QUIEN BIEN TE QUIERE… NO TE HARÁ LLORAR
Con lo sabio que es el refranero español, y sin embargo, creo que a veces se equivoca con sus dichos. Fíjate, por ejemplo, en estos: «Los que se pelean, se desean», «Quien bien te quiere, te hará sufrir», «A la mujer, ni todo el amor, ni todo el dinero» o «En cada flor hay color, pero en cada amor hay dolor». En todos ellos se asocia el amor con el dolor y el sufrimiento.
A «sufrir por amor» le hemos dado un sentido romántico, y ya forma parte de la experiencia de estar enamorado. ¿Quién no ha llorado por una ruptura? Casi todos.
Si ya los cuentos infantiles hicieron daño en el ideal del amor, las películas no dejan a los enamorados en mejor situación. Seguro que te has fijado en la diferente forma que tienen de representar al hombre y a la mujer en los dolorosos momentos de una ruptura. Mientras que ella se encierra desconsolada en su habitación, como si el mundo se acabara a la par que su relación de pareja, él, en cambio, a pesar de que sufra igual que la mujer, lo presentan con más recursos: queda con sus amigos, se hincha de cervezas, juega a las cartas, mantiene conversaciones profundas con gente cercana, busca diversiones en el deporte, con su grupo de colegas… y tarda poco tiempo en recuperarse.
Por lo general, el cine no le muestra hundido, pensando que la vida ya no tiene sentido y llorando sin parar. Cualquier hombre que vea estas películas obtiene diferentes expectativas ante la ruptura que la mujer. «Tranquilo, esta relación se ha roto, pero la vida sigue. Hay diversión, amigos, gente con la que desahogarte; haz deporte, habla, sal, ríe, bebe y en cuanto puedas, liga otra vez. Aquí no se acaba el mundo», parece que le
están desvelando.
La mujer también debe aprender a sacar esta lectura. A pesar de que el desamor es un momento desolador y muy triste, la vida nos ha enseñado que nadie muere por ello, salvo los casos salvajes de violencia de género o los casos en los que personas se suicidan. La vida ofrece la oportunidad de volver a apostar por el cariño, la comunicación, la convivencia, la ternura y todo lo que emociona de un nuevo proyecto. Solo hay que tener paciencia.
Cuando estás perdidamente enamorado no te crees nada sobre otras oportunidades, otras personas maravillosas, porque en ese momento sientes tanta angustia, que el pensamiento se vuelve catastrófico y tiendes a no ver salida a tu desilusión. Y el mismo sufrimiento te enseña que es mejor estar solo que volver a pasar por una experiencia como la ruptura. El comentario más frecuente cuando se sufre por desamor es el de «¿Yo, con otro? Ni loca, vamos, es mejor estar sola», «Nunca más, solo rollitos para pasar el rato, y a las chicas, cuanto más lejos mejor».
Menos mal que estas situaciones son pasajeras y en meses el dolorido amante se ha recompuesto, ha vuelto a salir y la vida le vuelve a poner alguien fascinante otra vez en su vida. Hay personas que gestionan bien las rupturas y estas son expertas en no caer en lo hondo del pozo. Pero ¿por qué hay gente que es capaz de trivializar o no ver una catástrofe en la situación y otros se hunden en lo más profundo de la tristeza? La respuesta es sencilla: por cómo la interpretan.
El dolor de la ruptura es comprensible. El que no te quiere no puede mantener la relación contigo por evitar tu sufrimiento, sería denigrante. Lo que es inadmisible es que te hagan sufrir intencionadamente durante la relación o que tú vivas la pareja con sufrimiento.
Las fuentes de dolor en una pareja se originan casi siempre en discusiones, reproches, peleas, ira, diferentes escalas de valores y de comprender el concepto pareja… que terminan por acabar con el amor. Nadie quiere vivir en un campo de batalla. Como psicóloga no puedo decidir por la pareja si tienen que romper o seguir intentando que funcione, pero sí te puedo asegurar que las relaciones son para disfrutarlas. En el momento en el que en tu balanza haya más dolor y malestar, cuando sepas que la persona con la que convives te resta más que te suma, tal vez sea el momento de reflexionar y empezar a plantearte una vida sin ella.
SI TE HACE SUFRIR, NO TE QUIERE CON RESPETO
Una de las grandes fuentes de dolor está en la falta de respeto. La persona que te humilla, que te dice que las cosas no están bien hechas, que critica continuamente tu forma de vestir, de comportarte, de gestionar tu trabajo, a tus amigos o te hace cualquier otro reproche te está faltando el respeto. Si tienes la sensación de sentirte poca cosa, de que no vales nada, de que te estás marchitando y consumiendo a su lado, de que no valora lo que aportas a la relación… sal corriendo. Dudo mucho de que alguien que ha tomado la dinámica de tratarte con desprecio, pueda cambiar. Una persona que cruza los límites no tiene cabida en tu vida. Deja de justificarlo —«Tiene mucho trabajo», «Está en paro y se pone nervioso», «Yo le provoco…». Nada. Si no te respeta, se acabó la partida. Hay personas que no valoran lo que tienen, que les falta empatía y que saben que están haciendo daño, pero su falta de autocontrol, su déficit de inteligencia emocional
y su falta de corazón y compasión les llevan a comportase así.
A ti te tiene que dar igual el motivo por el que lo hace. Es indiferente que sea la educación que recibió en la infancia o el estrés del trabajo. El problema es que tenía muchas otras alternativas para reeducarse o para liberar el estrés y decidió ensañarse contigo. Si piensas que el día que esté mejor en su trabajo dejará de hacerlo, yo apuesto ahora a que no será así. ¿Por qué vas a seguir a su lado, por qué compartir la vida, ayudar y potenciar a este hombre o mujer que te anula? A ti no te quiere, o por lo menos lo hace de una forma muy disimulada. Puede ser que nunca cambie, que nunca se dé cuenta del daño que te está haciendo. No es el trabajo ni la ansiedad, no es su comportamiento, es su forma de ser.
No esperes que las circunstancias cambien, tú eres quien tiene que tomar decisiones. Cuando mires atrás en tu vida, ¿qué quieres ver? ¿Una relación de pareja en la que en la balanza hubo más reproches que muestras de afecto, más desplantes que elogios, más miradas de desprecio que enamoradas? Tienes derecho a seguir con tu pareja, pero también lo tienes para buscar otra oportunidad y poder compartir tu vida con quien te quiera, valore y respete de verdad.
Pregúntate si con los años su falta de consideración hacia ti ha ido a más o a menos, si disfrutas del tipo de amor que te gustaría tener, si sientes amor, respeto o admiración por la otra persona, si te tiene en cuenta y, por supuesto, si eres feliz en esa situación.
Si tus respuestas son más noes que síes, no estaría mal darle una vueltecita y tomar decisiones. No tengas miedo a la soledad. Tienes personas que te quieren, amigos, familia y compañeros de trabajo. Es un buen momento para conocer gente nueva, para apuntarte a esas actividades que llevas tiempo retrasando porque nunca has encontrado el momento, para ponerte la ropa que tú decidas… Por supuesto, pasarás por un período de duelo, de recomponerte, de lloros y de alegrías, pero empezarás a apreciar tu tiempo y tu vida. Será el inicio para ser más feliz de lo que eres ahora.
Muy cierto Adriana el amor no lastima ,no duele no hace daño ,el amor te llena de paz , alegría , es ese que cada mañana te roba una sonrisa , eres tú ,es él brindandose desde su propio amor y esencia 🥰
Así es Kari
Doloroso ,pero de todo se sale
Porsupusto que no en los tiempos que queremos
Tratar de encontrar los tiempos y el amor .. al mismo tiempo no es tarea fácil .. pero no imposible ..