Cerebro
Podríamos decir que durante toda nuestra vida vivimos situaciones desestabilizantes que nuestro cuerpo debe reequilibrar. Se trata de pequeñas situaciones de estrés con las que lidiamos día a día. Hay eventos, no obstante, que exceden la intensidad de estrés que se puede gestionar en un instante. En esos momentos, el cerebro detecta que la situación es peligrosa y pone en marcha un mecanismo de supervivencia. Lo hace siempre atento a los peligros como si viviera en la época de las cavernas. Pocos segundos después de que se produzca el conflicto biológico, nuestro cuerpo ya se encuentra en estado de alerta y se activa el sistema nervioso simpático que lo preparará para sobrevivir al evento.
Pero, ¿nos afecta a todos por igual el mismo momento de estrés específico? Está claro que no, que hablamos de una noción subjetiva, que depende tanto de la personalidad como de las vivencias que cada uno haya tenido anteriormente, por lo que cada persona puede vivir o le puede afectar un mismo evento de maneras muy distintas. Por eso, ante un mismo acontecimiento cada persona reaccionará de manera diferente en función de sus aprendizajes históricos o los vividos por sus antepasados, de los que tiene buena memoria a nivel inconsciente. Un buen ejemplo de esto son las enfermedades endémicas, epidémicas o las pandemias. ¿Por qué no se propaga la enfermedad a la totalidad de personas de la población? Porque solo aquellas que vivan el mismo conflicto tendrán la misma enfermedad.
Quiere decir que no todos viven de la misma manera y eso es lo que debemos valorar.
Si el conflicto se vive con un alto estrés, el tejido nervioso de la zona cerebral que representa al órgano implicado se organiza formando una zona de círculos concéntricos llamado Foco de Hamer que solo podrá ser observado en una tomografía axial computarizada (TAC) realizada sin contraste. El mismo foco en la fase de vagotonía, se encontrará más hinchado debido al edema cerebral de reparación y, si lo observamos, veremos que queda más difuminado.
Cada parte del cuerpo deriva de una hoja embrionaria y cada órgano tiene un centro de control en el sistema nervioso central que cumple con una o varias funciones biológicas. Cada una de estas funciones tiene una correlación directa con la manera de vivir un conflicto biológico. Estos conflictos dejan expuesta una necesidad que en el instante del shock no pudo ser cubierta. Los centros de control donde se ubican los Focos de Hamer son el tronco cerebral (mesencéfalo, protuberancia y bulbo raquídeo), el cerebelo, la sustancia blanca de los hemisferios cerebrales y la corteza cerebral.
Otro concepto que se agrega para poder hilar más fino en el momento en el que reflexionamos sobre una enfermedad es el de la influencia de la regla de la lateralidad. Este concepto lo incorpora el Dr. Hamer tras observar que la reacción en las partes dobles del cuerpo (como extremidades, glándulas mamarias, ojos, oídos, etc.) ante un conflicto biológico es distinta según sea la persona biológicamente diestra o zurda. Por lateralidad biológica entendemos la preponderancia de un lado del cuerpo sobre el otro que está
determinada a partir del día 21 del desarrollo embrionario.
La regla de la lateralidad determina que una persona diestra hará en el lado derecho un conflicto de:
• Entrada del bocado (atrapar, incorporar, captar…).
• Conflicto con colaterales (pareja, compañeros, amigos, hermanos, empresa…).
• Conflictos en relación con el nido amplio.
• Obligación de hacer, de ir y no querer.
Y en el lado izquierdo se encontrarán los conflictos de:
• Salida del bocado (escupir, eliminar, sacar…).
• Conflicto con relaciones verticales (madre-hijo, hijo-madre).
• Conflictos en relación con el nido estrecho (madre-hijo/hijo-madre).
• Impedimento para hacer, ir. Quiero ir y me lo impiden.
En el caso de las personas zurdas es a la inversa.
Me permito desarrollar algunos casos para poder ejemplificar este fundamento. Los senos o glándulas mamarias derivan del Mesodermo
antiguo y el sentir profundo de estos órganos será:
• Derecha = Conflicto con el Padre / Colaterales. Con algo externo a la persona o que siente en el exterior.
• Izquierda = Madre / Hijos (descendientes). Interno. Interior.
Una mujer diestra presenta una patología mamaria en el pecho derecho y confirma que ha vivido un conflicto de querer proteger a la pareja cuando esta fue acusada de robo y estuvo a punto de ir a la cárcel.
Otra mujer diestra, presenta en este caso, una patología mamaria del lado izquierdo y el conflicto biológico fue de peligro por su madre que se cayó en una excursión con resultado de varias fracturas temiéndose por su vida.
La manera más simple para identificar si somos biológicamente diestros o zurdos es la prueba del aplauso. La mano de arriba es la mano guía y hay que observar dónde queda cuando se aplaude.
Programa Biológico de Supervivencia (PBS)
Puede darse el caso de que, en el instante del choque biológico, la persona no encuentre ninguna estrategia de acción que le ayude a traspasar el momento, a poner fin al mismo o a disminuir la carga conflictual. Será entonces que el cuerpo pondrá en marcha el programa biológico arcaico de supervivencia que transportamos en nosotros desde el inicio de la vida, enmarcado en la evolución de los seres vivos. Esta solución es la que está en el origen de la llamada enfermedad.
Acompañamiento en Descodificación Biológica Original: Fundamentos Aplicados
Como hemos apuntado antes, la Descodificación Biológica Original se apoya en los preceptos teóricos de la Nueva Medicina Germánica del Dr. Hamer, que fue quien estableció las cinco leyes biológicas. Es muy interesante destacar que éstas son las únicas leyes que existen en medicina, no hay otras. La medicina convencional o alopática no ha establecido ninguna ley, no da ninguna explicación que dé respuesta inequívoca a la pregunta de por qué enfermamos. Para la medicina occidental, las causas de las afecciones son en muchas ocasiones o un misterio o algo externo (factor causal), es decir, suceden porque sí.
Quien tiene una enfermedad piensa que es porque “le ha tocado” o aparece por mala suerte, porque estamos predispuestos, o porque es genético, etc. La invitación es entender por completo el origen de nuestros malestares mediante la Descodificación Biológica y, conociendo el origen como un conflicto interno, podremos llegar con más éxito a la sanación. La base principal es que, para la Descodificación Biológica Original, siempre encontraremos un conflicto biológico en el origen de un síntoma, sea del tipo que sea. Eso es lo que existió en la vida de María para tener como resultado la enfermedad.
María pasó unos días en un proceso de interiorización y ha tenido tiempo para reflexionar sobre su vida. Saberse enferma le ha asustado. Hoy, mira hacia atrás y siente que ha pasado poco tiempo en este maravilloso espacio llamado Tierra, que su vida es corta y que a sus 29 años todavía le queda mucho por hacer.
Sigue confundida, aturdida, pensando en el síntoma, durmiendo y comiendo poco. Eso le angustia. Entre otras cosas, se plantea cómo
ha vivido hasta ahora y se da cuenta de que ha dedicado mucho tiempo al estudio y al trabajo y poco tiempo a los amigos o a tener una pareja. Las pocas parejas que pudo disfrutar duraban como mucho un mes y la mayor parte de las veces iban de sábado a sábado. Se le hacía aburrido estar con alguien y no saber qué decirle o no poder compartir historias o proyectos.
En su vida había pocos hombres. Después de que su padre se marchara, cuando María tenía 6 años, su madre nunca volvió a tener una pareja estable – o al menos María nunca se enteró. Seis meses más tarde de la separación, les comunicaron la muerte de su padre en un accidente, a lo que su madre le dijo: “de una forma u otra los hombres te harán sufrir”. En ese instante no entendió a qué se refería, pero hoy, revisando las vivencias de su familia, todo le cuadra mejor, las piezas del rompecabezas comienzan a colocarse en su lugar.
María sigue viendo pasar su historia por delante mientras decide qué hacer con su vida, con su tía, con los tratamientos, con las terapias que le han ofrecido, con la dieta, con la meditación, con el agua de mar, con… Entre todas estas dudas, también ha oído hablar sobre la Descodificación Biológica Original, así que decide conocer más sobre el tema y comienza a revisar su historia.
Como ejemplo, encontrarán a continuación algunas vivencias de María de distintas épocas de su vida y sobre las que ahora toma consciencia.
María vive una situación concreta, que llamaremos A, en la que charla con su tía. En consecuencia, registra un pensamiento A, un sentimiento A, una emoción A, unas sensaciones corporales A y un sentir profundo (vivencia emocional profunda) A. Lo veremos también con otras situaciones de su vida:
Con frecuencia las personas tienen una idea de qué es lo que está en el origen de un síntoma porque han vivido situaciones de gran intensidad emocional y estrés, como la muerte de personas cercanas, separaciones o divorcios, la ausencia de trabajo, problemas relacionales fuertes o accidentes, entre otros. Lo que interesa es encontrar la manera en cómo se ha vivido un instante concreto y preciso porque es en ese momento en el que la tonalidad conflictual del estrés queda grabada. No se corresponde a toda la historia vivida, sino a una pequeña parcela de toda la historia.
En el acompañamiento en Descodificación Biológica Original se guía a la persona para que recupere la memoria del instante concreto, lo reviva, vuelva a sentir las sensaciones corporales del momento que conforman una impronta sensorial y, por tanto, lo pueda superar e integrar. Este proceso supone tomar consciencia de la forma de vivir en general, de qué parcela ocupa el instante en la vida de la persona, reconocer el sentido biológico del síntoma, aceptar las vivencias, sentir y dejarse atravesar por lo que se siente sin modificar lo que está ocurriendo. A veces, al acabar el proceso, es necesario ayudar a la persona para que encuentre un recurso que le facilite vivir historias similares de otra manera y le otorgue así otro significado. Supone cambiar el sentido de la situación que detonó el estrés asegurándose su desconexión total. Y aquí aparece otro concepto interesante, que es ir a encontrar la primera vez que ocurrió una situación similar y tuvo un gran impacto. Puede darse el caso que un cierto impacto sea tan fuerte, que el cuerpo no nos permita acceder a él.
Según Alice Miller (2009), pueden incluso estar en la base de graves patologías mentales: “La experiencia nos enseña que, en la lucha contra las enfermedades psíquicas, únicamente disponemos, a la larga, de una sola arma: encontrar emocionalmente la verdad de la historia única y singular de nuestra infancia. ¿Podremos liberarnos algún día totalmente de ilusiones? Toda vida está llena de ellas, sin duda porque la verdad resultaría, a menudo, intolerable. Y, no obstante, la verdad nos es tan imprescindible que pagamos su pérdida con penosas enfermedades.”
Cuanto más nos alejemos, más acallemos lo que nos pasa y silenciemos la historia vivida, más necesidad tendrá nuestro cuerpo de expresar el drama oculto. En ocasiones, será un síntoma físico o una existencia no deseada la forma que encuentre nuestra alma para expresar el dolor.