Complacencia Negativa
Es mucho más fácil ser negativo.
Es más divertido ser negativo.
Sí… pero…
La construcción de un ferrocarril es una hazaña compleja de ingeniería. Una simple barra de concreto situada de través en la vía puede descarrilar un expreso. El situar esta barra no es una operación que necesite de una habilidad, extraordinaria. Destruir es siempre
mucho más fácil que construir. Lo mismo ocurre con la negatividad. Por eso es necesario, cuando consideramos el pensamiento de sombrero negro fijarse también en los atractivos de la negatividad, que tan a menudo conducen a una “complacencia negativa”.
El pensamiento negativo es atrayente porque su logro es inmediato y completo. Probar que alguien está equivocado da esta satisfacción inmediata. Proponer una idea constructiva no ofrece ningún logro hasta que la idea le gusta a alguien o se puede probar que funciona (lo que lleva tiempo)
Atacar una idea da una instantánea sensación de superioridad. Elogiar una idea aparentemente sitúa al que la elogia un poco por debajo del autor de la idea. Criticar es muy fácil, porque todo lo que tiene que hacer el crítico es elegir un marco para su juicio y luego mostrar que la propuesta no encaja en ese marco en particular.
…Lo que aquí necesitamos es una idea simple, práctica. Su propuesta es demasiado elaborada y .compleja. Nunca daría resultado.
Si la propuesta hubiera sido simple y directa, entonces el crítico podría haber elegido una estructura diferente.
…Esta visión de la situación es demasiado simplista. La propuesta es un disparate propio de jardín de infantes. A mi hijo de seis años de edad se le podría haber ocurrido algo mejor. Tenemos que tener en cuenta todos los factores.
Observe que los dos rechazos abruptos de la propuesta son en cierto modo más fáciles que la formulación de una propuesta nueva. Observe, también, que en realidad la crítica no se basa en la sustancia de la propuesta sino en cierta calidad general, como que es
“demasiado compleja” o “demasiado simple”. Es sorprendente cuánta crítica es, en la práctica, de este tipo. Esta clase de pensamiento debe situarse bajo el sombrero rojo, no bajo el negro.
…No me gusta su propuesta. Es así de simple.
Hay mucho pensamiento de sombrero rojo que se disfraza de negro.
…Si eso es todo lo que tiene que decir, debemos considerarlo como pensamiento de sombrero rojo, no como pensamiento negro. Tiene usted derecho a sus sentimientos.
Es mucho más fácil hacer un traje que no quede bien que uno que si. Esto conduce directamente al idioma del “sí… pero”. Aquí el pensador negativo ignora la mayor parte de la propuesta, que en efecto es valiosa y factible, para concentrarse en algún sector de menor importancia, que puede ser dudoso.
…El libro está bien, pero quisiera saber por qué tuvo que elegir ese título absurdo. No dice nada sobre el libro, no es pertinente. Es la clase de título que se podría encontrar en una mala novelita popular.
…Lo absurdo de todo el presupuesto queda patente en el impuesto al valor agregado sobre la comida que se compra preparada. Si es fría, no tiene impuesto porque es sólo alimento. Si se la ha calentado, sí que hay impuesto: ya no es mero alimento, es “comida”.
Generalmente se sostiene que el crítico presta un servicio útil cuando señala los defectos de menor importancia, porque lo que en realidad está diciendo es: “Todo lo demás está bien, así que si corrige ese defecto menor quedará perfecto”. Esto vale sin duda cuando
un diseñador o un escritor está dando forma al producto, pero cuando éste está listo la expresión del crítico viene a ser: “Tengo que hallar algo que criticar”.
En el ejemplo del impuesto a la comida rápida, vemos otro idioma en acción. Aquí el pensador negativo trata de dar la impresión de que se esta concentrando sólo en una parte del todo. Al mostrar que la parte es absurda, la implicación es que el todo es igualmente absurdo. Esto es lo mismo que dar a entender: “El que hace una tontería así es un estúpido. Por lo tanto, cualquier cosa que haga es estúpida”.
Estas son complacencias obvias e infantiles del pensador negativo. Hay muchas otras, que incluyen adjetivos (“débil”, “así llamado”, “infantil”, etc.) y sarcasmo (“bien intencionado”, etc.). También está el refugio tradicional de los que no entienden algo nuevo: “la ropa nueva del Emperador”.
En mi nuevo libro, Conflicts; A Better Way to Resolve Them, se explica con mayor claridad y mucho más detalladamente los peligros del pensamiento negativo y del método argumentativo.
El propósito del pensamiento de sombrero negro es ocuparse del pensamiento negativo serio y no de la complacencia negativa infantil que estoy esbozando en esta sección.
El aspecto serió de la expresión “sí, pero” consiste en que a veces es necesario señalar un peligro no muy probable pero que sin embargo debe ser señalado.
…Sé que ha probado el rendimiento de los alabes de estas turbinas en el funcionamiento del motor, ¿pero cree que resistirán el impacto lateral del golpe de un pájaro?
…No es muy probable, pero siempre existe la posibilidad de que sea un agente doble. Debemos tenerlo en cuenta.
…Supongo que existe la posibilidad de que ahora los libros se estén volviendo lo bastante caros para que se les considere regalos válidos.
Traté el asunto de la “probabilidad” bajo el pensamiento de sombrero blanco. En tanto algo esté adecuadamente enmarcado (dada la probabilidad), es legitimo hacer comentarios negativos del tipo de “sí… pero”. Se los presenta como asuntos para corregir o como asuntos para tener presente
¿PRIMERO LO NEGATIVO O LO POSITIVO?
¿El sombrero amarillo debería preceder al negro?
Miedo y seguridad.
Curiosidad y exploración.
Los niños pequeños advierten — y objetan— la más mínima desviación del relato de un cuento que conocen bien. La reiteración inspira seguridad.
Es razonable suponer que en circunstancias aterrorizantes un animal limita su comportamiento a las pautas de lucha o de fuga que conoce. Se supone que los ~ soldados bajo fuego deben mantener la disciplina.
¿Acaso constituye el aspecto negativo de la mente una retirada a la certeza de lo conocido?
¿Cuál sombrero debe ponerse primero el pensador el negro de la inspección negativa o el amarillo de la exploración positiva?
Se puede argüir que el sombrero negro debería ser siempre el primero para poder rechazar con rapidez las ideas impracticables, sin necesidad de pasar demasiado tiempo considerándolas. Este modo negativo es el que usa la mayoría de la gente, y para muchos propósitos prácticos resulta rápido y eficaz. Cuando nos importa más la competencia que el logro, la discriminación negativa ahorra tiempo.
Sin embargo, es mucho más fácil ver los defectos de cualquier propuesta nueva que ver sus virtudes. Por lo tanto, si primero usamos el sombrero negro, es poco probable que avancemos más en ella. Una vez que la mente se ha dirigido hacia lo negativo, resulta muy difícil ver lo positivo. Posiblemente la química cerebral ya se ha ajustado a “miedo” y a “seguridad”.
Por eso, cuando consideramos nuevas ideas y cambios, tiene mucho sentido adoptar primero el sombrero amarillo y después el negro.
…Llegaremos al pensamiento de sombrero negro a su debido tiempo. Pero por ahora quiero que todos se pongan el sombrero amarillo.
…Eso es pensamiento de sombrero negro. Espere hasta más tarde.
.. .No quiero interrupciones de sombrero negro por más válidas que sean. Anótelas e infórmelas más tarde.
Una vez que se ha explicado con claridad la idea y los beneficios de la misma, el pensamiento de sombrero negro tiene algo sobre lo cual trabajar. Quiero subrayar que todos tienen la responsabilidad de usar el sombrero amarillo respecto a la propuesta. No es sólo tarea de la persona que hace la sugerencia mientras todos los demás se sientan en silencio, impacientes, a la espera de ponerse el sombrero negro.
…Usted no ha dicho nada todavía. Quiero que haga algunos comentarios de sombrero amarillo.
Se podría sostener que si una idea pasa el “juicio” negativo del sombrero negro y sobrevive, automáticamente se la puede calificar de buena, y que entonces el pensamiento de sombrero amarillo estaría de más. Esto parte del supuesto falso de que todos los méritos de una idea están sobre una especie de bandeja y que todo lo que tenemos que hacer es examinarlos. De hecho, explorar los méritos de una idea requiere un esfuerzo considerable de imaginación y de pensamiento perceptivo. Por esto el pensamiento deliberado de sombrero amarillo es necesario y también por esto debe adoptarse primero.
Una vez qué se ha manifestado la idea con claridad, se puede aplicar el pensamiento de sombrero negro de dos modos distintos. El primero consiste en examinar la viabilidad de la idea.
…¿Es legal esta idea?
…¿Esta idea funcionaría? …¿Hay algún beneficio en esta idea? …¿Vale la pena hacer esto?
He optado por incluir en el término viable la noción de beneficio: si no hay beneficios, la idea puede ser viable en abstracto, pero no en la práctica. Una vez establecido que la idea es viable, el pensamiento de sombrero negro puede tratar de mejorarla señalando
sus fallas.
…Si lo hiciéramos así, habría una montaña de trabajo al término de cada mes.
…Se abusaría del sistema a menos que hubiera un número de código personal destinado a los que compran por teléfono.
La mejora del diseño es un uso positivo del pensamiento de sombrero negro. El perfeccionamiento del diseño ciertamente no se limita a suprimir errores — imaginar y lograr beneficios es aún más importante. Pero detectar y corregir errores y peligros es parte esencial de este trabajo.
En ocasiones, es posible hacer más que la mera supresión de un problema. Puede convertirse ese problema en una oportunidad o en fuente de beneficio. Esto requeriría una mezcla de pensamiento de sombrero verde (creatividad) y de pensamiento de sombrero
amarillo.
Al de sombrero negro no le incumbe resolver problemas — sólo señalarlos.
Resumen del pensamiento de sombrero negro
El pensar de sombrero negro se ocupa específicamente del juicio negativo. El pensador de sombrero negro señala lo que está mal, lo incorrecto y erróneo. El pensador de sombrero negro señala que algo no se acomoda a la experiencia o al conocimiento aceptado. El pensador de sombrero negro señala por qué algo no va a funcionar. El pensador de sombrero negro señala los riesgos y peligros. El pensador de sombrero negro señala las imperfecciones de un diseño.
El pensamiento de sombrero negro no es argumentación y nunca se lo debería considerar tal. Es un intento objetivo de poner en el mapa los elementos negativos.
El pensamiento de sombrero negro puede señalar los errores en el proceso del pensamiento y en el método mismo.
El pensamiento de sombrero negro puede confrontar una idea con el pasado para verificar si encaja con lo ya sabido.
El pensamiento de sombrero negro puede proyectar una idea en el futuro para verificar qué podría fracasar o ir mal.
El pensamiento de sombrero negro puede nacer preguntas negativas.
El pensamiento de sombrero negro no debería utilizarse para encubrir complacencia negativa o sentimientos negativos, los que deberían utilizar el sombrero rojo.
El juicio positivo queda para el sombrero amarillo. Dé presentarse ideas nuevas, el sombrero amarillo siempre se debe usar antes que el negro.