LA REPRESIÓN COMO ENFERMEDAD FATAL
Un claro ejemplo de la represión del dolor en una enfermedad catastrófica, es el de una mujer sicótica que me fue referida por un hospital. Parecía que estaba
teniendo continuas experiencias de nacimiento en el hospital, sin estar consciente de ellas. Esto incluía verla en posición fetal, con muchas posiciones infantiles, con incapacidad de verbalizar, etc. No la podíamos aceptar (porque no disponíamos de espacio para los pacientes internos), así que la referimos a un hospital psiquiátrico donde durante muchos meses le dieron dosis masivas de tranquilizantes (hasta 600 miligramos al día de tioridazina).
Después de un año la mujer desarrolló cáncer, y cuatro meses después murió.
En mi opinión, las razones de su muerte fueron: la falta de amor, un terrible aislamiento, años de depresiónn y soledad. El tiempo que estuvo fue una gran
agonía, estaba mentalmente enferma, pero cuando la agonía fue reprimida de forma química, ella murió a causa de esa represión que tomó la forma de un
cáncer. Le quitaron el sufrimiento y le ofrecieron la muerte a cambio. Mientras ella podía sufrir agudamente, logró sobrevivir. La mujer simplemente —o de manera no tan simple— canjeó la psicosis mental por la psicosis celular (el cáncer). ¿Podría ayudar una actitud positiva? Hay al menos dos escuelas de pensamiento acerca de esta cuestión. Investigadores de la Escuela de Medicina, en la Universidad de Pittsburg, estudiaron a setenta y cinco mujeres con cáncer de mama. Esas pacientes que eran apáticas, letárgicas y carecían de vigor, tenían un pronóstico pobre. Las que de forma manifiesta estaban más angustiadas por la enormidad de su enfermedad, mantenían un alto nivel de células predadoras que con el tiempo bajaron su nivel de ansiedad. Al principio se veían calmadas y bien ajustadas, parecía que no se enfocaban en la enfermedad ni hablaban de ella; mientras que a aquéllas que “incondicionalmente negaban su enfermedad”, no les fue tan bien. Los investigadores concluyeron que esa actitud rebelde no les ayudó en absoluto.
Científicos de Yale y de la Universidad de California, en San Francisco, estudiaron la aproximación valiente. Encontraron que los pacientes “valientes” o “rebeldes”, en realidad tuvieron una más baja actividad en las células naturalmente asesinas. Al parecer, sentirse rabiosos contra la muerte hizo que adoptaran, al menos al principio, una actitud más adecuada. La respuesta a la enfermedad catastrófica no se va a encontrar solamente en las células, se encontrará en el portador de esas células. Es muy difícil encontrar soledad y desesperación en una sola célula. Sin embargo, de algún modo la desesperación y la soledad están ubicadas ahí, pero las células sólo reflejan la totalidad individual. Si no conocemos la historia de esa persona, ningún análisis celular nos dará una respuesta. El estrés, la desesperación, la futilidad y la soledad no siempre son obvias para un observador. Hay algunas personas que están inconscientes del todo, porque automáticamente se ocultan. Pueden negar el estrés que cada uno lleva consigo aun cuando se les señale. El estrés es como una tinta ocultadora. La carga que portamos nos dobla, pero las endorfinas nublan nuestra visión, de modo que no vemos nada. La paradoja es que aun cuando uno se está “muriendo de eso”, nadie puede ver lo que es “eso”.
MIDIENDO LOS EFECTOS DEL TRAUMA TEMPRANO
¿Podría ser verdad que los traumas muy tempranos son tan importantes en el desarrollo de un padecimiento serio? Después de que los pacientes han revivido
esos eventos tempranos, hemos revisado todo tipo de enfermedades graves. Esto es cierto tanto en las esferas mentales como en las psicológicas, por eso, cuando alteramos la personalidad en nuestras terapias también alteramos la susceptibilidad a la enfermedad. A causa de una variedad de enfermedades,
muchos pacientes previamente han visto a toda clase de especialistas. Cada especialista trató un diferente síntoma como si se tratara de una enfermedad
distinta, cada uno sin conocer la fuente subyacente del problema. En realidad estaban tratando de atrapar al impreso.
No soy tan fuerte para soportar los remedios; lo único que puedo hacer es soportar la enfermedad.
MOLIÈRE