Nuestro Tiempo
¿Qué queremos hacer con nuestro tiempo? Tenemos un tiempo limitado. Como dice el texto budista: «El día en que nacemos comenzamos a vivir».
Lo mejor que podemos dar a una persona es nuestro tiempo. Es lo más valioso.
Estar con ella, ESTAR con todo nuestro SER.
Seamos exquisitos. Creemos nuevos hábitos en nuestro hogar para tener una casa limpia y ordenada, pero, sobre todo, con nuestras relaciones. Para tener momentos bellos y estar con las personas con las que podemos ser nosotros mismos. Porque cuando somos nosotros mismos estamos conectados con nuestro corazón. Confiamos y todo se expande. Se contagia. Empezamos con algunos momentos, y un día nos damos cuenta de que cada día, cada momento, es único y, entonces, algo se abre. Una nueva frecuencia de vivir y de amar.
Está en nuestras manos ese orden. El poder crear momentos especiales, tanto en soledad como con las personas que queremos. Decir que «no» a algunas reuniones o celebraciones en las que apenas nos comunicamos, porque sólo hay ruido, o salir de grupos de whatsapp. Apagar la televisión. Dejar tiempo cada día para poder disfrutar de una comida con quien amamos o dar un paseo. Es todo cuestión de organizarse. Y de decir «no». Decir «no» es diferente a no querer a esas personas. Decir no muchas veces es decir «sí» a SER libres y a vivir de forma consciente y no con un piloto automático.
«El tiempo no es dinero, el tiempo es vida y la vida no es dinero. La vida es amar, amar a los otros.»
El poder de las listas
Hacer listas y calendarios tiene poder. Sí. Ayudan a ordenar todo lo que tenemos en la cabeza. Y ahora, con las vidas que llevamos tan cargadas, todavía mucho más. Así que haz listas.
Funcionan porque:
1. Lo sacas fuera, lo ordenas, le pones colores, lo miras… Y ya lo ves de otra forma.
2. Puedes fragmentar lo grande en pequeño y hacer posible lo que parece imposible.
Hay que saber decir «no» y borrar cosas, con tippex o tachando, según el carácter de cada uno.
Pero las palabras (o los dibujos) necesitan espacio para respirar en el papel.
Listas de propósitos, listas de canciones para estar bien, listas de sueños, listas de recados en el centro..
Soltar
En casa. Limpia, vacía. Y deja espacio vacío para que entre lo nuevo en tu vida.
En tu mente. Escríbelo. Escribe todo en una agenda bonita y limpia.
En tus emociones. Deja ir, perdona (sobre todo a ti mismo), decide, confía, di y sigue.
En tu cuerpo. Haz una limpieza al año. Como un ritual o una cura. Puedes hacer un ayuno de unos días. Tu cuerpo elimina todo lo que ya no necesitas.
Y date baños con sales. Si no tienes sales de baño, lo puedes hacer con sal marina del supermercado.
«Si sueltas un poco, tendrás un poco de felicidad.
Si sueltas mucho, tendrás mucha felicidad, si sueltas completamente, serás completamente feliz.»
Todo por escrito
Por mucho que haya avanzado la tecnología y dispongamos de aplicaciones con calendarios y agendas de mil colores, nada tiene tanta fuerza como una libreta y un bolígrafo. Escribir a mano es mágico.
Escribe, escribe y escribe. Cuando lo escribes se queda allí. No tienes que recordar ni pensar en que tienes que acordarte. Lo escribes y lo sueltas.
Importante:
1. Crea tu ritual.
Cómprate una agenda, yo soy fan total de ellas, aunque ahora hay agendas y cuadernos preciosos en cualquier sitio. Escribe en ella cada día. Busca un rato para ti: por la mañana es ideal, o en la tarde, luego de que llegues del colegio. Tú contigo. Empieza el día con calma y con la mente clara y todo ordenado.
Puedes ordenar la semana el domingo por la tarde y luego ir confirmándolo o modificándolo cada mañana. Pero tener una visión clara (en papel y no en tu mente) de tu semana, de tu mes, de lo que te importa, de lo imprescindible, ayuda mucho a poder estar en cada momento presente, sabiendo que no olvidas nada, porque lo tienes todo apuntado
2. Sólo una.
Ten sólo una agenda. Puedes hacer una por trimestre, semestre o año.
Pero simplifica o no sabrás dónde apuntaste aquella idea tan buena o la lista de cosas que tiene que arreglar el electricista en casa.
3. Y fórrate una pared de casa con corcho o compra pizarras de corcho
(varias). Y post-it de colores. Estamos cambiando de era. Somos seres visuales. Visual design. Visual thinking.
Poner orden dentro y fuera,
en todos los sentidos,
nos ayuda a conectar con el momento,
aquí y ahora.
Cajas de Colores
Pon cajones o cajas de colores en tu habitación. Las puedes pintar tú mismo o forrarlos con telas de diferentes colores y estampados. Puedes dar a cada color un significado. Pocas cajas. Todas ordenadas.
De la misma forma que cuando recoges tu habitación y ordenas todo en cajas se ve todo limpio y te sientes mucho mejor, puedes hacer lo mismo en tu cabeza.
Cuando tengas cosas que te preocupen, o estés enfadado o triste o simplemente no sepas muy bien qué te ocurre, puedes organizar tus cajas mágicas de colores y colocar esos sentimientos dentro de ellas. Todas tienen sonrisas. Y cada color puede ser diferente.
Cada vez que te ocurra, ya sabes: cierra los ojos, recoge y sonríe.
Tender
Si te cuesta ver y ordenar lo que tienes en tu cabeza con los ojos cerrados, lo puedes escribir, dibujar o pintar en papel. Píntalo todo. Y luego lo cuelgas en el tendedero o en una cuerda con una o dos pinzas de tender: al viento para que lo airee, o bajo la lluvia, para que lo limpie,
o bajo el sol, para que sus rayos lo suavicen.
ITV personal
¿Has acompañado alguna vez a tus padres a llevar el coche a revisión? Cuando tienen ya unos años deben pasar un control para ver si todo funciona bien.
Podemos hacer lo mismo con nuestro cuerpo. Nuestro cuerpo es nuestro hogar, nuestro vehículo para movernos por este mundo. Lo tenemos que tratar con mucho amor y cuidarlo, mimarlo. Y podemos empezar desde que somos pequeños a crear buenas costumbres para ello. Por ejemplo, lavarnos los dientes después de las comidas, cortarnos las uñas y darnos masajitos en los pies, ponernos crema si tenemos la piel seca… Y hacer cada día nuestra ITV personal.