Responder correctamente a las críticas
¿Qué hacer cuando alguien nos critica agresivamente? Ya sea justa o injusta la crítica, cuando menos la situación es intimidante, a no ser que estemos muy seguros de nosotros mismos y dominemos buenas estrategias de respuesta.
Para aprender este tipo de conductas, es necesario que, previamente, la persona tenga claras una serie de cosas, y, en caso de no tenerlas, debería de instaurarlas por medio de una Restructuración Cognitiva:
– La persona tiene que saber interpretar correctamente (objetivamente) una situación en la que le parezca que está siendo criticada. Tiene que saber discriminar lo que es verdadera crítica y lo que es mera interpretación suya, distorsionada por sus pensamientos irracionales. ¡Hay muchos comentarios inocentemente sarcásticos que son interpretados como cŕitica feroz!
– También tiene que saber evaluar cuándo una crítica está siendo emitida con mala voluntad ( en cuyo caso tendría que saber defenderse asertivamente) y cuándo se trata de una crítica constructiva” (en cuyo caso la reacción iría encaminada a evaluar si la otra persona tiene razón y/o cómo responder a ello).
Lo que es muy importante a la hora de responder correctamente a una crítica es el tono en que se emita la respuesta asertiva, ya que la persona que está criticando no tiene que sentirse agredida. Si esto ocurre, la conversación terminaría en una discusión o una competición de agresiones mutuas, que no llevaría a ninguna parte. El tono de la respuesta a una crítica tiene que ser, pues, lo más neutro y aséptico posible.
Veamos, concretamente, las estrategias más comunes que existen para responder a las críticas.
a) SI te parece que la crítica es justificada, pero no deseas continuar hablando sobre el tema (¡ Hay críticas muy pesadas !) :
-Reconocer ( Tienes razón )
-Repetir ( Tendría que haber hecho .. )
-Explicar ( no lo hice porque …)
No hay que pedir nunca excesivas disculpas. El dar demasiadas explicaciones es signo de inseguridad. Con una frase explicativa basta.
b) Si quieres convertir al otro en un aliado ( no se lo esperará ) en vez de un crítico, pregunta:
– ¡Qué crees que debería hacer?
Pide clarificación y no admitas respuestas vagas o negativas.
(Crítico ) – ” No me gusta que hagas.. ”
(Tú ) – Bien, pero ¿Qué quieres que haga exactamente ?
c) En cualquier caso:
No permitas que el otro generalice su crítica a otras situaciones o a otras facetas de tu personalidad.
Utiliza el Acuerdo Asertivo :
– – Sí, debería de haber hecho .. pero eso no significa que yo sea .. “.
o el Banco de Niebla: Sólo asentir a lo que consideramos válido, lo otro ni lo mencionamos:
(Crítico): – Comes demasiado poco. No te está cuidando lo suficiente y te vas a debilirar”.
(Tü): – Sí, puede que coma poco”.
Esta última forma de actuar no significa que estés cediendo , ya que en todo momento pones el ” Quizá … “, sino que no quieres seguir discutiendo.
Si la persona sigue insistiendo ( suele sentar muy mal este tipo de respuestas), puedes utilizar el Aplzamiento Asertivo”, es decir, aplazar la discusión para más adelante:
– “¿ Te parece que lo hablemos en otro momento? “.
Técnicas de Reducción de Ansiedad
Determinadas situaciones de interacción social provocan en las personas poco asertivas reacciones o respuestas con un nivel muy elevado de ansiedad, de tal manera que en ocasiones pueden incapacitar total o parcialmente al sujeto para emitir la conducta adecuada, por muy aprendidas que tenga las técnicas y muy asimilados los pensamientos alternativos racionales. Si bien rara vez los problemas de asertividad provienen exclusivamente de la ansiedad, cuando la respuesta de tensión es muy elevada, – la persona se queda bloqueada y no puede actuar o bien tiene somatizaciones muy intensas – es preciso trabajar aisladamente esta respuesta antes de que comience a poner en práctica otro tipo de habilidades.
Para reducir la ansiedad de forma física, existen fundamentalmente dos técnicas, complementarias entre sí: la relajación y la respiración.
La Relajación
Existen básicamente dos tipos de relajación : la Relajación Progresiva ( muscular ) de Jacobson y el Entrenamiento Autógeno de Schuls. Aquí solamente pasaremos a describir la técnica de Jacobson.
Ésta se basa en que relajando diversos grupos musculares se logra relajar también la mente.
La mayoría de la gente desconoce cuáles de sus músculos están habitualmente tensos. Por medio de esta técnica se aprende a identificar los músculos que están más tensos y a distinguir entre la sensación de tensión y relajación profunda.
Si bien no vamos a presentar aquí un manual de relajación, sí describiremos brevemente los grupos musculares que se trabajan en una relajación progresiva. Los cuatro principales son:
– Músculos de la mano, antebrazo y bíceps
– Músculos de la cabeza, cara, cuello. Se presta especial atención a los de la cabeza ( cuero cabelludo, orejas, sienes, frente), ya que la mayoría de los músculos implicados en las emociones que crean la ansiedad se encuentran en esta zona.
-Músculos del tórax, región lumbar, estómago y abdomen. El estómago abdomen es otra zona de importante acumulación de tensiones.
– Músculos de los muslos, nalgas, pantorrillas y pies.
La Relajación de Jacobson consta de dos fases:
-Durante la 1° Fase, la persona aprende a discriminar entre un músculo tenso y el mismo músculo, relajado. Para ello, colocándose tumbado o sentado en una silla, va tensando un músculo específico y, tras 3 o 4 segundos, lo relaja progresivamente para apreciar la diferencia entre la sensación de tensión y la de relajación. Durante esta fase, se aprende a discriminar y localizar aquellos músculos del cuerpo que tiendan a tensarse más en la vida diaria de cada uno.
-En la 2° Fase, la persona ya discrimina perfectamente cuándo un músculo está tenso. Sabiendo relajarlo, por lo tanto, no necesitará tensarlo para relajarse, sino que practicará directamente la relajación inducida, sin tensión previa de los distintos músculos.
Aunque pueda parecer muy sencillo, la técnica de la relajación requiere mucha práctica e insistencia hasta tenerla completamente dominada.
La Respiración
Es ésta una técnica muy importante para reducir la ansiedad. Está muy estrechamente ligada a la relajación.
Los resultados de un ejercicio de respiración se aprecian de forma inmediata, pero los efectos profundos no se pondrán de manifiesto hasta después de varios meses de práctica persistente.
Existen muchos tipos de ejercicios respiratorios: desde concentrarse simplemente en sentir el aire que entra y sale, lentamente, de nuestros pulmones, hasta ejercicios más sofisticados en los que se va respirando alternativamente por una fosa nasal y por la otra. Uno de los ejercicios más utilizados , que es, a su vez, base para otros tipos de respiración, es la llamada respiración abdominal. Consiste ésta en utilizar el diafragma en vez de los músculos del tórax para mover el aire que entra y sale de nuestro cuerpo. Para hacernos una idea más precisa, presentamos un ejercicio de inicio de respiración abdominal: