LA NEUROCEPCIÓN DEFECTUOSA Y LA SUPERVIVENCIA La neurocepción nos permite acceder a información a la que no llegamos con la parte consciente de nuestra mente. Cuando funciona correctamente, es un verdadero regalo y nos puede ayudar a sobrevivir. Funciona más rápidamente que cuando procesamos percepciones conscientes. «Supe que algo estaba mal incluso antes de entrar en la habitación». ¿Cómo recibimos este tipo de información? A veces experimentamos un conflicto entre nuestra neurocepción y otros pensamientos: «Tenía la sensación de que algo no estaba bien, pero dejé que me convencieran de seguir adelante de todos modos». Sin embargo, la neurocepción puede ser defectuosa, y cuando no funciona como debería, podemos tener graves problemas. En lugar de percibir con claridad lo que realmente está sucediendo, lo distorsionamos. La neurocepción defectuosa tiene lugar cuando los circuitos neurales que van de la percepción a la conducta no funcionan de la manera correcta. Cuando eso ocurre, la persona puede reaccionar a una situación segura como si fuera amenazadora o peligrosa, o reaccionar a una situación peligrosa como si fuera segura. Puede haber incontables razones por las que la neurocepción es defectuosa. Nuestra percepción puede estar velada por la ira, el miedo, los celos o la apatía, o tal vez estemos encerrados en un recuerdo traumático. Podemos estar bloqueados en un estado de shock, o bien tener hambre y un nivel bajo de azúcar en sangre, estar cansados, experimentar un dolor físico o padecer a causa de una enfermedad. Puede ser que estemos sintiéndonos perfectamente normales y de repente nos sintamos removidos por algo que nos recuerde un hecho traumático de nuestro pasado, y que reaccionemos ante ese recuerdo como si eso estuviera sucediendo en el presente. Puede ser que no estemos realmente amenazados o en peligro pero que nuestro sistema nervioso esté atascado en el pasado, dispuesto a luchar o huir ante la menor provocación procedente del entorno. Un ejemplo magnífico de esto es una pieza corta de Abbott y Costello titulada «Slowly I turned» [Me giré lentamente]; se puede encontrar en YouTube). La neurocepción defectuosa incluso puede tener su origen en experiencias muy positivas, como enamorarse y unirse con la pareja. A veces escuchamos que una persona ha perdido el juicio porque estaba «cegada por el amor», de manera que no se dio cuenta de una situación posiblemente destructiva. El sistema nervioso debería ser flexible; debería permitir que todo nuestro organismo se acomode a la situación presente y favorecer distintos tipos de conducta, dependiendo de si la situación es segura, amenazadora o peligrosa. En los casos de interferencia química (por ejemplo la producida por fármacos recetados, las drogas y el alcohol), la información nos llega del entorno a través de nuestros sentidos, pero los circuitos neurales no la procesan de manera normal y nuestra fisiología no responde de manera apropiada. El alcohol, por ejemplo, altera el modo en que nos sentimos, y por tanto el modo en que actuamos. Muchos medicamentos con receta y drogas ilegales o recreativas también nos ponen en un estado fisio- lógico y experiencial anormal. La siguiente historia ilustra la neurocepción defectuosa debida a la interferencia bioquímica. Tres amigos jóvenes, que se encontraban en la veintena, hicieron una excursión de todo un día al monte St. Helens, un volcán activo situado en un par- que nacional en la zona suroeste del estado de Washington. Aunque fatigosa, esta subida es apropiada para cualquiera que se encuentre en un buen estado de forma y pueda caminar por terrenos escarpados y abruptos. La mayor parte de los excursionistas tardan entre siete y doce horas en ir y volver. Los tres amigos se prepararon bien para la excursión. En cada una de sus mochilas había un mapa, una brújula, un botiquín de primeros auxilios y una navaja de bolsillo multiusos. Cada uno de ellos llevaba unas buenas botas, un casco de escalada para protegerse la cabeza de las piedras que pudiesen caer, un jersey ligero, protección solar y mascarillas para el polvo y gafas por si caía ceniza. La re- verberación del sol reflejado en la nieve y en las cenizas volcánicas puede ser in- tensa, de manera que llevaban gafas de sol con protección lateral. No olvidaron comida y dos litros de agua cada uno. Empezaron la excursión por la mañana temprano. La predicción del tiempo anunciaba un día suave, soleado y claro, y se vistieron en consecuencia. Pronto se sintieron bastante acalorados debido al sol y el ejercicio, aunque solo llevaban camisetas. Se mojaron la cabeza con agua y se quitaron las camisetas sudadas.
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