El Programa Biológico de Supervivencia (PBS) o enfermedad en la evolución
A día de hoy, las situaciones de conflicto biológico nos ofrecen la misma oportunidad: mutar, cambiar, hacer algo diferente, probar, arriesgarse, transformarse para ser un nuevo individuo distinto del que éramos, evolucionar. Eso supone soltar miedos y fluir con las propuestas existenciales. Las enfermedades son una manera de pedirnos un cambio importante en la forma de estar en la vida. No siempre es posible atreverse y a veces es más seguro no variar con el objetivo de estar tranquilos permaneciendo en la rigidez del “paraíso” que nos hemos creado. Sin embargo, ante un shock, la tensión aumenta y es ahí cuando cobra sentido el Programa Biológico de Supervivencia (PBS) o enfermedad.
La información de todos los cambios que se han producido la llevamos bien guardada en lo más profundo de nuestro organismo, en cada célula, y esto tiene un sentido biológico que consiste en evitar comenzar de cero, tal y como lo tuvieron que hacer los primeros individuos de cada especie. El ser humano tiene códigos innatos, tal y como sucede con los animales, y en esos códigos está guardada la información para la supervivencia. Todos llevamos la memoria de la vida de nuestros ancestros directos disponible en nuestras células, lo cual nos permite reaccionar para sobrevivir sin tener que pasar por el intelecto. Absorbemos un banco de datos común de códigos derivados de la historia del mundo. Es el principio del símbolo tal como lo explicó Carl Jung.
Para el inconsciente real, simbólico, virtual o imaginario es lo mismo. La guinda del pastel en el ser humano la pone el modo de comunicación y de reacción en situaciones de emergencia y, por lo tanto, de conservación de la vida, a través del sistema nervioso autónomo: simpático y parasimpático.
Ambos gestionan la fase de estrés y de recuperación, tanto en el día a día como en situaciones de peligro. Esto mismo se reproduce cuando la persona se expone a un conflicto biológico. La simpaticotonía facilita la supervivencia ante el peligro mediante una actividad celular o funcional específica. Las posibilidades son: hacer más células, hacer menos células, hacer más función o bloquear una función. Todo esto tiene un objetivo: dar un margen de tiempo para encontrar la mejor solución. Por ejemplo, ante una situación de falta o carencia (pongamos por caso sentir que “me voy a morir de hambre”) el hígado encargado del almacenamiento de la glucosa hará más células para poder realizar mejor su función. En otro caso, si la persona se enfrenta a una situación de mucho enfado o rabia por un problema territorial en relación al dinero que le ha dado a su pareja y que se ha gastado en cosas y no ha pagado la hipoteca, sus vías biliares se ulcerarán (harán menos células) con el objetivo de que pase más fluido a través de ellas.
Si un animal se encuentra en estrés porque lo persigue un depredador y siente que va a morir, su sistema simpático por un lado puede ser que ayude a que sus células, encargadas de la respiración o la circulación, funcionen mejor, o por el otro quizás se tengan que generar más células para poder hacer frente a la necesidad de aire. Cuando al día de hoy un ser humano tiene la vivencia de “me voy a morir” porque ha sufrido un accidente, le han dado un diagnóstico y se asusta o se enfrenta a un ataque real, puede ser que use la misma estrategia que antaño y genere más células (adenocarcinoma de alveolo pulmonar). Después del trabajo que ha realizado el cuerpo cuando se encontraba bajo estrés, esas células que han crecido tendrán que desaparecer y para ello entrará en juego el sistema nervioso parasimpático y los microorganismos que realizan el proceso de reparación de los tejidos. Por ejemplo, la tuberculosis tiene como misión eliminar el exceso de células de pulmonares producidas en el momento de estrés.
Esto lo veremos reproducido durante la secuencia que conforma el PBS o enfermedad que se produce a partir de un conflicto biológico. Primero pasamos por la fase de simpaticotonía hasta que se encuentra la solución, momento en que comienza la fase de vagotonía. En el medio de esta fase y con el objetivo de preservar la vida, se presenta un pico momentáneo de simpaticotonía para drenar el edema residual. Una vez pasado volvemos a vivir con tranquilidad y la enfermedad queda solo en un recuerdo.
Filogénesis
La filogénesis se define como la evolución de una especie explicada en el marco de la evolución de la vida en el planeta Tierra. Por ejemplo, en el caso del ser humano, abarca desde la forma de vida más sencilla hasta la aparición del ser humano actual: unos 3.500 millones de años. Por otro lado, la ontogénesis es el proceso de desarrollo de un individuo desde la concepción hasta la adultez. Por último, la embriogénesis contempla el desarrollo desde la fecundación hasta el nacimiento. En esta ocasión, me centraré en el primer concepto, ya que nos permitirá entender el síntoma desde otro paradigma.
¿Qué conflictos biológicos pueden tener impacto en la persona? Los que han estado presentes desde el inicio de la vida y dejan una necesidad descubierta.
¿Cuándo comienza la vida? Cuando las condiciones para que ésta pueda desarrollarse se van produciendo en cascada, una tras otra de manera sincrónica, haciendo que el paso siguiente sea un progreso sobre lo anterior.
De un organismo unicelular, como las bacterias primitivas y sus transformaciones, cuyas necesidades básicas son respirar, alimentarse, eliminar y reproducirse, se pasa a la unión de distintas células. La cooperación bacteriana sirve para traspasar el programa inicial de supervivencia que tiene como finalidad estabilizar las condiciones para facilitar la reproducción y transmisión de información en los ácidos nucleicos, o sea, permitir la supervivencia de la especie.
La vida progresa y se produce un cambio en la manera de reproducirse, ya que comenzará a ser sexual por lo que el nuevo ser estará condicionado a la unión de dos partes. ¡Dos para hacer uno nuevo! Es el momento de la gran magia porque se necesitan dos seres diferentes para producir un tercero, multiplicando de alguna forma la cantidad y calidad de información que va a recibir el nuevo ser. Surge de dos ramas distintas, y cuanto más distintas mejor, ya que tendrán información muy diferente para enriquecer al nuevo ser. De este modo, cada parte aportará un conjunto de informaciones para el nuevo ser que lo harán más competente. Una buena estrategia adaptativa: ¡cuanta más información disponible haya, mejor podremos escoger! Y todo ello con la función de sobrevivir. El ser humano es un ejemplo de esta ventaja ya que el aporte celular de las dos partes que lo componen dará una buena cantidad de posibilidades, como la mezcla de 46 posibilidades de los 23 pares de cromosomas paterno y materno. Con un solo cromosoma que varíe, el nuevo ser podrá ser completamente diferente.
El nuevo ser, informado con todo lo que tiene que saber y con células especializadas cada una de ellas para realizar una función distinta, puede organizarse y evolucionar perpetuando la especie.
Con la reproducción sexual aparecen asimismo las polaridades masculina y femenina complementarias en todo y a la vez tan diferentes. ¡Y cuánto tenían que aprender una de otra hasta darse cuenta de que ambas están en el interior guardadas, a veces escondidas!
Etapas, ¡son capas!
En la evolución de los seres vivos lo primero es poder realizar las funciones básicas y reproducirse. Aquí se contempla todo lo más arcaico o vital que va a producir los órganos de la supervivencia, todos derivados del Endodermo y que llamaremos primera etapa de la biología.
El siguiente paso es la exposición al exterior. Por ejemplo, los animales marinos que dejan su medio natural se exponen a agentes agresivos para su piel que amenazan su supervivencia, por lo que necesitan una cubierta o membrana protectora. Tienen que hacer frente a las agresiones y amenazas del exterior y cubrir la necesidad de protección. Es así como aparece la piel endurecida o caparazón que se corresponde con los órganos derivados del Mesodermo antiguo y hablamos de la segunda etapa de la biología. Esta piel en algunos casos sirve también como estructura o exoesqueleto y permite la respiración.
En una etapa posterior los seres vivos necesitaron tener una estructura interna que les diera cierta rigidez pero que permitiera a su vez los movimientos y desplazamientos, fue cuando los vertebrados hicieron su aparición. Algunas especies, como las marinas, tienen una espina primaria rudimentaria en comparación con nuestra columna vertebral superespecializada que permite su función: llegar a los lugares donde se pueda sobrevivir escapando de los depredadores, así como encontrar la comida necesaria. La aparición de un endoesqueleto está en relación con los órganos derivados del Mesodermo Nuevo o la tercera etapa de la biología.
Para que todas las funciones puedan realizarse, la Naturaleza ha previsto un sistema de control y gestión que se va a ir haciendo cada vez más complejo. A partir de un tubo neural se desarrollan partes más especializadas, como son el sistema nervioso central -compuesto de cerebro, cerebelo, tronco encefálico y médula- y el sistema nervioso periférico -formado por nervios craneales y pares o nervios raquídeos. Se corresponde con los órganos derivados del ectodermo y se cierra aquí con la última etapa que es la cuarta etapa de la biología.
Esta evolución la vemos desde los seres vivos primitivos, los peces, las aves hasta los mamíferos y más adelante los seres humanos. En estos últimos aparecen dos diferencias: el crecimiento de la zona prefrontal y la corteza cerebral, compuesta por sustancia gris o cuerpos neuronales. Estas dos partes han permitido los procesos cognitivamente complejos como la toma de decisiones, el razonamiento, la memoria, el uso del comportamiento adecuado en cada momento o situación, el uso de la palabra, de la comunicación y ha facilitado las relaciones entre personas. Permite coordinar los pensamientos y tener en cuenta las necesidades internas. Es un paso más
hacia el uso de partes cada vez más humanas como son la empatía, la compasión, la comprensión y el amor.
Resumiendo, las etapas de la biología son una manera organizada de llamar a los órganos que derivan de las capas embrionarias para observar los órganos que derivan de cada una de ellas. A continuación, veremos estas capas con mayor detalle.
• Endodermo: órganos con función de supervivencia.
• Mesodermo antiguo: órganos de protección.
• Mesodermo nuevo: órganos especializados en el movimiento externo e
interno.
• Ectodermo: órganos especializados en la relación y en la comunicación.
El endodermo da lugar a los órganos que nos permiten realizar las funciones vitales y es la parte que está más en contacto con lo animal, lo arcaico.
Desde el mesodermo saldrán los órganos que nos permitirán sentir nuestros órganos nobles protegidos, que sufren ante una agresión o ataque y que al cubrirnos nos da la seguridad de la protección.
El mesodermo nuevo nos da la posibilidad del movimiento, el ir a la acción y realizarnos a través de ella. Como dice Olivier Soulier (2013) el mesodermo es “la unión entre lo animal y lo espiritual. Es el amor que surge porque esta etapa da lugar al corazón (miocardio) y es gracias al amor que se unen ambos”.
El ectodermo nos permitirá poder vivir los valores humanos, el respeto, la espiritualidad, la expresión de las ideas, la vida de relación, la empatía y la compasión.