La Empatía
La empatía es capacidad de pensar y sentir
La vida interior de otra persona como si fuera propia
Heinz Kohut
Empatía
Ponerse en sus zapatos
Mamá ! ¿Puedes intentar comprenderme ?
Quizá si te pones en mi piel entenderás mejor cómo me siento y mi manera de ver las cosas. ”
¿Qué es la Empatía?
La empatía es una habilidad social esencial. Empatía significa tomar conciencia de los sentimientos, necesidades y preocupaciones ajenas. Implica alcanzar una mayor comprensión de los demás, captar sus sentimientos y otros puntos de vista. Un conocimiento más profundo y sin filtros. Empatizar con nuestro hijo significa ponerse en sus zapatos, entender y comprender su postura, sus circunstancias y sus sentimientos. Ser empáticos no significa estar de acuerdo con nuestro hijo y que comulguemos con sus ideas, pero sí las respetemos y aceptemos.
Se trata de descubrir y conocer a tu hijo desde la intolerancia. Entender que tienen diferentes maneras de ver la vida y probablemente diferentes formas de ser. Podrás ofrecer entonces lo que él necesita de verdad y no lo que crees que precisa. Cada niño es diferente y percibe las cosas de una manera muy diversa, por tanto cada niño necesita ser tratado y acompañado de una forma diferente.
La Realidad es la que tú quieres crear, la del otro puede ser diferente
Joe Dispenza
La empatía no tiene nada que ver con la simpatía. Ésta es la que se conoce como tener feeling o conectar con alguien. La empatía es más profunda, incluye e descubrimiento y la comprensión de la manera de ver el mundo de tu hijo, sus perspectivas, sus emociones, sus inquietudes, sus miedos. Se puede tener empatía con una persona con la que no se está de acuerdo, o a la que incluso no se le tenga mucha simpatía. Aquí está el gran reto de la empatía.
También cabe diferenciar la empatía de la sobreempatía. La empatía lleva a la comprensión del otro y a apoyo, la sobreempatía sufre sus emociones. Se puede comprender el dolor que tiene el hijo, pero no padecerlo físicamente. Si se sufre su mismo dolor, difícilmente se le puede ayudar.
En casa por las mañanas vamos todos corriendo. Yo, personalmente, soy como un cohete. Descubrí un día que mi hija Cecilia no era así y no funcionaba bien con las prisas. Fui consciente de que ella necesitaba su tiempo para desayunar tranquilamente. Yo, en cambio, siempre las despertaba con prisas, las vestía rápidamente y las hacía desayunar casi de pie. Este ritmo conllevaba llantos, enfados, malos humores y unas mañanas emocionalmente muy tensas. Cuando comprendí que mi hija Julieta necesitaba su tiempo, cambié todo lo que estaba en mis manos para que así fuera: dejaba preparada la ropa y el desayuno, las despertaba con más tiempo, permitía que se vistieran después de desayunar, ya más despiertas. Establecí una serie de cambios desde la empatía con mi hija Cecilia , que le ayudaron a estar más tranquila y de mejor humor por las mañanas. El cambio en ella y en la familia fue sustancial.
¿Cómo desarrollar la empatía ?
Encuentra a continuación cuatro recursos que te ayudarán a empatizar con tu hijo.
1, Observar e imitar
Observa la conducta no verbal de tu hijo e imítala para descubrir y sentir sus emociones y su energía. La comunicación no verbal, como vimos anteriormente, es aquella que va más allá de las palabras. Son los gestos, el movimiento o la posición corporal y las expresiones faciales. La comunicación no verbal es la que transmite los verdaderos sentimientos y el verdadero estado interior del niño. El lenguaje no verbal no miente nunca, nace del inconsciente, a diferencia de la palabra, que śi puede mentir. A menudo sucede que las palabras dicen algo que se contradice con la expresión corporal y los gestos de quien habla. Por ejemplo, si preguntas a tu hijo: ” ¿Cómo estás ? ” y responde ” muy bien mamá ” con la cabeza baja, el tono apagado y ni siquiera te mira a los ojos, ¡ No le dejes escapar! Posiblemente está comunicando algo que no sabe transmitir con palabras.
Por lo tanto, analizar e imitar el lenguaje no verbal te ayuda a conectar con lo que ocurre realmente dentro de tu hijo. Te puede ayudar a sentir y experimentar lo que te está pasando.
Te propongo que ahora explores el impacto del lenguaje no verbal en tus emociones.
a. Colócate en la posición que se presenta en la imagen siguiente e intenta hablar de tu alegría. Procura mostrarte contento.
¿Qué ocurre? ¿Cómo te sientes ? ¿Que emoción es la que predomina?
b. Ahora colócate en esta posición e intenta hablar de tus penas.
Procura mostrarte triste.
¿Qué es diferente ahora ? ¿De qué tienes ganas desde aquí?
2. Escuchar (Lenguaje Verbal y no verbal )
Escucha a tu hijo con una mente abierta y sin prejuicios. Escucha más allá de sus palabras. Sé tolerante con las diferencias que existen respecto a él, y acepta que hay modos distintos de ver las cosas. No cuestiones, sino respeta las diferencias. Si pones barreras no entrarás en su mundo y por tanto no lo podrás comprender ni ayudar como necesita.
3. Preguntar para comprender
Se trata de comprender su mundo preguntando con curiosidad y respeto. En ocaciones su realidad puede ser diferente a la de uno mismo.
– Háblame de lo que está pasando dentro de ti .. ¿Qué emociones hay presentes en ti ? ¿Qué te preocupa? ¿Qué que inquieta ?
– ¿Qué es importante para ti? ¿Qué necesitas? ¿Qué echas de menos en tu vida? ¿Qué echas de menos de mí?
. ¿Qué te gustaría decirme/pedirme? ¿Qué te gustaría proponerme?
Es posible reformular o parafrasear sus respuestas para mostrar comprensión.
– Te sientes alejado de la familia, háblame más de esto, ¿Dónde te gustaría estar?
-Te noto enfadado es así? ¿Qué te ha hecho enfadar?
-Me comentas que necesitas más cariño de mamá, ¿cierto? ¿Cómo puedo dártelo? ¿Qué necesitas de mí? ¿En qué ocasiones sí sientes mi cariño?
4. Meterse en sus zapatos
Por último, un gran recurso para empatizar con tu hijo es meterte ” literalmente “en sus zapatos. Vamos a realizar una breve visualización. Para ello y te propongo que te dejes llevar y que confíes. Si puedes, es mejor que la grabes o que alguien te la lea.
Cierra los ojos por un momento e imagina que eres tu hijo. Ve a su armario y ponte su camiseta y sus zapatos favoritos. Recuerda antes quitarte los tuyos. Siéntate como él/ella se sentaría e intenta imitar su postura. (Pausa). Dí tu nombre y tres cosas que te gusten mucho y siente cómo vas entrando poco a poco en su mundo.
Quédate allí sintiendo la energía de tu hijo y responde a las siguientes preguntas: ¿Cómo te sientes en casa? ¿Qué necesitas de mamá y papá? ¿Qué te gustaría decirles o pedirles?
Realiza una pequeña pausa y cierra los ojos después de cada pregunta para que tengas tiempo de sumergirte en sus vivencias.
Esta visualización en un buen medio para meterte en su piel y que sientas la vida de tu hijo como él la siente. Realizarla no es una tarea fácil pero con la práctica te darás cuenta del potencial que tiene y el conocimiento que obtienes de tu hijo,
Todos estos recursos pueden ayudarte a tener una perspectiva mucho más auténtica y rea de tu hijo y de su vida. Desde aquí ya puedes actuar para ayudarle. Tu punto de partida ahora es mucho más amplio y rico.
Recuerda que siempre es mejor intentar no dar la solución directamente, sino ayudarle a que él la encuentre a través de las Preguntas Poderosas. Es la manera de que descubra y conecte con sus capacidades y recursos. En ocasiones creemos que dando directamente a solución ayudamos y en realidad se produce lo contrario.
-¡Qué te ayudaría a salir de aquí ? ¿Qué puedes hacer ?
-¿Qué recursos tienes ?
– ¿Cómo puedo ayudarte ? o ¿quién podría ayudarte?
– ¿Quieres que citemos diferentes soluciones entre los dos y que luego elijas la que te ayude más?
Beneficios de la Empatía:
– Ampliar los puntos de vista y ganar comprensión
– Mayor respeto y aceptación hacia el hijo
– Ser más flexibles y tolerantes
-Aumentar la paciencia
– Mayor capacidad de ayudar y potenciar a tu hijo
– Creer más en él
– Relación más profunda y vínculo más sólido
– Reducción de conflictos y enfados
Si enseñas a tu hijo esta habilidad a través de tu ejemplo, tendrá una mayor capacidad de sociabilidad, una mayor comprensión de su entorno y unas relaciones más profundas y estables.
A Practicar !!
Ejercicio 1: Vamos a explorar, a través de ti, el mundo interior de tu hijo, ¿Estás preparado?
Busca un lugar tranquilo. Cierra los ojos y ponte por un momento en los zapatos de tu hijo, incluso, imaginarte sus zapatos y, si es posible, póntelos, tómalos y tenlos cerca donde puedas verlos, te ayudará a entrar en su mundo. Conecta también con su energía, sus movimientos y su posición corporal. Colócate por tanto como él lo haría. Una vez sientas que eres él o ella, intenta responder a las siguientes preguntas como si fueras tu hijo:
Empieza con estas cuatro preguntas para ayudarte a entrar en sus zapatos:
¿Cómo te llamas?
¿Cuántos años tienes ?
¿Cuál es tu película favorita ?
¿Qué es lo que más te gusta de ella ?
Ahora responde como si fueras él o ella. Cierra los ojos antes de responder para sentir todo lo que puedas a tu hijo. Responde desde lo que él es y no desde lo que tú crees que es. Intenta darte cuenta de la diferencia
¿Cuál es tu sueño?
¿Qué harías con una varita mágica ?
¿Qué es lo más importante para ti en estos momentos de tu vida?
¿Qué te hace ser especial?
¿Qué es lo mejor de ti?
¿Cuál es tu rol en la familia?
¿Cómo te sientes en ese rol?
¿Qué aportas a tus padres, hermanos, abuelos? ¿Qué necesitas de ellos?
¿Qué te gustaría pedirles que no estás obteniendo?
Una vez terminadas las preguntas, puedes salir de los zapatos de tu hijo y volver a los tuyos. Respira profundamente y contesta a las siguientes preguntas.
¿Qué has descubierto sobre tu hijo?
¿Qué crees que necesita de ti o de la familia en estos momentos? ¿Cómo puedes ayudarle?
¿Qué te gustaría decirle ? Imagínate que lo tienes delante, dile lo que sientes y sobre todo dile lo que significa para ti en una o dos palabras:
No olvides decírselo cuando lo veas y nota el impacto de tus palabras.
Reflexión
¿Cuál es tu nivel de empatía normalmente con tus hijos? ¿Qué crees que va a ganar si aumentas este nivel?
Ejercicio 2.
Piensa ahora en una situación que sea emocionalmente fuerte para tu hijo, en la cual se encuentre bloqueado y sin recursos.
Ejemplos:
-Tras un suspenso en el Colegio o la Universidad
-Un enfado entre amigos.
-Falta de autoestima o de confianza
Cierra los ojos y ponte de nuevo en sus zapatos. Conecta con su energía, sus movimientos y su posición corporal e intenta sentarte como él lo haría. Cuando sientas que estás allí, intenta responder a las siguientes preguntas:
¿Qué es eso que te preocupa o te enfada tanto? Explica brevemente la situación que te bloquea.
¿Cómo te sientes ante esta situación ? Nombra la emoción.
¿Qué necesitas en esos momentos de mamá/papá( o de tu amigo o del profesor)?
¿Qué te gustaría pedirles?
Reflexión
¿Qué hacías normalmente en estas situaciones ? ¿Cómo puedes ayudarle ahora con esta nueva información para salir de ahí?
Ejercicio 3.
Piensa en una situación conflictiva con tu hijo, o en un patrón que se repita y que quieras cambiar. Algo de tu hijo con lo que te cuesta empatizar.
Ejemplo:
Mi hija. Cecilia es pura energía y habitualmente se levanta de la mesa mientras comemos. Éste es el patrón que se repite que me gustaría modificar de alguna manera. Muchas veces nos crea pequeños conflictos.
Coloca dos sillas delante de ti y enuméralas, la 1 y la 2
Antes de sentarte en la silla 1 y seguir los pasos, explica brevemente la dinámica o comportamiento que se repite, describe los hechos objetivos, sin juicios ni opiniones.
Cuando me siento en la mesa con mi hija. Cecilia se levanta dos o tres veces sin haber terminado la comida.
Describe los hechos:
Pasos a seguir:
1. Sentarse en la silla 1 y explorar qué emociones hay en uno mismo cuando esto sucede: ¿Qué ocurre en ti? ¿Cómo te sientes ante esta situación? ¿Qué necesitas ? ¿Qué te gustaría decirle o pedirle? Escribir un adjetivo que defina la actitud del hijo en esa situación. Cierra los ojos después de cada pregunta si te ayuda a conectar con tus emociones.
Anota tus Reflexiones:
2. Cambiar de silla (silla 2) e intentar sentarse como lo haría el hijo. ¿Cómo te llamas? ¿Qué es lo que más te hace reír? Siente cómo entras en sus zapatos. Ahora se trata de empatizar con él/ella y explorar sus sentimientos y emociones. ¿Cómo te sientes cuando mamá/papá se comportan así? ¿Qué necesitas? ¿Qué te gustaría decirles o pedirles? Escribe un adjetivo que describa la actitud de la madre/padre en esa situación. Anota tus reflexiones:
3. Ponerse de pie. Ahora eres un observador externo y neutral. Mirar las situación desde fuera y preguntarse lo siguiente: ¿ de qué manera contribuye esta/e madre/padre para que su hijo se sienta así? ¿Qué ocurre aquí? ¿Qué imagn te aparece? ¿Qué recursos faltan y qué sobra? ¿Qué les podría ayudar?
4. Volver a la silla 1 y al rol de madre/padre: tras vivir esta experiencia desde diferentes perspectivas, ¿qué hacambiado en ti? ¿Qué es distinto ahora? ¿Qué puedes hacer diferente ? Anota tus respuestas.
Puedes utilizar esta misma herramienta para solucionar conflictos que tu hijo tengacon terceras personas. En la silla 1 irá tu hijo y en la 2 tu hijo entraŕa en los zapatos de la persona con la que tiene dicho conflicto, por ejemplo, un hermano, un profesor, un entrenador, un mienbro de la familia .. Puébalo , es un recurso muy útil.
Reflexión :
¿Cómo cambian tus relaciones cuando creas una mayor comprensión del otro? ¿Qué te llevas de esta exploración ?
Ejercicio 4:
Aquí encontrarás un juego para practicar la empatía con toda la familia. Jugar es una buena manera de aprender además de pasar un valioso rato con ellos. Muchas veces nos olvidamos de que lo que realmente necesitan es nuestra presencia.
Vamos a jugar a ser un miembro diferente de la familia por un instante para comprender la realidad de cada uno : papá, mamá, hermanos, abuelos .. De esta manera, el hijo aprende a empatizar con el entorno.
Nos ponemos todos en los zapatos de mamá, por ejemplo .. imaginen por un momento que son mamá o caminen como mamá lo haría. También es posible para hacerlo más divertido si se visten como ella o si se ponen sus zapatos. Cierren los ojos y reflexionen sobre las siguientes preguntas:
¿Cómo es ser mamá? ¿Qué es lo mejor de ser mamá? ¿Qué emociones predominan en mamá? ¿Cuáles son sus sueños? ¿ Y sus miedos? ¿Qué le inquieta o preocupa? ¿Qué necesita del resto de la familia? ¿Qué le gustaría que supieran de ella? ¿Qué imagen o metáfora describe mejor a mamá? Deja una pequeña pausa detrás de cada pregunta para que dé tiempo a sentir qué significa ser mamá.
Al terminar, abran los ojos y hagan todos una o dos respiraciones profundas. Se puede preguntar sobre la experiencia de cada uno y comentarla despacio y respetando los turnos.
¿Qué descubres al ser mamá?
¿Qué sabes de ella que no sabias antes ? ¿Qué necesita mamá más de ti ?
Hay que repetir el procedimiento con cada uno de los miembros de la familia: papá y hermanos si los hay, El miembro escogido puede liderar el ejercicio y por tanto hacer las preguntas y reflexiones ( mamá en el caso anterior)
El hecho de que toda la familia viva las distintas perspectivas supone ampliar la visión de las cosas y comprender un poco más la realidad de todos. Pueden incluso llevar estos aprendizajes a acciones y compromisos de la familia.
Después de haber indagado y reconocido los diferentes roles, pueden preguntar cosas tipo :
¿Qué sientes que debes cambiar para mejorar tu impacto en casa ?
¿Qué quieres cambiar de tu actitud ?
¿Cómo puedes ayudar más?
¿Qué necesitamos saber de ti ?
¿Qué te gustaría pedirnos?
Mis acciones Compromiso
Escribe dos acciones que te vas a comprometer a realizar a partir de hoy para empatizar con tu hijo y así ayudarle mejor:
a.
b.