pasas o paso?
Varias horas después, cuando Perla regresó de su cena, le envió a Margarita una simple posdata a su carta de la tarde.
POSDATA
DE PERLA A MARGARITA:
Ya no quiero traer al presente sólo eventos feos de mi pasado, quisiera contar cosas maravillosas, o muy lindas por lo menos. ¿Se podría? Quiero decir, ¿te
interesaría, Margarita? ¿Tendría sentido comentar sobre esto?, ¿O es ocioso y siempre hay que hurgar en lo oscuro para avanzar? He empezado a poner en práctica las tres herramientas, y ¿luego, qué sigue? Ya le digo a mi Niña que no se asuste, que yo la voy a proteger, pero en realidad, yo, como adulta, muchas veces estoy igual de asustada que ella. No sé cómo hacer más valiente a la Perla adulta. Espero tu respuesta, Gracias, maestra.
Perlitas (ambas)
@MAIL DE MARGARITA PARA PERLA
ASUNTO: RE: CARTA 6
VALIDAR AL NIÑO VULNERABLE. CONCEPTO DE PADRE PROTECTOR/NUTRIDOR
¡Ay, qué lindas Perlitas! (ambas) Déjame decirte que tu carta pasada me encantó. Me dio mucho gusto ver que estás lista a cerrar esa etapa, a soltar y dejar ir, e irte ya a otro asunto. Vamos ahora a un nuevo contenido. Para explicar esto y que continúes avanzando, me viene de maravilla tu último relato. Esa tristeza infinita, ese desamparo que me hizo sentir la pequeña Perla cuando descubrió que mamá la dejó, es exactamente proporcional al gozo sublime que sintió su pequeño y frágil corazón cuando la querida hermana la llega a consolar amorosamente…
Y justamente eso quiero comentar. Cuando estabas viendo el clóset vacío de tu mamá, lo que hace que sea tan dramático el hecho, es que se pone de relieve la Vulnerabilidad del Niño. Veamos entonces las herramientas que comenzaremos a integrar ahora:
Validar al niño vulnerable
Esta es la criaturita que se sintió abandonada, que era frágil, que sentía mucho susto, que sufrió abuso de diversa intensidad y /o frecuencia. Cuando hoy en día, como adulto estás enferma, perdiste el trabajo, terminaste una relación, te regaña el jefe, te roban, te accidentas, cuando pasas por alguna experiencia desagradable de cualquier tipo… quien sale a la superficie de inmediato, es justamente el Niño Vulnerable de antaño. Claro, disfrazado de adulto enojón, mal encarado, incluso violento.
Todas las reacciones desproporcionadas que se tienen cuando adultos, y que a todas luces son inadecuadas y fuera de lugar, tienen su origen en el Niño Vulnerable.
Por ejemplo, una pareja extremadamente sensible al medio y que está a la defensiva para protegerse, se maneja desde su Niño Vulnerable. Si no experimenta
una gran seguridad de parte del otro no puede confiarse y usa una espada desenvainada emocional si es agresivo, una armadura virtual si es pasivo y se va a
retraer. Cuando la gente se enferma mucho hay un Niño Interno triste y agobiado que está mandando el mensaje de que necesita ser rescatado en amor. De ahí las enfermedades recurrentes.
Por lo tanto, de lo que se trata ahora que tienes recuperado en amor al Niño Interno, es que puedas identificar de inmediatamente en esos momentos al Niño
Vulnerable en acción. ¿Cómo? Porque vas a reconocer que la manera como te sientes en ese momento, en tu vida adulta, es muy parecida a cómo te sentiste por ejemplo, frente a ese clóset vacío que te confirmaba que mamá se había ido y te había dejado.
Y ¿cómo se siente eso? Sólo tú lo sabes, y por lo mismo, puedes identificarlo muy claramente. Vas a validarle a tu Niña Interna su vulnerabilidad. No se trata de
avergonzarse de ella y por lo mismo, tratar de ocultarla y manifestarla bajo alguna otra máscara. No.
Vas a decirle algo como: “Está bien sentirse vulnerable, Perlita. Te entiendo. Esto es difícil. Pero aquí estoy yo, para cuidarte y protegerte, tú no tienes que
preocuparte por ello. No te dejaré sola en estos momentos. Tranquilízate. Yo como adulta, lo resolveré”.
Desde tu adulto que cuida de esa criaturita, se activa entonces la figura que puede ayudarla en ese momento, y para hacerlo, es necesario entonces aprender la
siguiente herramienta:
Activar al Padre Nutridor y Padre Protector
La figura del Padre Protector y del Padre Nutridor son dos caras de una misma moneda. Son dos aspectos que tienen que ver simplemente con las energías
arquetípicas del yin y el yang, de la energía masculina y femenina. El padre, como arquetipo, cuida, protege, contiene, es el guerrero protector; es la energía masculina. La madre a su vez, nutre, cobija, da calor y ternura; es la esencia de la energía femenina. Pero es necesario entender que una mujer puede dar ambas cosas, lo mismo que un hombre también, por eso he hablado de que cada individuo debe de convertirse en “su propio padre y en su propia madre”. O sea, el Niño Interno requiere encontrar en ese adulto que lo cuidará, al Padre Protector y al Padre Nutridor.
A través de los tiempos, el hombre siempre ha buscado acercarse a la energía que lo haga sentirse cobijado, sostenido amorosamente, a un nivel místico, espiritual, sobrehumano… La Madre Nutridora por excelencia es por ejemplo, en nuestra cultura la Virgen de Guadalupe, o la Virgen María, o cualquiera de las advocaciones virginales. Y en la India, Laksmi, en China, Quan-Yi, y Gaia, la Pachamama o
Deméter como la Madre Tierra. ¡Imagina cuánta es la necesidad de sentir esta figura presente que cada 12 de diciembre vemos las mil y una demostraciones de devoción por millones de personas!
Un adulto empoderado, maduro, sereno, fuerte, conlleva a la figura del Padre Protector. Es el Guerrero de Luz. Como también lo son las imágenes de personajes
tales como Jesús, el dios Zeus, Quetzalcóatl, y en las historietas de super héroes el jefe Toro Sentado, Robin Hood, El Zorro, Kalimán, Supermán, Batman, etcétera.
En religión, en literatura, a través de los tiempos, el hombre siempre ha tenido la necesidad de confiarse a entidades superiores que le provean este nutrimento y
cuidado, desde el Niño Interno del inconsciente colectivo. Incluso, todos recordamos la famosa frase que decían los niños en apuros, en la famosa serie televisiva de los años 80:
—“¡Cielos! Y ahora, ¿quién podrá defenderme?”
Y era maravilloso el regocijo de los pequeños cuando surgía de atrás de cualquier mueble, el salvador:
—“¡El Chapulín Colorado!”
Porque el Chapulín encarna para los pequeños una figura que siempre va a resolver la dificultad, es el guerrero de luz, el Padre Protector, en una visión muy urbana y subdesarrollada, pero por lo mismo, muy accesible (tan común y corriente como pudiera ser cualquier papá en la vida real).
Roberto Gómez Bolaños (Chespirito) tuvo una enorme visión de la dimensión psicológica del ser humano y su necesidad a llenar; tanto a niños como a grandes, el
personaje de Chespirito les habla de su propia vulnerabilidad. Y el Chapulín llena la necesidad de sentir la protección, desde el niño, interno (de 40 años) o externo (de ocho).
Por eso tuvo éxito por décadas en todo el planeta y su serie era traducida al árabe, japonés o ruso. Recién ahora, muchos años después de terminada la serie,
decidió incursionar en las redes sociales. Su primer tweet decía: “¡Hola, soy Chespirito, tengo 82 años y esta es la primera vez que tuiteo. Estoy debutando!
¡Síganme los buenos!”. Ese mismo día, por la noche, ¡llegó al medio millón de seguidores en menos de 24 horas. Sin importar la edad, el Niño Interno de todo ser humano, requiere y busca la protección de un Padre Nutridor/Protector.
Entonces, uno como adulto tiene que crecer en seguridad y fortaleza para proveer esos dos pilares que nuestro Niño Interno requiere para poder sanar. Por lo tanto, la herramienta de Activar al Padre Protector y al Padre Nutridor es importantísima.
Como decía al principio de esta carta, ambas figuras son dos lados de una misma moneda, simplemente se activa en dos sentidos diferentes: El Padre Nutridor se activa en relación con el niño mismo, hacia adentro.
El Padre Protector se activa en relación al medio externo, hacia fuera.
¿Cómo lo vamos a lograr?