Los Cuerpos
El cuerpo etéreo (primera capa)
El cuerpo etéreo (de «éter», estado entre la energía y la materia) está compuesto por diminutas líneas energéticas «en forma de trama deslumbrante de haces luminosos» similares a las líneas de la pantalla de televisión. Tiene idéntica estructura que el cuerpo físico, incluyendo las partes anatómicas y todos los órganos.
Consiste dicho cuerpo en una estructura definida de líneas de fuerza, o matriz energética, sobre la que se forma y sujeta la materia física del tejido corporal. Los tejidos físicos existen como tales sólo gracias al campo vi tal que los respalda; es decir, el campo es antecedente y no resultado del cuerpo físico. Esta observación ha sido contrastada con las experiencias sobre el crecimiento de las plantas que hemos llevado a cabo el doctor John Pierrakos y yo misma. Mediante el uso de la elevada percepción sensorial, observamos que la planta proyecta una matriz de campo energético en forma de hoja antes de que ésta crezca; seguidamente, la hoja crece para llenar esa forma ya existente.
La estructura en forma de trama del cuerpo etéreo está en constante movimiento. El clarividente percibe, a lo largo de sus líneas energéticas y por la totalidad del cuerpo físico denso, chispas de luz blanca azulada en movimiento. El cuerpo etéreo se extiende desde 1,25 cm hasta 5 cm más allá del cuerpo físico y palpita a unos 15-20 ciclos por minuto.
El color del cuerpo etéreo varía de azul claro a gris. El primero ha sido relacionado con una forma más fina que el segundo. Es decir, la primera capa de una persona más sensitiva que tenga un cuerpo sensitivo será azulada, mientras que una más atlética y robusta tenderá a presentar un cuerpo etéreo más grisáceo. Todos los chakras de esta capa tienen el mismo color que el cuerpo. Dicho de otro modo, su coloración también irá del azul al gris. Los chakras parecen torbellinos formados por una red luminosa, exactamente igual que el resto del cuerpo etéreo. Se pueden percibir todos los órganos del cuerpo físico, pero están formados con esta luz azulada centelleante. Como en el sistema energético de la hoja, esta estructura etérea establece la matriz para el crecimiento de las células; es decir, las células del cuerpo crecen a lo largo de las líneas de energía de la matriz etérea, que está presente antes del crecimiento de las células. Si lográramos separar el cuerpo etéreo y mirarlo aisladamente, nos parecería un ser humano formado por líneas luminosas azules en constante centelleo.
Si el lector observa el hombro de alguna persona que esté iluminada por una luz suave sobre un fondo blanco liso, negro liso o azul oscuro, podrá ver las pulsaciones de este cuerpo etéreo. La pulsación surge, por ejemplo, en el hombro, y recorre el brazo hacia abajo como una onda. Si se mira con mayor atención, parece haber un espacio en blanco entre el hombro y la neblina luminosa azulada; hay, a continuación, una capa azul más brillante que se va desvaneciendo lentamente conforme se aleja del cuerpo. Hay que tener en cuenta, sin embargo, que desaparecerá inmediatamente después de que la vea, ya que se mueve con mucha rapidez. Para cuando quiera verla de nuevo, a fin de asegurarse, la pulsación se habrá ido brazo abajo. Pruebe de nuevo. Conseguirá captar la siguiente.
El cuerpo emocional (segunda capa)
El segundo cuerpo aural , o el siguiente más fino después del cuerpo etéreo, se denomina generalmente cuerpo emocional, y está asociado con los sentimientos. Sigue, más o menos, el contorno del cuerpo físico. Su estructura es mucho más fluida que la del etéreo y no duplica el cuerpo físico. Por el contrario, parece estar formado por nubes coloreadas de una sustancia fina en constante movimiento fluido. Se extiende desde 2,5 hasta 7,5 cm del cuerpo.
El cuerpo emocional penetra en los otros más densos a los que envuelve. Su color varía desde matices transparentes brillantes hasta tonos oscuros y turbios, lo que depende de la claridad o confusión del sentimiento o la energía que los produce. Los sentimientos claros y de gran energía, como el amor, la excitación, la alegría o la ira son brillantes y transparentes; cuando los sentimientos son confusos, resultan oscuros y turbios. A medida que se energizan estos sentimientos mediante la interacción personal, la psicoterapia corporal, etc., los colores se separan en sus matices primarios y se abrillantan.
El cuerpo emocional contiene todos los colores del arco iris. Cada Chakra parece un torbellino de distinto color, con una distribución que presenta el mismo orden que el arco iris. La lista que sigue muestra los chakras del cuerpo emocional y sus colores.
Chakra 1 = rojo
Chakra 2 = naranja rojizo
Chakra 3 = amarillo
Chakra 4 = verde hierba brillante
Chakra 5 = azul celeste
Chakra 6 = añil
Chakra 7 = blanco
En líneas generales, el cuerpo parece estar formado por manchas de color que se mueven dentro de la matriz del campo etéreo y que se extiende un poco más allá de éste. En ocasiones, una persona puede lanzar manchas energéticas de color al aire que la rodea, algo que se puede observar, en especial, cuando la persona da rienda suelta a sus sentimientos en una sesión terapéutica.
El cuerpo mental (tercera capa)
El tercer cuerpo aural es el cuerpo menta, que se extiende más allá del emocional y está compuesto por sustancias todavía más finas, todas ellas relacionadas con los pensamientos y los procesos mentales. Aparece normalmente como una luz brillante que irradia sobre la cabeza y los hombros y se extiende alrededor de todo el cuerpo físico. Se expande y hace más brillante cuando la persona que lo posee está concentrada en procesos mentales. Se extiende desde 7,5 cm hasta 60 cm
del cuerpo.
El cuerpo mental también se halla estructurado. Contiene la estructura de nuestras ideas. Se trata de un cuerpo de tonalidad principalmente amarilla. Dentro de este campo se pueden ver formas de pensamiento que aparecen como manchas de brillo y contornos variables. Estas formas de pensamiento tienen colores adicionales superpuestos que surgen, en realidad, del nivel emocional. El color representa la emoción de la persona relacionada con la forma de pensamiento. Cuanto más clara y definida sea la idea, más clara y definida será la forma de pensamiento relacionada con dicha idea. Mejoramos estas formas de pensamiento centrándonos en las ideas que representan. Los pensamientos habituales se convierten en fuerzas poderosas «definidas» que afectan a nuestras vidas.
Éste ha sido el cuerpo que más trabajo me ha costado observar. Ello puede deberse, en parte, al hecho de que los seres humanos apenas estamos empezando a desarrollar nuestro cuerpo mental y a utilizar nuestro intelecto de forma clara. Por esta razón, somos muy conscientes de la actividad mental y nos autoconsideramos una sociedad analítica.
Más allá del mundo físico
En el sistema que yo empleo para curar, las tres capas aurales inferiores metabolizan las energías relacionadas con el mundo físico, y las tres superiores metabolizan las energías que guardan relación con el mundo espiritual. La cuarta capa, o nivel astral, asociada con el chakra del corazón, es el crisol transformador a través del cual debe pasar la energía cuando va de un mundo a otro. Es decir, la energía espiritual debe pasar por el fuego del corazón para transformarse en energías físicas inferiores, y las energías físicas (de las tres capas aurales inferiores) han de atravesar el fuego transformador del corazón para convertirse en energías espirituales. En la curación de espectro total utilizamos las energías asociadas con todas las capas y todos los chakras y las pasamos por el corazón, el centro del amor.
En la exposición realizada hasta aquí nos hemos centrado en las tres capas inferiores. La mayor parte de la psicoterapia corporal que conozco sólo utiliza las tres capas inferiores y el corazón. Todo cambia tan pronto como empezamos a examinar las cuatro capas superiores del campo aural, porque tan pronto como se abre la percepción a las capas situadas por encima de la tercera, se inicia también la percepción de personas o seres que existen en esas capas, pero que no tienen cuerpos físicos. Según mis observaciones y las de otros videntes, más allá de lo físico existen otras capas de realidad, o «bandas de frecuencias» de la realidad. Las cuatro capas superiores del campo aural corresponden a cuatro de esas capas de realidad. Debo reiterar que la exposición que sigue es sólo un intento de sistematización para explicar los fenómenos observados; estoy segura de que en el futuro se crearán otros sistemas mejores desde todos los puntos de vista. Hasta el momento, éste me resulta útil.
En los tres chakras superiores se ve asociado con el funcionamiento físico, emocional y mental del ser humano en su realidad espiritual. Ello se debe a que la mayoría de las personas sólo usamos esa porción de nosotros mismos en ciertos tipos limitados de funciones. Están la voluntad más alta, los sentimientos de amor más elevados y el conocimiento más alto, en los que se entienden de inmediato los conceptos completos. La cuarta capa está asociada con el amor. Es la puerta por la que podemos penetrar en otros estados de realidad. Sin embargo, la imagen es realmente más complicada. Cada una de las capas situadas por encima de la tercera es una capa completa de realidad en la que se incluyen los seres, las formas y las funciones personales que sobrepasan lo que normalmente llamamos humano. Cada una es un mundo completo en el que vivimos y tenemos nuestro ser. La mayoría de nosotros experimentamos estas realidades durante el sueño, pero no las recordamos. Algunos podemos entrar en estos estados de realidad expandiendo nuestra conciencia mediante técnicas meditativas. Éstas sirven para abrir los sellos existentes entre las raíces de las capas de chakras y, con ello, franquear una puerta a la conciencia que le permita viajar.
El nivel astral (cuarta capa)
El cuerpo astral es amorfo y está compuesto por nubes de colores más bellas que las del cuerpo emocional. El cuerpo astral, que se extiende desde aproximadamente 15 a 30 cm del cuerpo, suele tener el mismo grupo de colores, pero por lo general éstos aparecen teñidos con la luz rosada del amor. Los chakras presentan la misma octava de colores que el arco iris del cuerpo emocional, pero cada uno de ellos está infundido por la misma luz rosácea del amor. El chakra del corazón de una persona que ama está invadido por la luz rosa en el nivel astral.
Cuando las personas se enamoran, entre sus corazones se pueden percibir bellos arcos de luz rosada, y las palpitaciones doradas normales que observo en sus glándulas pituitarias se tiñen de un hermoso color de rosa. Cuando las personas formalizan sus relaciones producen lazos que salen de los chakras que los conectan. Estos lazos existen en muchos niveles del campo aural, además del astral. Cuanto más prolongadas y profundas son las relaciones, más lazos existen y más fuertes son. Cuando las relaciones se rompen, los lazos se desgarran, causando en ocasiones un profundo dolor. El período en el que «supera» una relación suele consistir en la desconexión de dichos lazos en los niveles más bajos del campo para enraizarlos de nuevo dentro del yo.
Entre la gente se producen numerosas interacciones a nivel astral. Grandes manchas de color de formas diversas atraviesan raudas la habitación pasando entre las personas que se hallen en ella. Algunas de estas manchas pueden ser agradables, otras no. Se puede sentir la diferencia. Es posible que el lector se sienta incómodo por una persona que se encuentra al otro lado de la habitación y que, aparentemente, ni siquiera ha advertido su presencia; sin embargo, la actividad es intensa en cierto nivel. En alguna ocasión he visto cómo un grupo de personas, de pie unas junto a otras, pretendían ignorarse mutuamente, mientras que en el nivel energético existía una comunicación total mediante grandes cantidades de formas energéticas que se movían entre dichas personas. Sin duda el lector ha tenido experiencias semejantes, sobre todo entre hombres y mujeres. No se trata simplemente de expresión corporal; existe un fenómeno energético real que puede percibirse. Por ejemplo, cuando un hombre o una mujer, en un bar o una fiesta, imagina que hace el amor con alguien, se produce una prueba real de los campos energéticos para ver si están sincronizados y si las personas son compatibles. En el capítulo 9 ofreceremos más ejemplos de este fenómeno de interacción aural.
El cuerpo del patrón etéreo (quinta capa)
A la quinta capa del aura la llamo patrón o plantilla etérea porque contiene todas las formas existentes en el plano físico en forma de calco o plantilla, como el negativo de una fotografía.
Es la forma de plantilla de la capa etérea, la cual, como se ha dicho antes, es la forma de plantilla del cuerpo físico. La capa etérea del campo energético deriva su estructura de la capa de la plantilla etérea. Constituye un calco o forma perfecta sobre la que se superpone la capa etérea. Se ex tiende desde unos 45 cm hasta unos 60 cm del cuerpo. En caso de enfermedad, cuando la capa etérea se desfigura, la actuación del patrón etéreo aporta el apoyo que requiere la capa etérea en su forma original. Es el nivel en el cual el sonido crea materia, en el que la curación mediante el sonido resulta más efectiva. Como clarividente, estas formas se me aparecen como líneas translúcidas o transparentes sobre un fondo azul cobalto, muy semejantes al cianotipo de un arquitecto, con la única diferencia de que dichas líneas existen en otra dimensión. Es como si se llenara por completo el espacio de fondo, de manera que el espacio vacío creara la forma.
A título de ejemplo se podría comparar el medio por el que se crea la esfera en la geometría euclidiana con la forma de crearla en el espacio etéreo. En el primer caso, para crear una esfera se empieza por definir un punto, y a continuación se traza un radio desde éste a las tres dimensiones para crear la superficie de una esfera. Sin embargo, en el espacio etéreo, lo que podríamos denominar espacio negativo, la formación de una esfera tiene un proceso totalmente opuesto. De todas direcciones llega un número infinito de planos que llenan un espacio, excepto un área esférica que se deja vacía. Así se define el espacio. Es el área que dejan de llenar los planos que se encuentran mutuamente, definiendo, por tanto, un espacio esférico vacío.
Así, el nivel de patrón etéreo del aura crea un espacio vacío o negativo en el que puede existir el primer nivel, o nivel etéreo, del aura. El patrón etéreo es el patrón del cuerpo etéreo que forma la estructura de la cuadrícula (el campo energético estructurado) sobre la que crece el cuerpo físico. De este modo, el nivel de patrón etéreo del campo energético universal contiene todas las formas y contornos que existen en el plano físico, excepto en el nivel de patrón. Estas formas existen en el espacio negativo, creando un espacio vacío en el que crece la estructura de la cuadrícula etérea y sobre el que existe toda
manifestación física.
Al observar el campo de alguien, si nos centramos sólo en la frecuencia vibratoria del quinto nivel únicainente podemos aislar la quinta capa del aura. Cuando realizo esta operación veo la forma del campo aural de la persona, que se extiende hasta aproximadamente 75 cm del individuo. Tiene el aspecto de una forma oval estrecha. Contiene la estructura completa del campo, incluyendo los chakras, los órganos corporales y la forma del cuerpo (extremidades, etc.), todo ello en forma negativa. Estas estructuras parecen formadas por líneas transparentes sobre un fondo azul oscuro, el espacio sólido. Cuando sint onizo en este nivel también puedo percibir las demás formas de mi entorno. Todo ello parece suceder de forma automática cuando realizo la conmutación de mi mecanismo perceptor a esta gama.
Es decir, mi atención es atraída, en primer lugar, al quinto nivel general, para centrarse a continuación en la persona determinada a la que esté observando.
El cuerpo celestial (sexta capa)
El sexto nivel es el nivel emocional del plano espiritual, llamado cuerpo celestial (figura 7-12). Se extiende des de unos 60 hasta unos 83 cm del cuerpo. Es el nivel a través del cual experimentamos el éxtasis espiritual. Podemos alcanzarlo por la meditación y mediante otras muchas formas de trabajo de transformación que he mencionado. Cuando alcanzamos el punto del «ser» donde conocemos nuestra conexión con todo el universo, cuando vemos luz y amor en todo lo existente, cuando nos encontramos sumergidos en luz percibiendo que formamos parte de ella y que ella forma parte de nosotros y sentimos que somos uno con Dios, entonces hemos elevado nuestra conciencia hasta el sexto nivel del aura.
El amor incondicional fluye cuando existe una conexión entre el chakra del corazón y el chakra celestial, ambos abiertos. En esta conexión combinamos el amor de la humanidad, nuestro amor humano básico en la carne por nuestros congéneres, con el éxtasis espiritual que se encuentra en el amor espiritual que va más allá de la realidad física hasta todos los reinos de la existencia. La combinación de ambos crea la experiencia del amor incondicional.
El cuerpo celestial se me aparece bañado en una hermosa luz tornasolada compuesta principalmente por tonalidades pastel. Esta luz tiene un brillo de oro-plata y una calidad opalescente, como lentejuelas de madreperla. Su forma es menos definida que la del nivel del patrón etéreo, por cuanto que parece estar compuesta simplemente por luz que irradia del cuerpo, como el brillo que rodea una vela encendida. Dentro de este brillo hay, además, rayos de luz más fuertes y brillantes.
El patrón cetérico o cuerpo causal (séptima capa)
La séptima capa es el nivel mental del plano espiritual denominado patrón o plantilla cetérica. Se extiende desde aproximadamente 75 hasta unos 105 cm del cuerpo. Cuando llevamos nuestra conciencia al séptimo nivel del aura sabemos que somos uno con el Creador. La forma exterior es el ovoide del cuerpo del aura y contiene todos los cuerpos aurales asociados con la encarnación por la que esté pasando un individuo. También este cuerpo es un patrón altamente estructurado. Yo lo veo compuesto por diminutos hilos de luz oro-plata que mantienen unida la forma completa del aura. Contiene una estructura en rejilla dorada formada por el cuerpo físico y todos los chakras.
Cuando «sintonizo» con el nivel de frecuencia de la séptima capa percibo una hermosa luz dorada temblorosa, cuyas palpitaciones son tan rápidas que la he denominado «luz trémula». Se asemeja a un conjunto de millares de hilos dorados. La forma ovoide dorada se extiende desde el cuerpo entre 90 y 105 cm, según cada persona, con el extremo menor por debajo de los pies y el mayor sobresaliendo unos 90 cm por encima de la cabeza. Todavía se puede expandir en mayor medida si la persona es muy enérgica. Tal como yo lo veo, el borde exterior tiene, realmente, el aspecto de una cáscara de huevo, con un espesor de 60 a 125 mm. Esta parte exterior de la séptima capa, muy fuerte y elástica, resiste a la penetración y protege el campo en la misma forma que el cascarón lo hace con el polluelo. En este nivel, todas las formas de los chakras y el cuerpo me parecen hechas de luz dorada. Es el nivel más fuerte y elástico del campo aural.
Se podría comparar con una onda luminosa erguida y de intrincadas formas, que vibra a una velocidad extremadamente elevada. Al mirarla, casi se puede oír un sonido, y tengo la seguridad de que es posible escucharlo si meditamos sobre tal imagen. El nivel de patrón dorado también contiene la corriente de fuerza principal que recorre arriba y abajo la espina dorsal, igual que la corriente de fuerza principal que nutre todo el cuerpo. Al palpitar hacia arriba y abajo por la espina dorsal, esta corriente de fuerza dorada arrastra tras de sí la energía a través de las raíces de cada uno de los chakra y conecta las energías que se toman atravesándolos y enlazándolos.
La principal corriente vertical induce otras corrientes en ángulo recto respecto de la primera para formar serpentinas doradas que se extienden directamente al exterior del cuerpo. Éstas, a su vez, inducen a otras que rodean el campo, de manera que todo el campo aural y todos los niveles situados por debajo se hallan rodeados y sostenidos dentro de esta red, semejante a una cesta. La red muestra el poder de la luz dorada, la mente divina que mantiene unido el campo en su totalidad e integridad.
Además; en el nivel del patrón cetérico también están las bandas de la vida anterior dentro del cascarón. Se trata de franjas de luz coloreada que rodean completamente el aura y que se pueden encontrar en cualquier lugar de su superficie. La banda que se halla cerca del área de la cabeza cuello suele ser la que contiene la vida pasada que tratamos de aclarar en nuestras presentes circunstancias vitales. Jack Schwarz ha descrito estas bandas y la forma de conocer su significado por su color. Más adelante, en la sección referida a la curación de la vida anterior, describiré el funcionamiento de estas bandas. El nivel cetérico es el último nivel aural en el plano espiritual.
Contiene el plan de vida y es el último nivel directamente relacionado con esta encarnación. Más allá de éste se encuentra el plano cósmico, que no se puede experimentar desde el punto de vista de una sola encarnación, llena de todo tipo de condicionamientos.
El plano cósmico
Llegados a este punto, los dos niveles que puedo observar por encima del séptimo son el octavo y el noveno. Ambos están asociados con los chakras octavo y noveno, situados por encima de la cabeza.
Cada nivel parece ser cristalino y estar compuesto por vibraciones muy altas y finas. Los niveles octavo y noveno parecen seguir una pauta general altamente entre la sustancia (octavo nivel) y la forma (noveno) por cuanto que el octavo se parece a una sustancia fluida, mientras que el noveno presenta el aspecto de una plantilla cristalina de todo lo que tiene debajo. No he encontrado referencia alguna sobre estos niveles en los textos referidos al tema, aunque puede que la haya. Sé muy poco sobre ellos, excepto por lo que se refiere a algunas prácticas curativas muy poderosas que me enseñaron mis guías.
Percepción del campo
Es importante que el lector recuerde que al abrir su visión clarividente sólo percibirá, seguramente, las primeras capas del aura. Es probable que tampoco sea capaz de distinguir entre capas. Quizá sólo vea colores y formas. A medida que progrese, se irá sensibilizando hacia frecuencias cada vez más altas, de manera que pueda percibir los cuerpos superiores. También será capaz de distinguir las capas y de centranse en aquélla que elija.
La mayoría de las ilustraciones de los capítulos que siguen sólo muestran los tres o cuatro cuerpos aurales inferiores. No se hace distinción entre las capas, que parecen estar mezcladas entre sí y actuar juntas en la mayoría de las interacciones descritas. Durante la mayor parte del tiempo, nuestras emociones inferiores y nuestros procesos mentales básicos y sentimientos interpersonales se encuentran mezclados y confusos. No tenemos mucha habilidad para distinguirlos en nosotros mismos. Parte de esa mezcla se muestra incluso en el aura. Muchas veces, los cuerpos mental y emocional parecen actuar como una forma confusa. En las descripciones que vamos a ver sobre los procesos terapéuticos no se establece una gran distinción en los cuerpos. Sin embargo, mediante el proceso terapéutico o cualquier otro de crecimiento, las capas del propio ser se hacen más evidentes.
La persona observada aumenta su capacidad de distinguir entre las emociones básicas, los procesos mentales y las emociones más elevadas del amor incondicional relacionadas con los niveles aurales más elevados. Esta distinción se produce por medio del proceso de comprensión de las relaciones causa-efecto. Es decir, el cliente empieza a entender la forma en que su sistema de creencias afecta a las ideas en el cuerpo mental y como éste afecta a su vez a las emociones, luego al cuerpo etéreo y, finalmente, al físico. Esta comprensión permite distinguir a continuación las capas del campo aural. Estas capas se hacen realmente más claras y definidas, y también se aclara el cliente al adquirir una mayor autocomprensión de los sentimientos físicos, los emocionales y
los pensamientos, actuando en consecuencia.