Lección 222 Los Terapeutas pueden comprobar el Funcionamiento Vagal sin tocar al Paciente
LOS TERAPEUTAS PUEDEN COMPROBAR EL FUNCIONAMIENTO VAGAL SIN TOCAR AL PACIENTE
En enero de 2008 impartí un seminario junto con Stephen Porges en Santa Fe(Nuevo México), para un gran grupo de psicólogos y terapeutas corporales. Porgesinició el seminario y todos se sintieron inspirados por su presentación de la teoríapolivagal, al admitir sus posibilidades como modelo para comprender la diferenciaentre la conducta humana normal y la anormal.Los psicólogos interactúan verbalmente con sus clientes y están regulados porleyes que controlan su conducta profesional. En la mayor parte de los estados deEstados Unidos no están autorizados a tocarlos, y hacerlo podría implicar que per-dieran su licencia. Mi trabajo, sin embargo, es sobre todo manual, pues está destinado a terapeutas corporales que quieren aprender cómo utilizar sus manos paratratar a sus clientes de esta manera.La noche anterior a mi intervención ante ese grupo, me preguntaba: «Estospsicólogos no pueden tocar a sus clientes. ¿Cómo puedo darles algo para que selo lleven a casa y lo utilicen en su práctica clínica?». Me dormí con esta preguntaen la cabeza y a la mañana siguiente, cuando me desperté, tenía una respuesta: podían diagnosticar el estado del sistema nervioso autónomo del cliente mirándole lagarganta mientras este emitía el sonido «ah-ah-ah-ah-ah», como se ha descrito enel anterior apartado.Facilité a cada uno de los alumnos del seminario una pequeña linterna que les permitiera observar la garganta de alguien. En una sesión de práctica durante elcurso, testaron a otros participantes del seminario. En su caso, debían poder determinar si sus clientes estaban socialmente participativos o no, tanto antes comodespués de las intervenciones verbales. Esa prueba los podía ayudar a comprendermejor la conducta y el estado emocional de sus clientes desde una perspectivapolivagal. También podrían valorar si necesitaban mejorar el funcionamiento de susistema nervioso autónomo e, igualmente importante, si su intervención teníaéxito en términos de la teoría polivagal. La posibilidad de comprobar antes y después de una sesión captó su interés.Les expliqué mi trabajo con la terapia corporal y la investigación llevada a cabopor Porges, Cottingham y Lyon que he descrito anteriormente. Apunté la posibilidad de que los psicólogos pudieran inducir a sus clientes a utilizar sus propiasmanos para aplicar una técnica que podía facilitar un cambio en su sistema nervioso autónomo que los llevase de un estado de actividad simpática espinal ovagal dorsal crónica a un estado de participación social.Si se podía introducir en la práctica el freno vagal de Porges –si un psicólogopudiera lograr que la rama vagal ventral de un cliente funcionara correctamente«poniendo el freno» a la actividad vagal dorsal o simpática y sus consecuenciasdañinas–, ¿qué efecto podría tener esto sobre su conducta, sus emociones y suspensamientos? Puesto que la rama ventral del nervio vago inhibe la actividad vagaldorsal o simpática espinal, provocar un estado vagal ventral puede ser efectivo para tratar afecciones a menudo diagnosticadas como estrés o depresión.Aunque en mi clínica utilizaba un protocolo manual para llevar a mis clientes aun estado de participación social, pensaba que un psicólogo que comprendiera lateoría polivagal podría utilizar sus principios para enseñar a sus clientes a conseguir resultados parecidos utilizando sus propias manos. Este planteamiento lesdaría también a los clientes la posibilidad de ayudarse a sí mismos en el futuro,después de la sesión, para regular su propio sistema nervioso autónomo, si hicierafalta.Este fue el origen del ejercicio básico (ver en la segunda parte las instruccionespara realizar este sencillo ejercicio).Esa era la primera vez que enseñaba el ejercicio, y naturalmente tenía curiosidad por saber si funcionaría o no. Había alrededor de sesenta psicólogos en elgrupo, y la mitad de ellos habían mostrado una disfunción vagal cuando se hizo lacomprobación antes de realizar el ejercicio (sus compañeros no los tocaron enningún momento durante la sesión práctica). Después de utilizar sus propiasmanos para tratarse a sí mismos, la función vagal ventral de todos ellos mejoró.Solo requirió unos pocos minutos producir el cambio en su sistema nerviosoautónomo.Después del seminario recibí un correo electrónico de una participante en elque me decía que ahora testaba a cada cliente antes de iniciar sus sesiones. Simostraban una disfunción vagal, les explicaba cómo hacer el ejercicio. Cuando volvía a efectuar la comprobación, mostraban una función vagal ventral correcta.Este ejercicio, según parecía, ponía a los pacientes en un estado de participaciónsocial. Después hacía sus habituales intervenciones psicológicas verbales. En elcorreo me decía que estaba entusiasmada por los mejores resultados que estabaconsiguiendo con sus clientes.Cuando regresé para trabajar en mi clínica, empecé preguntándome si misclientes experimentaban problemas físicos o psicológicos. Comprobaba si teníanbien la función vagal ventral y les enseñaba a hacer el ejercicio básico. Después depracticarlo una sola vez, les volvía a mirar la garganta, y en todos los casos se revelaba que el nervio vago ventral había pasado a funcionar correctamente.Me habría sentido satisfecho si hubiera ayudado al 50 % de ellos a alcanzar unestado vagal ventral, pero descubrí que los podía ayudar a todos. Ochenta y cincode los siguientes ochenta y cinco clientes a quienes testé mostraron un resultadopositivo. Este era un resultado lo suficientemente bueno para que empezara a confiar en este ejercicio. Los clientes, además, habitualmente me daban una buena retroalimentación no solo al final de la sesión, sino también cuando volvía a verlosen las semanas siguientes.
Los estudios de pacientes psiquiátricos deprimidos pero por lo demás sanos han hallado niveles elevados de catecolaminas enplasma y otros marcadores de alteración del funcionamiento del SNA en comparación con los grupos de control. Los estudios de pacientes deprimidos con unaenfermedad cardiaca coronaria (ECC) también han puesto en evidencia la disfunción del SNA, que incluía un ritmo cardiaco elevado, una baja variabilidad delritmo cardiaco, respuestas exageradas del ritmo cardiaco al estrés físico, alta variabilidad en la repolarización ventricular y baja sensibilidad de los barorreceptores.Todos estos indicadores de disfunción del SNA se han asociado a mayores riesgosde mortalidad y de morbilidad cardiaca en los pacientes con ECC.
PeterLevineesuneminenteterapeutaquetrataelshockylostraumas.Utilizatécnicas verbales, combinadas con una observación atenta del cliente en cuanto alos cambios sutiles en su sistema nervioso autónomo cuando regresa al momentodelhechotraumático.HaescritoWakingtheTiger(Berkeley:NorthAtlanticBooks,1997.Enespañol:Sanareltrauma.Móstoles(Madrid):NeoPerson, Desdeentonces, sus enseñanzas han cuajado en la denominada Experiencia Somática.19StephenPorgesdesarrolló,patentóycomercializóunmonitordeltonovagalpara medir la VRC a través de una pequeña empresa llamada Delta-Biometrics, Inc.Esa empresa ya no existe; de todos modos, actualmente hay muchos dispositivospara medir el tono vagal fabricados por otras compañías.