El Estado Creativo
Los Estado Creativos o ( Perfecto estado de Creación del Ser ), son los momentos en que estamos totalmente absortos en algo, en un estado de fluir, cuando nos olvidamos del entorno, el cuerpo y el tiempo y la mente se aquieta.
Vivir en este estado es vivir como nadie. ¿Te has dado cuenta de que cuando estás creando algo te olvidas de ti? Desconectas de tu mundo
conocido. Ya no eres alguien que asocia su identidad con los objetos que posees, las personas que conoces, las tareas que realizas y los distintos lugares donde viviste en determinadas épocas. Se podría decir que cuando estás en un estado creativo te olvidas del hábito de ser tú. Te despojas de tu ego egoísta y te vuelves altruista. En esos momentos has ido más allá del tiempo y el espacio y te has convertido en conciencia pura e inmaterial. En cuanto ya no estás conectado al cuerpo, ya no sigues centrándote en las personas, los lugares o las cosas de tu entorno exterior. Vives más allá del tiempo lineal, estás cruzando la puerta del campo cuántico. Como no puedes entrar en él como alguien, debes hacerlo como nadie. Tienes que dejar al ego ególatra afuera y entrar en el reino de la conciencia como pura conciencia.
Y como he dicho , para cambiar tu cuerpo (para estar más sano), algo en tus circunstancias exteriores (quizás un nuevo trabajo o una nueva relación) o tu línea del tiempo (hacia una posible realidad futura), debes convertirte en sin cuerpo, sin espacio, sin tiempo.
El mejor consejo es: para poder cambiar cualquier aspecto de tu vida (cuerpo, entorno o tiempo), debes trascenderlo. Para poder controlar
los Tres Grandes, debes dejarlos atrás. ( Los Tres Grandes : El Cuerpo, el Entorno y el Tiempo )
El lóbulo frontal ( sede de la creación y el cambio )
Cuando nos encontramos en el estado creativo, estamos activando el centro creativo del cerebro, el lóbulo frontal (se encuentra en la parte anterior del cerebro y comprende la corteza prefrontal). Es la parte más nueva y evolucionada del sistema nervioso humano y la más adaptable del cerebro. Tiende a ser el centro creativo de quien somos y el jefe o el que toma las decisiones. El lóbulo frontal es la sede de la atención, la concentración, la conciencia, la observación y la concienciación. Es donde barajamos distintas posibilidades, demostramos una firme intención, tomamos decisiones, controlamos las conductas impulsivas y emocionales y aprendemos cosas nuevas.
Para que lo entiendas mejor, el lóbulo frontal realiza tres funciones esenciales. Entrarán en juego cuando en la tercera parte del libro conozcas y practiques los pasos para aprender a meditar y suprimir así el hábito de ser el mismo de siempre.
1. La metacognición:
la toma de conciencia para evitar
estados mentales y físicos negativos
Si deseas crear un nuevo yo, lo primero que debes hacer es desprenderte del viejo. En el proceso creativo, la primera función del lóbulo frontal es la toma de conciencia. Como tenemos facultades metacognitivas —el poder de observar nuestros pensamientos y nuestro yo—, podemos decidir cómo no queremos seguir siendo… para dejar de pensar, actuar y sentir como siempre. Esta capacidad introspectiva nos permite analizarnos y hacer luego un plan para cambiar de conducta a fin de producir resultados más inteligentes o convenientes.
Allí donde pones la atención, pones la energía. Para usar la atención de forma que enriquezca tu vida, debes analizar lo que ya has creado. En este momento es cuando empiezas a «conocerte». Observas las ideas que tienes sobre la vida, sobre ti mismo y sobre los demás. Eres lo que eres, eres donde estás y eres quien eres por lo que piensas acerca de ti.
Tus ideas son los pensamientos que sigues aceptando de manera consciente o inconsciente como la ley en tu vida. Afectan tu realidad tanto si eres consciente de ellos como si no.
Si deseas una nueva realidad personal en tu vida, empieza a observar todos los aspectos de tu personalidad actual. Como los elementos que la componen actúan sobre todo a nivel inconsciente, como programas automáticos, debes mirar en tu interior y observar esos elementos de los que seguramente no eres consciente. Dado que tu personalidad se compone de cómo piensas, actúas y sientes, observa tus pensamientos inconscientes, tu conducta refleja y tus reacciones emocionales automáticas para ver si son verdaderos y si quieres seguir invirtiendo tu energía en ellos.
Ser consciente de los estados mentales y físicos inconscientes exige fuerza de voluntad, un propósito y una gran atención. Si te vuelves más consciente, estarás más atento. Y si estás más atento, serás más consciente. Si te vuelves más consciente, advertirás más cosas. Y si adviertes más cosas, aumentará tu capacidad de observarte a ti mismo y a los demás, de observar tanto los elementos internos como externos de tu realidad. Y cuanto más observas, más consciente te vuelves de tu mente inconsciente.
El objetivo de la autoconciencia es evitar que se dé de manera automática cualquier pensamiento, acto o emoción que ya no desees experimentar. Y con el tiempo, tu capacidad para evitar estos estados del ser hará que los circuitos neurales relacionados con tu anterior personalidad dejen de activarse y conectarse. Y al no volver a crear la misma mente a diario, eliminas la configuración vinculada al antiguo yo. Y además, al dejar de tener los sentimientos relacionados con esos pensamientos, ya no les sigues señalando lo mismo a los genes. Impides que tu cuerpo continúe reafirmándose como la misma mente. Este proceso te permite empezar a «desprenderte de tu mente».
A medida que aprendes a conocer los aspectos de tu antiguo yo, te vuelves más consciente. Tu objetivo es desaprender lo que estabas acostumbrado a ser y usar la energía liberada para crear una vida nueva, una personalidad nueva. Porque si sigues con la misma personalidad, no podrás crear una nueva realidad personal. Debes convertirte en otra persona. La metacognición es tu primera tarea para dejar atrás el pasado y crear un nuevo futuro.
2. Crea una mente nueva para poder pensar
en una nueva forma de ser
La segunda función del lóbulo frontal es crear una mente nueva para eliminar los circuitos neurales producidos por la forma en que tu cerebro se ha estado activando durante tantos años y prepararlo para que cree otros nuevos.
Al reservarnos un tiempo y un espacio para pensar en una nueva forma de ser, es cuando el lóbulo frontal se dedica a crearla. En esos momentos nos imaginamos nuevas posibilidades y nos hacemos preguntas importantes sobre lo que de verdad queremos, cómo y quién deseamos ser, y qué es lo que queremos cambiar de nosotros mismos y de nuestras circunstancias.
Como el lóbulo frontal tiene conexiones con otras partes del cerebro, puede escanear todos los circuitos neurales para unir a la perfección los retazos de información almacenados en forma de circuitos de conocimientos y experiencias. Y luego selecciona y elige los circuitos neurales que desea y los combina en una diversidad de formas para crear una mente nueva. Crea un modelo o una representación interior que vemos como la imagen del resultado que deseamos. Por eso es lógico que cuantos más conocimientos adquiramos, más variadas serán las redes neurales creadas y más podremos soñar con modelos más complejos y detallados.
Para empezar a dar este paso de la creación, es bueno entrar en un estado de curiosidad, contemplación, búsqueda de posibilidades, reflexión o especulación haciéndote algunas preguntas importantes. Las preguntas abiertas son el método más estimulante para que la mente fluya:
• ¿Cómo sería si…?
• ¿Cuál es una mejor forma de…?
• ¿Qué sucedería si yo fuera esta persona, viviendo en esta realidad?
• ¿Qué personaje histórico admiro y cuáles son sus rasgos admirables?
Las respuestas crearán una mente nueva, porque mientras las respondes con sinceridad tu cerebro empieza a funcionar de distinta manera. Y al comenzar a repasar mentalmente nuevas formas de ser, vas renovando los circuitos neurológicos hasta crear una mente nueva, y cuanto más «renueves tu mente» más cambiará tu cerebro y tu vida. Tanto si deseas ser rico como un mejor progenitor —o un gran mago, lo mismo da en este caso—, te aconsejo que te llenes el cerebro de conocimientos sobre el tema que te interesa porque así dispondrás de más componentes básicos para crear un nuevo modelo de la realidad que deseas vivir. Cada vez que adquieres información, añades nuevas conexiones sinápticas que te sirven como materia prima para cambiar el hábito del cerebro de activarse igual que siempre. Cuantas más cosas aprendes, más municiones tienes para destruir tu antigua personalidad.