La Sanación y la Transformación son posibles
El dolor puede ser nuestro guía y maestro
A través de las experiencias de dolor, algo de lo más profundo de nosotros puede abrirse paso hasta nuestra conciencia y brillar. El dolor puede ser nuestro aliado, nuestro guía y maestro. Cuando es experimentado de manera consciente es, paradójicamente, el portal que da
la liberación del sufrimiento.
El dolor que es vivido conscientemente nos conduce a un lugar que es como nuestro hogar, como si estuviéramos de vuelta en casa”. La mayor parte de la humanidad vive en un estado de sufrimiento inconsciente que en su mayor parte es artificial. Sabios y maestros espirituales de todos los tiempos han dicho que este estado es como un ensueño, una fantasía o un producto de la imaginación. En el
hinduismo, por ejemplo, se dio el nombre de maya a esa “obra de teatro”, creada por los dioses, que es el mundo, sólo el escenario de un juego divino.
Pero, más allá del nombre que le demos, es un estado del ser desde donde hacemos lo imposible para ser diferentes de lo que somos en realidad. Así vivimos nuestras vidas, profundamente identificados con lo que no es verdad, como presas de un trance hipnótico o un conjuro. Yes posible que permanezcamos en ese estado hasta el final de nuestra vida. De hecho, la mayoría de la humanidad así lo hace.
Ejercicio
Tómate un momento para apreciar la diferencia entre el estado de ensueño y el estar aquí y ahora. y
Respira profundo. Siente tu cuerpo... ¿Cómo lo sientes? ¿Qué sensaciones experimentas y dónde? ¿En qué lugar de tu cuerpo hay relajación, y en qué lugar, tensión? (Si experimentas calma, siente si es calma real o si es adormecimiento.) Siente tu respiración.
Ahora, mientras parte de tu atención está puesta en las sensaciones de tu cuerpo – tu espacio interno- empieza a reconocer poco a poco el espacio exterior,
¿Qué está pasando exactamente ahora dentro de tu cuerpo y fuera de él? Captura estas percepciones, obsérvalas por un momento y siéntelas. Respira.
Éste es el comienzo del estado de presencia. Transformar el dolor Cuando uno empieza a saber cómo transformar el dolor, lo que era un “estorbo” empieza a convertirse en un regalo. El dolor físico, la tristeza, el enojo y el temor se transforman en oportunidades de sanarnos y acceder a nuestro potencial verdadero. Esto nos da la posibilidad de despertar a un concepto más profundo de nuestro ser interno, el cual, paradójicamente quizás, necesitaba no estar del todo sano o no ser feliz para emerger con toda su elocuencia.
Para transformar el dolor necesitamos sentir en el momento la incomodidad presente en nosotros. Eso se consigue sumergiéndose en ella, en lugar de luchar para alejarla. Tenemos que zambullirnos hacia el centro de la incomodidad con toda nuestra presencia y toda nuestra atención. Ir hacia lo más profundo de la incomodidad sin analizar o interpretar de dónde viene, por qué viene o cuál es la razón de su existencia. Esa es el núcleo esencial de la técnica que he dado en llamar liberación del cuerpo del dolor, pain body release -PBR-. Los resultados individuales de este proceso son tan sorprendentes que todavía siguen siendo un misterio para mí, pero se trata de una práctica muy sencilla y fácil de llevar a cabo. Puedo asegurar honestamente que, después que ocurre este despertar, la vida ya no es la misma.
Aprender el lenguaje del cuerpo: detectar el cuerpo del dolor
El cuerpo del dolor abarca todo lo que en nosotros se siente incomodo o doloroso física, mental o emocionalmente.
Si un estímulo pequeño (un comentario, una mirada o un recuerdo) provoca en nosotros una reacción desmesurada, es señal de que el cuerpo del dolor se ha activado.
Algo “te saca de las casillas” y te conduce a un lugar de pánico, rabia o profunda e inexplicable tristeza. ¿Te ha pasado esto alguna vez?
En el siguiente ejercicio haremos un esbozo parcial del cuerpo del dolor:
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Ejercicio
Haz una lista de las personas o cosas que “te sacan de las
casillas” en diferentes áreas de tu vida. Para cada uno de estos
disparadores, responde las siguientes preguntas:
o ¿Qué pensamientos aparecen cuando imagino esta situación?
o ¿Qué sensaciones corporales tengo?
Puedes tomar un trozo de papel y lápices de colores o marcadores y dibujar una silueta humana para representar esas
sensaciones tan bien como puedas.
Ahora, responde estas preguntas:
o Si las sensaciones tuvieran un color, ¿cuál seria?
o Y si tuvieran peso, cuán pesadas o livianas serían?
o ¿Son frías o calientes?
o ¿En qué parte de tu cuerpo las localizas?
o ¿ Qué otras características presentan?
Regresar al cuerpo de luz
La expresión cuerpo de luz describe lo que existe debajo del cuerpo del dolor o, más precisamente, antes. El cuerpo de luz es aquello que somos por naturaleza, Cuanto menos cuerpo del dolor hay en determinado momento, más cuerpo de luz se experimenta,
El cuerpo de luz es la energía de vida básica y fundamental que nos crea y nos alienta. Representa amor, conexión, optimismo, fuerza, confianza, entusiasmo y una sensación de libertad infinita. Es una fuerza que fluye con la vida y no contra la vida. Y la buena noticia es que esa fuerza abunda: está en el ciclo de las estaciones, en la órbita de los planetas y en el orden incontestable del universo, and latido de nuestro corazón y en el proceso de curación en nuestros cuerpos.
Cuando esa energía fluye por todo el sistema cuerpo -mente sin obstáculos y libremente, podemos acceder a ella.
Tú habrás experimentado esto en tu vida. Experimentamos el cuerpo de luz cuando simplemente disfrutamos algo, cuando nos sentimos en calma o en paz sin motivo alguno. Cuando sentimos amor sin razón aparente. El cuerpo de luz ama, comparte, juega, baila, crea, siente gratitud, ama la música, se complace en los niños, en la tranquilidad, ,en la naturaleza y en los animales.
Mirando a los ojos abiertos e inocentes de los bebés, conectarnos con lo que realmente somos en lo profundo de nuestro ser, antes o debajo de las capas de energía contraída que crearon el cuerpo del dolor. Pasa algún tiempo observando bebés, en contacto con animales o con la naturaleza y hazte presente en lo que sucede en tu cuerpo: vislumbras tu cuerpo de luz. Notarás que en ausencia de la
personalidad de la auto-imagen) no hay resistencia al momento y las cosas fluyen. Entonces el cuerpo de luz se manifiesta y esta manifestación es siempre una bendición.
Los adultos tenemos muchas posibilidades de sentir el cuerpo de luz. Un músico puede experimentarlo mientras compone una melodía o cuando ejecuta una obra. En ese caso la melodía fluye a través de él como si no hubiera nadie allí y la música sólo “fuera tocada”.
A veces los deportistas experimentan este fluir cuando sienten que el partido está siendo jugado a través de ellos, sin esfuerzo.
Una pareja de enamorados puede experimentar el cuerpo de luz cuando, por un instante, olvidan cualquier concepto o sentimiento de separación y ninguno de los dos discierne dónde termina su cuerpo y dónde empieza el del otro.
Sin embargo, el cuerpo de luz no es la pieza de música ni el partido, ni el amante entregado.
La frecuencia del cuerpo de luz no es un estado de ser que -como el cuerpo del dolor-pueda dispararse gracias a un estímulo externo. Es la matriz básica de nuestro diseño humano y no puede perderse ni ser destruido,
“… De cierto os digo, que si no es volviereis, y fue reis como niños, no entraréis en el Reino de los Cie los” (Mateo 18:3),
No es de extrañar que los sabios y maestros de la antigüedad siempre hayan alabado la inocencia de los niños y la hayan tomado como referente para el trabajo interior y el desarrollo de la conciencia. Aun indefensos, desnudos y calvos, aun mojados y sucios, aunque no puedan tener la cabeza erguida ni caminar, los bebés están muy cerca de la manifestación pura del cuerpo de luz
El sistema cuerpo-mente del recién nacido es altamente sensible y receptivo. Se podría decir que su vida consiste sobre todo en absorber nuevas experiencias, como una esponja, abierto a lo que la vida le ofrece a cada momento.
En un instante puede sentirse completamente feliz y cinco segundos más tarde puede estar llorando inconsolablemente. Pero siente y expresa cualquier cosa que aflore en él; los “buenos” y los “malos” sentimientos son completamente sentidos y reconocidos porque no hay juicio de valor.
Ejercicio
• Procúrate un momento de relax y siéntete a gusto.
• Cierra tus ojos e imagina un lugar en la naturaleza donde te sientas como en casa. Puede ser un lugar real que tú recuerdes o uno imaginario. Visualízate allí, solo, sin nada para hacer ni nadie con quien hablar. Respira lentamente.
El Proceso de Liberación del Cuerpo del Dolor (PBR): Cómo transformar el dolor en alegría y paz
A medida que crecemos y nos convertimos en adultos civilizados tendemos a olvidar que debemos darle tiempo a nuestro sistema orgánico para que procese e dolor y la incomodidad de manera natural. Cuando llegamos a la adultez, nos hemos convertido en maestros en el arte de resistir el dolor o erradicarlo, y sobre todo, nos hemos olvidado de cómo transformarlo.
Si queremos recuperar el campo de energía vivo, amoroso y fresco que teníamos cuando éramos criaturas, debemos desprender lo aprendido, desandar lo andado y establecer nuevos hábitos nuevos modos de tratar con el dolor.
Ejercicio
Siente el dolor físico o la incomodidad emocional que está presente en ti en este instante. Permítelo con todo tu ser.
Escucha la conversación interna que está teniendo lugar. Cuando los pensamientos sobrevengan, permítelos. Observa el hábito que tiene la mente de tratar de evitar la incomodidad analizando o tejiendo una historia, Pon tu atención en el cuerpo y en sus sensaciones. Permanece con las sensaciones y los sentimientos tal cual son.
Observa en qué parte del cuerpo está la sensación. Permite al cuerpo procesar esas energías, mientras tú atestiguas el proceso. Observa lo que el cuerpo hace (cualquier sensación interna o sentimiento, cualesquiera pensamientos asociados con el asunto, etc.), sin tratar de controlar nada,
El cuerpo del dolor suele tener varias capas profundas y gruesas de fuerza de vida contraída. Quizás experimentes oleadas de sentimientos y/o sensaciones intensos, que alternan con intervalos de calma y relajación. Permite ese efecto de péndulo tantas veces como lo necesites.
Podrás pasar de la incomodidad al placer. Confía en la natural inteligencia de tu cuerpo. Tú no eres ninguno de los extremos del péndulo, sino el punto muerto que permite que el péndulo sea. Tú eres lo que atestigua,
Todo lo anterior puede llevar de un par de minutos a media hora, o más.
Después de entrar en el cuerpo del dolor, procúrate un tiempo a solas para integrar la experiencia que has tenido. Puedes recostarte por un rato, en la cama o en el piso, y luego escribir en tu cuaderno de notas.
La transformación de las contracciones energéticas que llamamos dolor requiere atención y presencia. Cuando nos sacudimos, aunque sea temporalmente, el sueño en el que estamos sumergidos y salimos al encuentro del poderoso “ahora”. Cuando experimentamos dolor físico o emocional y dirigimos nuestra atención hacia la zona de nuestro cuerpo que se activa, nos traemos” a nosotros mismos al momento presente. Es así como el dolor nos devuelve a la vida, que siempre ocurre ahora, en este preciso instante.
¿Acaso deberíamos crear más dolor para liberamos del sufrimiento?
Ésta es una pregunta que suele aparecer frecuentemente en los talleres. No. Hay más que suficiente dolor a nuestro alrededor y en nuestras vidas. No es necesario crear todavía un poco más.
El dolor es como un reloj despertador que suena más fuerte cuanto más queremos ignorarlo. Y si lo silenciamos usando una de las tantas estrategias que conocemos, un tiempo después todo volverá a comenzar, y probablemente con más énfasis. Lo que resistes persiste y, de hecho, se intensifica
El dolor puede ser nuestro despertador espiritual:”iDespierta, ya! Es tiempo de levantarse y vivir una vida real”.
A veces un intenso y profundo dolor puede ser un regalo y liberarnos de una vez por todas del sufrimiento
Místicos y maestros de todas las épocas han reflexionado acerca del poder transformador del dolor, enseñando que tanto el dolor físico como el dolor emocional pueden ser excelentes oportunidades de ponernos en contacto con lo que está vivo en nosotros y de experimentar lo que somos al abrirnos a aquello que está más allá del cuerpo.
Ejercicio
Presta atención a lo que está vivo en ti y en tu cuerpo. Sin tratar de corregir ni cambiar nada, nota cualquier sensación.
Repara en la postura, nota si hay áreas de tensión o relajación. Reconoce si hay alguna incomodidad. Tú puedes haber leído estas páginas sin pensar en absoluto cómo se siente tu cuerpo. Aun en este momento puedes estar leyendo para evitar un dolor o una sensación incómoda.
Tómate sólo un minuto y nota la incomodidad, sea poca o mucha. Sé curioso, pon tu atención en ella y siéntela, siéntela realmente.
Ahora, pon algo de esa atención en lo siguiente:
¿Qué o quién en ti está realmente experimentando lo que está siendo experimentado?
Sin perder la conexión con las sensaciones del cuerpo, concéntrate en esa experiencia sin cambiarla.
En otras palabras, sé la experiencia de este momento.
Así abordado, el cuerpo puede ser un portal hacia la realidad. Lamentablemente, muchas enseñanzas espirituales ignoran o niegan el cuerpo, en lugar de concentrarse en él para abrazar la vida que allí se desarrolla. Y, como ya sabemos, inevitablemente, la lucha acarrea resistencia, y la resistencia arrastra más y más sufrimiento, haciéndolo perdurable. El dolor es un síntoma, una señal de alerta acerca de un fenómeno más profundo. Tenemos que tomar la decisión de enfrentarlo y escuchar lo que tiene para decir y enseñarnos.