Síndrome de Agotamiento
Es un síndrome que fue descrito por el Dr. J.P. Thomas-Lamotte (2002) y que se explica como la colocación de “oficio” por parte del cerebro en etapa de vagotonía con el objetivo de disminuir la actividad física y facilitar la recuperación que finalmente puede impedir la sanación y bloquearla.
Metafóricamente hablando sería “detener la lucha para evitar un desastre porque es demasiado peligroso continuar”. Biológicamente hablando, el Síndrome de agotamiento responde a la necesidad de disminuir la actividad del individuo. Cuando una persona pasa mucho tiempo en simpaticotonía (sobre estrés) porque el conflicto dura, no se resuelve, hay recaídas, etc., el cuerpo entra en fatiga excesiva y no hay motivación para la actividad. Ocurre cuando el síntoma ha desgastado el cuerpo y la persona no tiene la energía suficiente para colaborar en el proceso. Es un punto de no retorno y de agotamiento biológico. Como la persona se encuentra en estado de agotamiento, pero no tiene en cuenta los signos de alerta y continúa con un desgaste excesivo para su cuerpo, el cerebro actúa y coloca a la persona en vagotonía con el objetivo de que no sobrepase sus propios límites. Es importante diferenciar que la vagotonía de un síndrome de agotamiento no corresponde a la vagotonía de fase de curación. Sobrepasar sus propios límites puede suponer, entre otras patologías, llegar a un ataque cardíaco o a un derrame cerebral. Para el Dr. Thomas-Lamotte (2002) el tiempo necesario para la aparición del Síndrome de agotamiento es de 6 meses desde el shock inicial (conflicto externo) sin tener una solución viable.
Desde la Descodificación Biológica Original en estos casos proponemos hacer un trabajo de estabilización mediante el uso de metáforas o ejercicios llamados “como si” que acompañen a la persona a visualizar un futuro posible. Es frecuente asistir a personas que han pasado por enfermedades largas, con muchos tratamientos y cirugías que finalmente deciden probar otras alternativas, pero su cuerpo está agotado y sin energía disponible. Creo que es una oportunidad muy preciada poder comprender lo que ha vivido, los conflictos que ha atravesado y cómo el cuerpo ha acompañado en todo momento para poder marcharse en paz.
Negación
Cuando una persona niega o no reconoce la vivencia conflictual, mantiene
en pausa la resolución del conflicto a través de la enfermedad. Mientras se
encuentra en la negación no tiene una patología precisa y, sólo al darse cuenta del conflicto vivido, pondrá en marcha el programa biológico de
supervivencia. Sin embargo, cuando lo haga, es posible que el cuerpo no
pueda responder debido a la duración del conflicto latente, pero inactivo.
Recordad que el síntoma estará en relación a la intensidad o duración del conflicto. Esto ha sido bien explicado por expertos en psicología social, entre ellos por Stanley Milgram (Experimento de Milgram), quien observó el comportamiento social en casos de obediencia a la autoridad en los que prima el acatamiento de órdenes antes que la actividad conflictual propia.
Se llega a la negación mediante un trastorno de comportamiento psíquico que se produce por la interacción de dos conflictos biológicos intensos que se bloquean mutuamente. La unión que le provoca la negación le permitió sobrevivir, así que es importante dejar de lado la moral y solo observar el funcionamiento del cuerpo para entender mejor qué nos ocurre o qué puede ocurrirnos.
Un caso conocido fue el de una persona perteneciente a la SS de la Alemania nazi que fue juzgado después de la guerra por crímenes contra la humanidad y encarcelado con cadena perpetua. Tenía 50 años cuando entró en prisión y durante un tiempo, cerca de 20 años, fue atendido por un equipo de psicólogos a los que nunca les reconoció la acción que había tenido, las muertes de las que era responsable, todo lo que había realizado, algo que justificaba diciendo que sólo cumplía órdenes. Un día en una conversación se dio cuenta del alcance de sus acciones y se derrumbó. Al día siguiente moría de un accidente cerebrovascular. En la descarga del estrés vivido hubo un gran agotamiento y su cuerpo no pudo restablecer el equilibrio.
En la película El lector, basada en la novela El lector de Bernhard Schlink, se hace eco de un caso similar en el que la protagonista, Hanna Schmitz, antigua agente de la SS, es acusada de la muerte de 300 mujeres judías en un incendio de una iglesia por no abrir las puertas y dejarles salir.
Esta mujer no pudo estudiar y sufre enormemente su analfabetismo ocultándolo. Llega a ser para ella un conflicto de tanta intensidad que se reconoce como la única responsable de las muertes, aunque haya otras personas implicadas, con tal de no firmar y demostrar que no sabe hacerlo.
No es capaz de ver cuál ha sido la responsabilidad de su acción y se muestra impávida ante las declaraciones de las victimas porque hay otra actividad conflictual que es más fuerte para ella. Cuando finalmente aprende a leer y escribir, es decir, que resuelve un conflicto de desvalorización, hace lo que se llama un “pasaje a la acción” sobre el tema que le llevó a la cárcel. Pero no les contaré más, ya que os invito a ver la película.
Insuficiencia
Se define la insuficiencia como la incapacidad del 80% del órgano en cuestión de realizar la función para la que está diseñado. Puede ser renal, hepática, respiratoria, cardíaca, entre otras. Biológicamente, para que un órgano llegue a una insuficiencia, es necesario que la persona viva una misma tonalidad de resentir en su vida cotidiana con una intensidad baja. No se percibe como una situación de shock intenso, sino como pequeñas situaciones poco importantes pero repetitivas.
Veamos los siguientes casos:
• La insuficiencia renal o fallo renal se produce cuando los riñones no son capaces de filtrar adecuadamente las toxinas u otras sustancias de desecho de la sangre.
• La insuficiencia cardíaca significa que el corazón ya no puede bombear suficiente sangre oxigenada al resto del cuerpo.
• La insuficiencia hepática es la incapacidad del hígado de efectuar sus complejas funciones sintéticas, metabólicas y excretoras.
Un ejemplo puede aclarar este proceso. Un hombre, al que llamaremos Luis, va a su trabajo cada día y se encuentra con un compañero que sistemáticamente le invade en “su territorio” colocando sus materiales en una parte de la mesa de Luis. Él lo ha intentado todo. Le ha explicado a su compañero cuáles son los límites, cuánto le molesta que él coloque cosas en su propio espacio, hasta que finalmente pasa a la acción. Cada día, cuando llega al trabajo, aleja y despeja su mesa de los elementos que deja su compañero y que no le pertenecen. Vive estos actos como una invasión molesta, pero no lo suficiente como para discutirse de manera más seria por ello. Al cabo de años de mantener la misma situación, desarrolla una patología bronquial que acaba después de un largo proceso en una insuficiencia
respiratoria.
He aquí un cuadro resumen de los distintos tipos de seguimiento postconflictolisis:
Conflicto Autoprogramante
Otro conflicto que toma la coloración de repetición es el conflicto autoprogramante que, como su nombre indica, es la propia persona o la reacción de la persona ante el síntoma lo que hace que permanezca, del mismo modo que es la forma de vivir en nuestro propio cuerpo lo que desencadena el síntoma y no un evento estresante externo a la persona. El resultado es un conflicto en bucle que se retroalimenta.
El origen está en la mirada que se pone sobre el síntoma, como por ejemplo cuando una persona pasa por un conflicto de agresión y su necesidad descubierta es de protección. Un componente del cuerpo, cuya función es proteger, es la grasa. Por lo tanto, siguiendo la coherencia biológica la persona, aumenta de peso, ya que acumula con el objetivo de sentirse segura.
Al verse “más gorda” por el aumento de peso se agrede a través de su propia mirada. Como el inconsciente biológico no distingue entre real, imaginario, simbólico o virtual, sólo sabe actuar, está preparado para la acción, por lo que hará que aumente más de peso acumulando aún más grasa y así el síntoma se mantendrá en un bucle.
El cerebro es eficiente pero no es inteligente. Cumple órdenes de nuestro inconsciente biológico. Otro síntoma que se mantiene en auto activación es el acné, que se describe como el taponamiento del conducto pilo sebáceo por aumento de la secreción de sebo y que aparece ante un conflicto de ataque a la integridad, como cuando la persona, a menudo adolescente, no se siente bonito/a y se auto agrede.
Por ejemplo, un/a adolescente se siente feo/a y se mira en el espejo diciéndose, “que feo, estás horrible, nadie te querrá mirar, …”, se compara y ve como miran a otros y se siente peor aún. En ese momento su dermis está recibiendo una autoagresión, pero la persona no tiene todavía ningún síntoma. Cuando se olvida del conflicto y entra en reparación, las micobacterias hacen el trabajo de reparación o descomposición del tejido glandular que ha crecido y se hace visible el grano infectado en la piel. La persona se molesta consigo misma al ver los granos y se vuelve a ver feo/a y a agredirse a través de su mirada manteniendo el conflicto activo. El acné se hace visible en la solución de conflicto, por lo tanto, cuando aparece y la persona se estresa, el conflicto vuelve a activarse. Sídney Rosen en su libro Mi voz irá contigo: cuentos didácticos de Milton Erickson (2009) expone el caso de la madre de un joven que padecía acné y que visita a Erickson para hacer algo por su hijo, a lo que le recomendó irse a un lugar donde no tuviera espejos y donde pudiera cubrir todas las superficies que se reflejaran para impedir que el joven se mirara durante 15 días. El objetivo es evitar estar en contacto con el agente agresor, en este caso con la autoagresión, para permitir la reparación completa en vagotonía.
Conflicto de diagnóstico
“Con el miedo no hacemos sino impulsar el objeto de nuestro temor, de manera que nos atrapa antes.” William Shakespeare
El miedo es otro factor bloqueante del proceso natural de la enfermedad.
Recibir el diagnóstico de una enfermedad considerada grave y el pronóstico
asociado a la enfermedad, puede ser un elevador fisiológico del estrés por el
miedo que provoca. El diagnóstico puede ser entonces una ventaja o un inconveniente.
El instante del diagnóstico es un inconveniente cuando genera un nuevo conflicto biológico y la emoción visceral del diagnóstico es muy negativa, sobre todo cuando el caso se describe como “incurable”, “mortal”, “invalidante”, “se cronificará”, “es benigno, pero se puede transformar en maligno”. Son sentencias muy perjudiciales para la persona que está en referencia externa (todo el poder lo tiene el otro). Este miedo no puede calmarse intelectualmente y mientras haya miedo el conflicto específico estará activo y no podrá producirse la resolución, ya que el pronóstico contamina el futuro.
Algunas películas como El doctor de Randa Haines (1991), 50/50 de Jonathan Levine (2011), Amar la vida de Mike Nichols (2001) o Mi vida sin mí de Isabel Coixet (2003) muestran magníficamente lo que ocurre en la persona en el instante de un diagnóstico difícil de asumir. Ann, la protagonista de la película Mi vida sin mí, relata sobre el momento en que el médico le dio el diagnóstico sin mirarle a los ojos: “cuando se sentó a mi lado supe que era algo grave, ya que los médicos no lo hacen habitualmente” y cuando el médico finalizó, ella le dijo: “¿y no hay alguien que me diga lo mismo, pero mirándome a los ojos?”
Cuando se diagnostica una enfermedad, puede provocar en la persona miedos específicos que aumentan el estrés, debilitan el terreno biológico y pueden desencadenar un síntoma asociado a la vivencia o resentir conflictual.
Por ejemplo, la persona puede tener la vivencia de miedo a morir y activar el área del pulmón que está encargado del intercambio de gases y es el alveolo pulmonar o sentir miedo a que el cuerpo no soporte los tratamientos o no confiar en las fuerzas del cuerpo. Entonces puede ser que active varios focos: la zona de los ganglios linfáticos de la cabeza, el cuello y el mediastino. Podría sentir miedo a intoxicarse o a no tener recursos para sobrevivir y activar así el tejido del hígado. Otro pensamiento que puede aparecer es la desvalorización por no ser capaz y según la tonalidad activar alguna parte del sistema óseo. Si siente una agresión como si el cáncer estuviera atacando desde adentro podrá desarrollar un tumor sobre las membranas que recubren el órgano. Médicamente se dirá que tiene una “metástasis”. En Descodificación Biológica Original se trata de revisar los nuevos conflictos que han surgido.
El desconocimiento del funcionamiento del programa llamado enfermedad, las creencias asociadas al diagnóstico, los comentarios de las
personas que son importantes para la persona o a las que les damos poder en nuestra vida, como los profesionales que nos acompañan en el proceso de la enfermedad, tienen una gran influencia en el decurso del síntoma y en la aparición de otros posibles. Los pensamientos positivos o negativos afectan profundamente a nuestra biología. Lo conocemos bien con el efecto placebo, en el que cuando alguien piensa y cree que algo le hará bien, ese será el resultado. La sanación se produce por la propia creencia de que se sanará. De la misma manera, existe el efecto nocebo que es creer que se puede tener una enfermedad o un resultado con un tratamiento, que también ocurrirá. Por ejemplo, alguien va al médico y le dice que “genéticamente” tiene una disponibilidad a tener tal o cual enfermedad y tiempo después aparece la enfermedad. Es como predecir el futuro y así el diagnóstico se transforma en pronóstico.
El Dr. Hamer le daba una gran importancia a la desactivación del conflicto de diagnóstico antes de comenzar a trabajar sobre el conflicto desencadenante, ya que el miedo actúa como un bloqueante impidiendo el pasaje a la curación. Es importante la pedagogía para comprender cómo funciona cada parte del proceso llamado enfermedad y lo que puede esperar en cada etapa (conflicto activo, conflictolisis, vagotonía, síntomas, inflamación, infección, etc.).
Importantísimo: desactivar cualquier miedo en relación a la enfermedad. Para desactivar el miedo se puede hacer un ejercicio simple, muy sencillo, que consiste en estar en contacto con las sensaciones corporales y dejar que éstas se vayan transformando solas a medida que van apareciendo. La propuesta es hacerlo como si fuera un descubrimiento. Primero pensad en una enfermedad o en tipos de síntomas que temáis mucho y que no quisierais tener nunca. Cerrad los ojos, dejad venir las sensaciones y escuchadlas. El objetivo único del ejercicio es estar en contacto con la sensación corporal.
Están ahí para vaciar un estrés guardado. Si no somos conscientes del sufrimiento guardado en el cuerpo y sigue ahí acumulado en los momentos de estrés, las reacciones serán puramente reactivas y automáticas. Una buena prevención es poder ir viviéndolas para dejarlas ir.
Un ejemplo de conflicto de diagnóstico es el caso de una persona que comienza a sentir una alteración de la sensibilidad (parestesias) y parálisis en una pierna. Acude al médico y es diagnosticado de esclerosis múltiple, tras lo que le dicen es una enfermedad incurable. Si la persona cree en lo que le han dicho, la enfermedad se transformará en incurable viendo reducida la movilidad y la sensibilidad en un corto plazo. Si la persona conoce la Descodificación Biológica Original se dará cuenta de que ha vivido un conflicto de contrariedad en el movimiento o lo que es lo mismo, ha querido hacer algo o ir en una dirección, pero no ha podido, querido o debido hacerlo.
Si también conoce cómo evolucionan los síntomas sabrá que después de solucionar el conflicto y justo en el medio de la fase de curación tendrá calambres o convulsiones (crisis épica) y que pasada esta irá recuperando la sensibilidad y la movilidad. En síntesis, le dará tiempo al cuerpo para que pueda resolver biológicamente, prestará atención a cómo vive para evita angustias, preocupaciones o miedos e iniciará cambios que le ayuden a salir de las experiencias de contrariedad en el movimiento. Eso es dejar que la vida gestione una vez más algo que ya sabe hacer muy bien más que “atacar” la enfermedad.
¿Qué pasaría si ante una enfermedad del tipo que sea el facultativo dijera?: “no hay enfermedades, sólo enfermos”. Sería un buen aforismo que ayudaría a cambiar la mirada sobre la dolencia. O tal vez comentara que cada uno reacciona de una manera, que no hay estadísticas sin un observador, que el cuerpo está preparado para regenerarse o que todos los tejidos tienen capacidad de regeneración y sólo hace falta confiar en él. Es la naturaleza la que sabe qué es lo que tiene que hacer en cada momento y la certeza de la curación ayuda a la curación. También es importante comprender, como dijo Voltaire, que “el arte de la medicina consiste en entretener al paciente mientras la naturaleza cura la enfermedad”.
¿Por qué surgen tantos bloqueos contra algo que es tan natural como el proceso de curación? ¿Será porque los humanos intervenimos con nuestra psique, la cual está llena de condicionantes? ¿Serán los miedos? Quizás…
¿Escuchamos a nuestro cuerpo?
Cuando enfermamos, vivimos una oportunidad única para preguntarnos si tenemos el hábito o la costumbre de escuchar a nuestro cuerpo y, lo que es aún más importante, de respetarlo, porque es esencial tenerlo presente y hacerle caso. Además, también podemos aprender a confiar en el cuerpo por varias razones. Por una parte, nos ayuda a encontrar la información sobre lo que hemos vivido, ya que en él quedan grabadas todas las memorias de la humanidad. Por la otra nos ayuda a procesar lo vivido para poder desalojar las memorias que nos hacen daño.
Nuestro cuerpo tiene una sabiduría innata, no hace falta que le enseñemos cómo hacer la digestión o cuáles son los procedimientos para reparar una herida. Son procesos que él ya conoce y que produce de manera natural. Lo mismo ocurre con la reparación de los tejidos dañados de una enfermedad que, si lo sabemos escuchar, recompondrá nuestro organismo y podremos sanar.
El doctor norteamericano Carl Simonton (1993) ya habló de numerosas situaciones de curación espontánea. Pacientes que sin consumir ninguna medicina se curan de sus dolencias. Son fenómenos “inexplicables” para la medicina convencional u occidental, pero que no son otra cosa que dejar que el cuerpo haga lo que sabe hacer. Tan sencillo y “mágico” como eso.
Trabajaba con un programa que incluye la visualización positiva y el trabajo de las células para sanarse, centrándose en la recuperación y no en el mal llamado problema. Activar la inventiva y la imaginación para sanar siendo autónomos y responsables de los procesos que vivimos.
“Es aburrido explicar cómo una persona se enferma. El proceso de curación, por el contrario, resulta más creativo. Cuando cambiamos
nuestras creencias conscientes y actitudes, cambia la química básica en nuestros órganos”. (Simonton,1993)
Es importante escuchar al cuerpo y, para hacerlo, se debe estar en el momento actual, se debe estar en el aquí y en el ahora. De nada sirve echarnos en cara cosas del pasado ni fantasear con lo que nos gustaría sentir en el futuro, debemos estar en el presente y prestar atención a lo que ahora nos ocurre con las sensaciones corporales. Ellas te dicen lo que sientes: ¡escúchalas!
Me gustaría acabar este capítulo con una reflexión: debemos amar a nuestro cuerpo tal cual es, ya que tiene la forma y los síntomas que responden a los conflictos vividos. Incluso nos acompaña en las actividades que necesitamos para rebajar la tensión inconsciente oculta. Nuestro cuerpo es el maravilloso y asombroso reflejo de lo que somos y de lo que hemos vivido.
El maestro budista Thich Nhat Hanh lo decía de una manera muy hermosa: “Ser bello significa ser tú mismo. No necesitas ser aceptado por los demás. Sólo necesitas aceptarte a ti mismo.”
CUENTO
A un cojo, que sufre por tener una pierna más corta que la otra, un sabio
le aconseja:
– Deja de odiar tu pierna corta.
– Identifícate con ella.
– Entonces, cesando de quejarte, sentirás con alegría que tu pierna larga es un regalo.
Alejandro Jodorowsky
PARA SABER MÁS
Películas:
• Barnz, Daniel. (Director). (2014). Cake.
[Película]. Estados Unidos: Cinelou Films / We’re Not Brothers Productions.
• Boone, Josh. (Director). (2014). Bajo la misma estrella (Título Original:
The Fault in Our Stars).
[Película]. Estados Unidos: Fox 2000 Pictures / Temple Hill Entertainment.