El Impacto de las Etiquetas
Amplía la mirada sobre tu hijo
Papá, ¿ Por qué soy tan lento ?
Quizá si no me dices tanto lo lento que soy pueda descubrir más cosas de mí”
¿Qué son las etiquetas y cuál es su impacto ?
Venimos sellados desde que nacemos. Cuando fui mamá por primera vez e intentaba observar y descubrir a mi hija, me sorprendió la cantidad de etiquetas que sin querer recibía del entorno y, por supuesto, de mí misma. Solo nacer ya le pusimos la primera: ” Es igual a su padre “, probablemente acabará por ser muy parecida a su padre ( profecía autocumplida ), y descuidará quién es realmente. Seguro que tiene cosas de eĺ, como también tiene cosas mías, peor no es ni su padre ni su madre. Es ella. Mariana.
Las etiquetas son calificaciones que hacemos de los niños desde que nacen, las cuales tienen una gran influencia en su personalidad. Las etiquetas terminan por convertirse, en muchas ocasiones, en conductas asumidas, sean verdaderas o no.
Etiquetar no es dar una opinión en un momento determinado sino opinar constante y repetidamente sobre algo que ves en tu hijo y que lo acaba marcando y, en ocasiones, limitando. Conlleva encerrar al niño dentro de esa particularidad. No le autorizamos a salir de allí y a que muestre otras muchas cosas que también tiene. Lo único que hacemos es dificultar su autodescubrimiento.
Puede que tu hijo sea un poco vago, o un poco movido, o un poco nervioso, pero no es solo eso. Seguro que tiene infinitas cualidades más que le ayudarán a sacar toda la riqueza que lleva dentro. Si solo lo ves vago o inquieto perderás de vista todo lo demás.
Sir ken Robinson, educador, escritor y conferenciante británico explica en su libro. El Elemento, una historia realmente emocionante y que me llena de esperanza y fuerza. Guillian Lynne era una niña que tenía problemas de conducta en el colegio. Un día escribieron una carta a sus padres en la cual les alertaban de un posible trastorno de aprendizaje. La madre entonces decidió llevarla a un psicólogo. Después de escuchar la descripción que le hizo la madre de todos los problemas Gillian – su falta de atención, su incapacidad para concentrarse y mantenerse quieta en el colegio-, el doctor le dijo a Gillian que tenía que hablar en privado con su madre y la dejaron sola en la sala. Antes de salir del consultorio, el doctor encendió la radio que tenía sobre su escritorio y le dijo a la madre que observara lo que hacía Gillian. Tan pronto como la madre y el doctor dejaron la sala, Gillian se puso de pie y empezó a moverse al ritmo de la música. Después de unos minutos el doctor le dijo a la madre : Gillian no está enferma. Gillian es una bailarina. La llevaron a una escuela de danza y ahí se encontró con otra gente que no podía estarse quieta, gente que para pensar tenía que moverse. Después de eso tuvo una carrera muy fructífera. Hoy es una de las coreógrafas más exitosas de los últimos años (entre otras cosas, Gillian hizo las coreografías de Cats y el Fantasma de la Opera).
Si consigues ver más allá de esa etiqueta o incluso darle la vuelta, conseguirás descubrir quién es tu hijo realmente y podrás por tanto liberar todo su potencial. Tu hijo no es solo una cosa, sino muchas. No debemos encerrarlos en aquello que les limita, sino invitarles a explorar y liberar lo que les impulsa.
Ten presente que existen etiquetas aparentemente buenas que también limitan al niño. Por ejemplo, Una etiqueta como responsable puede limitar cualidades más aventureras y necesarias en la infancia. Por eso es importante ver a tu hijo de manera global, y no solo en un aspecto que si es muy repetitivo le puede estar limitando.
¿Cómo evitar las etiquetas?
No entraremos a valorar si la etiqueta es cierta o no, ya que probablemente no hay una única verdad. Lo importante es que seamos constantes de si esa etiqueta le está impulsando o limitando en su desarrollo. En el caso de que le esté limitando debemos intentar reformularla.
Las etiquetas en muchas ocasiones provienen a priori de una interpretación propia sobre tu hijo. Para evitarlas o reformularlas en beneficio de tu hijo, te propongo una serie de recursos para ayudarte a crear más conciencia al respecto.
1. Haz referencia a las conductas (“Cariño, las perdido las llaves de la casa”) y no al niño (” Cariño, eres un irresponsable por perder las llaves de la casa “), es una manera de evitar calificaciones.
2. Separa cómo eres tú y tus vivencias, de cómo es él y las suyas.
En caso de ser tú una persona a la que le guste mucho el orden y tenerlo todo bien organizado, por ejemplo, es probable que si a tu hijo no le agrada tanto, interpretes que es desordenado o un poco desastre. Si tú fueras más relajado con el orden como él, probablemente ti interpretación cambiaría. Por tanto, puede que sea desordenado o no tanto como lo estás percibiendo. Si se trata de un progenitor muy activo o aventurero y tiene un hijo más tranquilo y responsable, quizá lo perciba como un poco aburrido o vago. Es importante reconocer qué parte de ti hay en dicha etiqueta.
3. Sé consciente de tu estado de ánimo y tu humor
Muchas veces exageramos las cosas porque nosotros no estamos bien. Yo, por ejemplo, cuando tengo más estrés tengo mucha menos paciencia y percibo a mis hijos como niños inquietos que no paran. También me pasa cuando llego cansada que su tono de vozme resuena en la cabeza y me da la sensación de que son unos gritones. Cuando soy consciente de mi estado, entiendo que eso es parte de mí (y no de ellos ).
4. Evita las Comparaciones
Se dice que las comparaciones son odiosas. Y pueden llevarte a poner etiquetas. Suele pasar entre hermanos, primos y amigos.
Mis hijas por ejemplo, tienen estilos muy diferentes. A una le encanta ir con vestido y a la otra con pantalones. A una le encantan los disfraces de princesas y, a la otra, de superhérores. Un día escuché que alguien me decía: ” Tu hija es un chivharrón “. ¿Qué impacto podŕia tener esta etiqueta en ella ? A mí me lo decían mucho de pequeña y no me gustaba, pues yo no era un niño sino una niña que jugaba a fútbol y vestía con pantalones. Esa etiqueta a veces me creó inseguridad, pues no me sentía acpetada tal y como era. ¿Acaso las niñas no pueden llevar pantalones o jugar fútbol?
5. Transforma la Etiqueta
Trata de convertir esa etiqueta en una cualidad positiva de tu hijo.
Es gritón – es enérgico
Es vago – es tranquilo
Es irresponsable – es aventurero
Es lento – le gusta disfrutar
6. Cambia el Foco
Presta atención a todas sus cualidades y virtudes en lugar de a sus defectos
Preguntas que puedes hacerte para evitar etiquetar a tu hijo:
-Cuál es la conducta de mi hijo ?
– Influye mi estado de ánimo en esa etiqueta?
– ¿Cuál será la parte positiva?
– ¿Qué relación tiene mi personalidad con esa etiqueta?
– ¿Viene de alguna comparación?
– ¿Qué virtudes tiene mi hijo?
Elemplo :
Eres lento
En su lugar :
– Hoy se está vistiendo muy lentamente
– Yo voy siempre corriendo a todas partes
– Sí, si estoy muy estresado y tengo prisa
– A mi hijo le gusta saborear cada cosa que hace
– Sí, porque mi otro hijo es rápido y ya está vestido
– Es sonriente, observador, bondadoso y cariñoso
Las etiquetas no son nuestros hijos, sino lo que interpretamos que son. La realidad es siempre interpretable y así la recreamos. Por lo tanto, la visión que tengas de tu hijo puede condicionar su verdadera identidad y convertirse en real. De las etiquetas no nacen sus talentos ni su verdadero ser.
Si cambiamos la forma en la que vemos a nuestro hijo, nuestro hijo cambiará. Con todo ello no digo que haya que engañarlos, ¡eso nunca!. La intención es que no se creen etiquetas que limitan sino espacios amplios de aprendizaje y desarrollo.
A Practicar “
Ejercicio 1:
Escoge una etiqueta que llevas tiempo cargando en tu mochila y que quieras quitarte de encima porque ha dificultado tu camino. Puede ser positiva o negativa:
¿Recuerdas cuando se te etiquetó por primera vez? ¿Quién te puso esa etiqueta? ¿Por qué te la puso? ¿Cuál era tu comportamiento en esos momentos?
¿Qué impacto ha tenido esta etiqueta en tu vida? ¿En qué te limita o te ha limitado? ¿Qué cosas descartaste por vivir con esa etiqueta?
¿Cuál sería la versión positiva de esta etiqueta? ¿Cómo hubiera sido vivir con esta versión ? ¿Qué hubiera cambiado en tu vida?
¿Qué otras cualidades tienes ? Nombra tres :
1..
2..
3..
Reflexión
Acabas de sentir el impacto que tienen las etiquetas. ¿ Qué es lo primero que te viene al pensar en tu hijo ?
Ejercicio 2 :
Haz una lista de cinco cualidades tuyas que tus padres no supieron ver cuadno eras niño.
1.
2.
3.
4.
5.
¿Qué les impidió verlas ?
¿Qué te hubiera ayudado a hacerlas más visibles ?
Reflexión
Sabiendo esto, ¿ cómo puedes ayudar a tu hijo a mostrar más sus cualidades ?
Ejercicio 3:
1. Reflexiona y escribe una o dos etiquetas que lastren a tu hijo.
2. ¿ Cuál es la conducta que hay detrás de estas etiquetas ?
a.
b.
3. ¿De dónde vienen estas etiquetas ? ¿Es una interpretación por comparación, por tu estado de ánimo, por tu manera de ser ? ¿Es algo que tú tienes y que no te gusta de ti? ¿Es algo que no soportas en las personas?
a.
b.
4. ¿En qué te limitan?
a.
b.
5. ¿Cuá sería la versión positiva de estas etiquetas?
a.
b.
6. ¿Cuáles serían cinco virtudes de tu hijo ue te cueste ver pero que sabes que están ( de esas que no son tan visibles )?
a.
b.
c.
d.
e.
Reflexión
¿Cómo sería la relación con tu hijo si cambias la mirada hacia él?
Mis acciones compromiso
¿Cuál es la etiqueta que quieres por fin tirar a la basura ?
Escribe una acción que puedas emprender mañana mismo para quitarte de encima esa etiqueta y otra acción para ayudar a tu hijo a quitarse la suya. Nombra la etiqueta primero y luego escribe la acción.
¿Qué puedes hacer y cuándo? Que sea algo objetivo y que puedas comprobar que lo está cumpliendo.
a.
b.