El Sombrero Rojo
EMOCIONES Y SENTIMIENTOS
Lo opuesto a la información neutral objetiva.
Presentimientos, intuiciones, impresiones.
No necesita justificación
No necesita dar razones o fundamentos
El pensamiento de sombrero rojo se refiere a emociones, sentimientos y aspectos no racionales del pensar. El sombrero rojo ofrece un, canal definido y formal para expresar abiertamente estos elementos como parte legítima del mapa en su conjunto.
Si bien las emociones y los sentimientos no son tolerables en el proceso del pensar acechan atrás y afectan sigilosamente el pensamiento;-Las emociones, sentimientos, presentimientos e intuiciones son fuertes y reales. El sombrero rojo lo reconoce y acepta.
El pensamiento de sombrero rojo es casi exactamente el opuesto al de sombrero blanco que es neutral objetivo y exento de aroma emocional.
…No me pregunte por qué. Simplemente no me gusta este asunto. Huele mal.
…No me gusta y no quiero hacer negocios con él. Eso es todo.
…Tengo el presentimiento de que este terrenito detrás de la iglesia va a valer mucho dentro de pocos años.
….Ese diseño es horrible. Nunca será popular. Es un verdadero despilfarro.
…Tengo cierta debilidad por Henry. Sé que es un estafador y ciertamente nos estafó a nosotros. Pero lo hizo con estilo. Me gusta.
…Estoy seguro de que este trato no va a resultar nunca. Está destinado a terminar en un pleito costoso.
…Intuyo que es una situación sin salida. Estamos condenados tanto si lo hacemos como si no lo hacemos. Quitémonos esto de encima.
…No creo que sea justo retener esta información hasta después de que se firme el trato.
Cualquier, pensador que quiera expresar sentimientos de esta clase debería ponerse el sombrero rojo. Este sombrero autoriza formalmente a expresar sentimientos que van desde la pura emoción hasta el presentimiento. Con el pensamiento de sombrero rojo nunca hace falta justificar o explicar lo que se siente. Con este sombrero puedes desempeñar el rol de pensador emocional que en primer lugar reacciona y siente antes que proceder racionalmente paso a paso.
Pensamiento de sombrero rojo
EL LUGAR DE LAS EMOCIONES EN EL PENSAMIENTO
¿Las emociones confunden el pensamiento o son parte de éste?
¿En qué momento intervienen las emociones?
¿Las personas emocionales pueden ser buenos pensadores?
El punto de vista tradicional sostiene que las emociones confunden el pensamiento. Se supone que el buen pensador debe ser frío y distanciado, y no dejarse influir por emociones. Se supone que el buen pensador es objetivo y considera los hechos por sí mismos y no por la importancia que puedan tener para sus necesidades emocionales. Incluso se sostiene, de vez en cuando, que las mujeres son demasiado emocionales para ser buenas pensadoras. Se dice que las mujeres carecen del distanciamiento necesario para tomar buenas decisiones.
Sin embargo, toda decisión correcta debe ser emocional en última instancia. Subrayo la expresión, en última instancia. Cuando hemos usado el pensamiento para trazar el mapa, son valores y emociones los que determinan la ruta que elegimos. Volveré sobre este tema más adelante.
Las emociones dan relevancia a nuestro pensamiento y lo acomodan a nuestras necesidades y al contexto del momento. Son una parte necesaria del funcionamiento del cerebro, no una intrusión ni una reliquia de los tiempos de la supervivencia animal.
Hay tres instancias en que la emoción puede afectar al pensamiento.
Puede haber un fuerte trasfondo de emociones tales como miedo, ira, odio, sospecha, celos o amor. Este trasfondo pone límites y colorea toda percepción. El propósito del pensamiento de sombrero rojo es hacer visible este trasfondo para que se pueda observar su consiguiente influencia. Esta emoción de fondo puede dominar todo el pensamiento. El trasfondo emocional puede estar ligado a una persona o a una situación o puede estar allí por otras razones.
En la segunda instancia, la percepción inicial es la que dispara la emoción. Percibes que alguien te ha insultado y a partir de entonces todo tu pensamiento sobre esa persona se marca con ese sentimiento. Percibes (quizás equivocadamente) que alguien te habla interesadamente y a partir de entonces desestimas todo lo que esa persona dice.
Percibes que algo es propaganda y de allí en más descrees de todo al respecto. Somos muy rápidos para hacer estos juicios sumarios y quedar aprisionados por las emociones que desatan. El pensamiento de sombrero rojo nos da una oportunidad para sacar esos sentimientos tan pronto como surgen directamente a la superficie
…Si tuviera que ponerme el sombrero rojo, diría que su propuesta solo parece favorecer sus propios intereses y no tanto los de la sociedad.
…El sombrero rojo me dice que usted se va a oponer a la fusión para conservar su trabajo y no tanto para beneficiar a los accionistas.
La tercera instancia en que pueden intervenir las emociones se da después de que se ha trazado un mapa de la situación. Este mapa debería también incluir las emociones que hizo patentes el pensamiento de sombrero rojo. Las emociones — que incluyen una buena dosis de auto-interés— se incorporan entonces para elegir la ruta en el mapa. Toda decisión se apoya en una base de valores. Ante los valores reaccionamos emocionalmente. Nuestra reacción ante el valor libertad (especialmente si nos han privado de libertad) es emocional.
…Ahora que el cuadro que tenemos de la situación es el más claro posible, pongámonos los sombreros rojos y elijamos emocionalmente nuestro curso de acción.
…De las dos opciones — continuar con la huelga o negociar— prefiero la primera. No creo que sea momento de negociar. Ninguna de las partes ha sido perjudicada lo suficiente para querer renunciar a algo.
Para los que consideran valioso expresar las emociones que involucra pensar sobre un tema determinado, el sombrero rojo ofrece un medio útil de legitimar esas emociones a fin de que puedan ocupar su lugar en el mapa final.
¿Pero podría alguna vez el sombrero rojo hacer salir las emociones que deben permanecer ocultas?
…Me opongo a su nombramiento porque estoy celoso de él y de su rápido ascenso al poder.
¿Alguien revelaría realmente esos celos? Probablemente no. Pero el sombrero rojo permite una coartada.
…Me voy a poner el sombrero rojo y entonces voy a decir que siento que la oposición a la promoción de Anne puede estar basada parcialmente en celos.
O bien: …Voy a escudarme en mi sombrero rojo y decir que me opongo a la promoción de Anne .Es sólo un sentimiento que tengo.
También debería recordarse que un pensador, en la privacidad de su propia mente, puede decidir ponerse el sombrero rojo. Esto le permite traer de manera legítima sus emociones a la superficie.
…Aquí podría haber un elemento de miedo. Miedo de la confusión que implica cambiar de trabajo.
.. .Si. Estoy muy molesto. Y en éste instante sólo quiero vengarme. No me gusta que me engañen.
…Debo admitir que no estoy contento con este trabajo.
El pensamiento de sombrero rojo alienta esta búsqueda: “¿Qué emociones están en juego en este caso?”
Pensamiento de sombrero rojo
INTUICIÓN Y PRESENTIMIENTOS
¿Cuan válidas son las intuiciones?
¿Cuan valiosas son?
¿Cómo se deben usar las intuiciones?
Se usa la palabra intuición en dos sentidos. Ambos son correctos. Pero desde el punto de vista de función cerebral son completamente distintos. Se puede usar la intuición en el sentido de discernimiento súbito. Esto significa que de súbito algo que se percibía de una manera se percibe de otra. De esto puede resultar un rasgo creador, un descubrimiento científico o un salto matemático.
… Deje de prestar atención al ganador y diríjala a todos los perdedores. Pronto observara que de 131 competidores individuales en 130 enfrentamientos quedan 130 perdedores. El otro uso de la palabra intuición se refiere a la aprehensión inmediata o entendimiento de una situación. Resulta de un juicio complejo basado en la experiencia
— un juicio que probablemente no se pueda precisar ni expresar con palabras. Cuando uno reconoce a un amigo lo hace de inmediato; realiza un juicio complejo, basado en muchos factores.
…Mi intuición me dice que este tranvía no se va a vender.
Esa intuición puede basarse en conocimiento del mercado, experiencia con productos similares y comprensión de las decisiones de compra dentro de ese rango de precios. A este tipo de intuición que implica un “complejo” quiero referirme aquí.
La intuición, el presentimiento y la sensación son parientes muy cercanos. Un presentimiento es una hipótesis basada en la intuición. La sensación puede variar desde una especie de sentimiento estético (casi una cuestión de gusto) hasta un juicio preciso.
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…Tengo la sensación de que va a retroceder cuando llegue el momento decisivo.
…Tengo la fuerte sensación de que este pasaje de ómnibus y esa bicicleta son las claves esenciales de este asesinato.
…Tengo la sensación de que ésta no es la teoría correcta. Es demasiado compleja y confusa.
Los científicos, empresarios y generales exitosos parecen tener todos esta capacidad de “sentir” las situaciones. De un empresario decimos que ella o el “huele dinero”. Esto surgiere que las ganancias no son lo suficientemente obvias como para que cualquiera pueda distinguirlas, pero que el empresario, que tiene un sentido especialmente desarrollado para percibir dinero, sí que puede detectarlas.
La intuición no es infalible. En el juego, la intuición es notoriamente engañosa. Si en la ruleta sale el rojo ocho veces seguidas, la intuición sugiere firmemente que en la próxima jugada saldrá el negro. Sin embargo, las posibilidades son exactamente las mismas. La mesa no tiene memoria
¿Qué trato le damos, por tanto, a la intuición y al sentimiento?
Antes que nada les concedemos legitimidad con el pensamiento de sombrero rojo. El sombrero rojo nos permite preguntar por los sentimientos y también expresarlos como una parte adecuada del pensamiento. Quizás tas emociones y la intuición debieran tener otros sombreros, pero esto solamente complicaría las cosas. Creo que es posible tratarlos juntos, como “sentimientos”, aunque sean de naturaleza diferente.
Podemos tratar de analizar las razones que hay detrás de un juicio intuitivo, pero es improbable que lo logremos enteramente. Si no podemos captar las razones, ¿debemos confiar en el juicio?
Sería difícil hacer una inversión importante en base a un presentimiento. Es mejor tratar la intuición como parte del mapa.
Se puede tratar la intuición como se trata a un consejero. Sí el consejero fue confiable en el pasado, es probable que prestemos mas atención al consejo que nos da. Si la intuición ha sido correcta en muchas ocasiones, podemos estar más dispuestos a escucharla.
…Todas las razones desaconsejan bajar el precio, pero mi intuición me dice que es el único modo de recuperar participación en el mercado.
Un hombre acaudalado, con experiencia, desarrolla un sentido de la oportunidad. La experiencia acumulada se expresa como una intuición que le dice qué negocios hacer y cuáles dejar de lado. Esta intuición puede ser muy valiosa cuando se la aplica a los bienes porque deriva de la experiencia, pero aplicada al resultado de una elección presidencial puede no serlo tanto.
También se puede manejar la intuición según el “ganar algo, perder algo”. La intuición puede no ser siempre correcta, pero si lo fue más veces que errónea, el resultado total será positivo.
Sería peligroso atribuir a la intuición la infalibilidad de un oráculo místico. Sin embargo, la intuición es parte del pensamiento. Está ahí. Es real Y puede contribuir.
…¿Podría hacer el favor de expresar con el sombrero rojo su intuición respecto a esta fusión?
…Mi sensación de sombrero rojo es que los precios de la propiedad inmobiliaria van a subir desmesuradamente y muy pronto.
…¿Quiere darme un sombrero rojo sobre esta nueva campana publicitaria?
…Mi sombrero rojo me dice que no van a aceptar esta oferta.
¿Cuál es el punto de encuentro de intuición y opinión? Hemos visto que el pensamiento de sombrero blanco no permite expresar opiniones (aunque puede permitir el informe de la opinión de otros). Esto es así porque la opinión se basa en el juicio, la interpretación y la intuición. El equilibrio puede estar del lado del juicio sobre hechos conocidos o del lado de sensaciones fundadas en factores desconocidos. Se puede expresar opiniones con el sombrero rojo, con el negro o con el amarillo. Cuando se usa el rojo, es mejor expresar la opinión como un sentimiento (o “sensación de que”).
…Tengo la sensación de que el responsable de gran parte de la delincuencia juvenil es el aburrimiento.
…Tengo la sensación de que a los cines les faltan algunas producciones espectaculares promovidas en gran escala.