El Arte de Saber Escuchar .. La Comunicación Verbal
Poder hablar entre nosotros nos hace seres humanos. ¡Ojalá, en efecto, seamos capaces de hacerlo! Porque cuando hablamos hay cosas que se pueden torcer y entonces es peor que si no habláramos. Cuando era joven, yo era muy elocuente en el plano objetivo, pero tímido y torpe en el plano humano. Yo mismo ignoraba muchas veces qué sucedía exactamente en mi interior y carecía de un lenguaje para expresarlo. El descubrimiento de que la comunicación humana se desarrolla de manera simultánea en cuatro campos de juego y que participamos en este juego con «cuatro voces» y «cuatro oídos» a mí me abrió los ojos, y poco a poco me ayudó a tener la sensación de estar «jugando en casa» en los cuatro campos de juego.
Mientras que la comprensión racional progresa a paso de gigante, los sentimientos y la conducta avanzan rezagados a paso de tortuga. Por eso, muchas de las
enseñanzas de este libro solo se pueden aprehender con la experiencia y la práctica. Aun así, estoy convencido de que el entendimiento racional puede servir de guía y apoyo para la formación de la personalidad. También he comprobado que la gente (como yo) que en el terreno conceptual siente que «juega en casa» en el terreno emocional se deja seducir por manuales y cartografías del conocimiento. Esta Formación debe entenderse como una de estas cartografías.
El aspecto del contenido objetivo. ¿Cómo puedo informar de hechos de forma clara y comprensible? Para este aspecto de la comunicación, teníamos a nuestra disposición el modelo hamburgués de comprensibilidad.
El aspecto de la relación. ¿Cómo trato al prójimo con mi forma de comunicarme? En función del modo en que me dirijo a una persona, estoy expresando la opinión que tengo sobre ella, y, en correspondencia, esa persona se sentirá aceptada y valorada, o rebajada, aleccionada y no tomada en serio.
El aspecto de la autoexposición. Cuando alguien expresa algo, está dando parte de sí mismo, con lo que, toda noticia2 contiene una pequeña muestra de la personalidad del que habla. Esta circunstancia genera en el emisor cierto nerviosismo, y no solo ante la perspectiva de un examen o una cita con el psicólogo. En el contexto de una influencia cada vez mayor de la psicología humanista en Alemania, tuvimos claro que una vida de fachada, aunque puede atenuar el miedo a la autoexposición, tiene elevados costes en la salud mental y el entendimiento entre las personas. En este aspecto es donde se aborda la cuestión de la autenticidad.
El aspecto de la incitación. Cuando alguien expresa algo, por lo general también pretende provocar alguna cosa. Además, la influencia y la manipulación no solo pertenecen al ámbito de la publicidad, la propaganda, la educación y la enseñanza. Son inherentes a infinidad de cualidades humanas e incluso a síntomas neuróticos. Desde Alfred Adler se sabe que, en su vertiente patológica, estos síntomas llegan a provocar en el entorno del paciente un efecto tan duradero que puede convertirse a veces en la razón última de la intención oculta.
Con todos estos elementos, los «tres aspectos del lenguaje», es decir, el símbolo, el síntoma y la señal, abordaremos esta Formación.
¿Es posible mejorar la comunicación interpersonal mediante la psicología? La intención de la psicología de la comunicación no es solo aclarar científicamente los
procesos que tienen lugar entre el emisor y el receptor, sino también facilitar herramientas y pautas para una mejora real de la comunicación entre las personas. Pero, ¿qué define una buena y una mala comunicación? Con coherencia se entiende que mi manera de comunicarme debe coincidir con mi estado de ánimo, objetivos y valores, pero también con el estado de ánimo del otro, y, además, con «la verdad de la situación» En relación a esto se ha demostrado que la metacomunicación, es decir, la comunicación sobre la comunicación y sobre la convivencia, es un prometedor remedio contra las distorsiones en la comunicación.
Quien quiera contribuir a la mejora de la comunicación interpersonal podrá hacerlo desde tres enfoques diferentes:
1. Enfoque en el individuo. Esto implica empezar por uno mismo o bien asesorar y tratar a personas de manera individual. En este enfoque, por un lado, es posible desarrollar facetas que se han quedado atrás de la personalidad y capacitar a cada cual para que sea dueño de sí mismo.
2. Enfoque en la forma de convivencia del grupo. La persona en este caso no es una oveja negra aislada, sino el grupo entero y el trato mutuo. Aquí se pone de manifiesto el «pensamiento sistémico», básico en terapias de pareja y de familia.
3.Enfoque en las condiciones institucionales y sociales. Aquí no se trata de cambiar al individuo ni al colectivo, sino de modificar las condiciones de interacción de las personas y las formas que vienen impuestas o al menos sugeridas por estas condiciones. Así, un ámbito laboral jerarquizado que solo permite el ascenso de unos pocos, pero que depende al mismo tiempo del trabajo en equipo, da pie a una comunicación ambigua: en apariencia cooperativa, pero en el fondo competitiva.