EL SISTEMA NERVIOSO ENTÉRICO
El sistema nervioso entérico es una red de nervios que conecta los órganos viscerales. De estos nervios no sabemos casi nada. Al estar tan entretejidos los unos con los otros, con los órganos viscerales y con el tejido conectivo que hay entre estos, ha sido imposible hasta ahora para los anatomistas descubrir plenamente las vías de los nervios entéricos. Por consiguiente, no los hallamos bien representados en la mayor parte de los libros de anatomía. Además, no sabemos casi nada acerca del funcionamiento de los nervios entéricos. En el mejor de los casos, podemos adivinar que ayudan de alguna manera a los distintos órganos viscerales a comunicarse entre sí para coordinar el muy complejo proceso de digestión. En ocasiones se ha denominado el segundo cerebro al sistema nervioso entérico, ya que posee una inteligencia que funciona más allá de nuestra percepción consciente. ⁸ No podemos saber conscientemente lo que está sucediendo en nuestro proceso digestivo ni regularlo de manera voluntaria.El NC VIII es el nervio vestibulococlear. Hay dos órganos especializados en el laberinto óseo del hueso temporal. Coclear hace referencia al componente auditivo del NC VIII, que transforma el sonido en impulsos eléctricos para el cerebro. Vestibular hace referencia a la parte del NC VIII que traduce la información procedente del movimiento de un fluido denso en tres canales semicirculares engastados en el hueso temporal. Cuando cambiamos la posición de la cabeza con respecto a la gravedad, el fluido de estos canales se mueve y presiona unos pelos que estimulan a los nervios para que nos den información sobre la posición y el movimiento de la cabeza. 2 Harold Magoun, Osteopathy in the Cranial Field, 3.ª edición (Indianápolis, IN: The Cranial Academy, 1976). 3 La idea de que los huesos craneales se mueven es contraria a casi todas las enseñanzas de anatomía y fisiología. La creencia común es que los huesos se fusionan a distintas edades, los últimos en el resto del cráneo a la edad de treinta y ocho años. Sin embargo, he visto conjuntos de huesos humanos separados en un adul- to mayor en un laboratorio de anatomía. Los huesos se habían separado rellenando un cráneo con arroz y sumergiéndolo en un cubo de agua. A medida que el arroz absorbía el agua y se expandía, iba empujando los huesos y separándolos los unos de los otros. Si los huesos hubieran crecido juntos, como se enseña en mu- chas clases de anatomía, esta separación de los huesos no sería posible en un adulto de esa edad.
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