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Adolescencia.. Rituales del Amor, Banquetes con y sin perdices ..

  • Ausente/ Espero, luego existe
  • Deseante/ Ese zapato es mío 
  • Rebelde/ Una semilla en mi cama

 

Sea .. que capturemos repentinamente el brillante significado de un extraño Cuento de hadas esquimal encontraremos siempre la misma historia de forma variable y sin embargo maravillosamente constante   Joseph Campbell

 

Ausente .. espero .. luego existo

 ¿Por qué el mandato de La bella durmiente es ser – ausente ? 

 

Porque nunca fue una niña del tipo Gretel o Alicia, plebeyas.  Nació en palacio y se sabe princesa por derecho propio. Creció rodeada de hadas madrinas y buenos augurios el futuro de Quien nace bien no tiene sobresaltos no está obligada a demostrar nada para ser considerada princesa le viene dado puede permitirse dormir 100 años hasta que el beso del príncipe azul la despierte y la convierte en reina. Tiene otras hermanas que forman serie, Blancanieves es la más parecida..

 

¿Es tu mito un personaje más adormecido ( en los laureles recibidos) que alerta ante los propios logros?

¿ Te identificas con una actitud predominante de abulia, de dejar – hacer, de entrega a fuerzas superiores o ajenas o más poderosas en lugar de imponer tus decisiones?

¿Qué beneficio te otorga ese ser  ausente? ¿ la confianza en lo que te da tu linaje te quita impulsos propios?

¿ Estás dispuesta/o a abandonar la zona de Confort para conseguir un cambio profundo en tus creencias? 

Consideras que la transformación le aportaría crecimiento interior a tu personalidad?

 ¿Estás preparada/o  para dejar de esperar eternamente que el mundo se rinda a tus pies? 

Estás  dispuesta/o a realizar el proceso de ponerse en acción y cambiar creencia cómoda del “ maleficio “ (el destino)  de la herencia recibida por su propio impulso vital ?

Repitámoslo una vez más. No es cuestión de chicas o de chicos, a ambos les puede suceder la identificación con el personaje que llamamos Ausente. Ya no hablamos de plebeyos e infantes. Cuando de adolescencia se trata estamos a la entrada de la pubertad con sangre azul. Las doncellas, con la llegada de la primera menstruación saben que la infancia que no atrás. Los muchachos empiezan a experimentar nuevas sensaciones. Hay princesas y príncipes .. Y hay varios  personajes con la misma ropa: a no confundirlos … 

Hay princesas vegetariana – las que rompen el estereotipo – que no tienen como objetivo ser las esposas de un príncipe, que juegan un rol más activo y prefieren una vida más comunitaria. No es el caso de la Bella Durmiente, la que se toma todo el tiempo para esperar la llegada del beso despertador. Tanto tiempo como sea necesario digamos unos cien años .. Ni es el caso de Blancanieves, que practica el maternaje, jugando a ser la mamá de siete “pequeños ” hasta que le llegue la hora del rescate principesco para convertirse “en la esposa de”.

Estas dos – Blancanieves y la Durmiente – son de pura cepa ( tradicional ). Sus padres son reyes; los criados las sirven y atienden en todos sus requerimientos. Son hermosas y producen la envidia de sus madrastras (sí, nada es perfecto: ambas princesas son huérfanas de madre y el padre no ha elegido a la mejor madre putativa para las hijas). Viven con el palacio a sus pies. Son princesas por cuna, no por desposarse con un príncipe.

¿Cómo saber si tu arquetipo es la Ausente ?  Las historias de estas dos populares doncellas te darán las pautas para que te reconozcas: triunfante, con seguridad y fortaleza, firme actitud, confianza y garantía de éxito… pero aclaremos de entrada el posible equívoco. Esas virtudes y esa suerte de nacer en una cuna noble no implican tener comprada la felicidad, ser agraciada, salir victorioso en los combates o resultar ganadora en los concursos de belleza; ni poseer un cheque en blanco de eterno poder. Ni la boda es la soñada ni la mesa es con perdices en el menú diario para siempre. en tanta holgura no hay mérito propio, no hubo trabajo ni esfuerzo, es pura herencia adquirida. Solo nos pertenece aquello por lo que supimos luchar. Ganar lo heredado es merecerlo por trabajo propio. Es como, “hacerse” un  nombre. Al nacer nos dan uno, pero hay que ganarse el derecho de llamarse así…

La plena certeza de la comodidad agobia tanto como caminar sobre un tembladeral, la seguridad absoluta no deja resquicio para los proyectos, los cambios y la aventura. Las perdices pueden indigestar hasta el hartazgo si constituyen la única opción alimentaria y a veces merece la pena dejar las doradas paredes del palacio y salir a recorrer el misterioso y desconocido mundo.

Me gusta cuando callas porque estás como ausente ..

Cuando este paradigma nos atrapa, estamos tan Ausentes que podemos quedarnos dormidas o vivir anestesiados. Esperamos que algo que afuera nos impacte (beso) y que ese estampido nos espabile. La llegada del caballo blanco montado por el apuesto príncipe anhelante de besos no tiene mala prensa, viene sonando bien hace siglos, pero desmontaremos este mito.

La/el Ausente está en la comodidad de su estirpe; confía en que los dones, los astros, el destino, la suerte y la fuerza varonil o los apetecibles labios trémulos reciban el ardor que derrita lo que han dejado congelado. Si atraviesa períodos de peligro, la damisela desvalida y en apuros espera, no actúa. deja que los demás hagan y resuelvan por ella. Por algo son ” princesas ” (o así se sienten) : no es cosa de arremangarse y pelear por salir a flote. Ya vendrán a sacarla del pozo. La tranquilidad me pertenece y no haré nada por mis medios para sostenerla. Es eternamente mi derecho.

Examinemos el estereotipo viviente en esta conducta: Los príncipes Ausentes son soberbios y confiados. Las princesas se describen bondadosas , bellas, atractivas ,sensuales, triunfadoras. Son envidiadas por malvadas madrastras y expulsadas del castillo o maldecidas. Por eso ser Ausente implica momentos de zozobra: aparece el desamparo, el peligro, la vulnerabilidad. Quedarse en la pasividad es creer que siempre alguien nos rescatará.

¿Cómo aceptar la sombra? ¿Integrarla nos permite crecer espiritualmente y evolucionar a un estadio superior de conciencia? ¿ Sos el mimado de mamá aunque ya cumpliste los treinta años? ¿Te criaron como a la princesita de papá? ¿Sentís que ninguna pareja puede ofrecerte lo que has recibido de cuna? ¿Creés que por eso te cuesta desprenderte del cordón umbilical, emanciparte, crecer, dejar el hogar?. Estamos frente al arquetipo del Ausente: el camino que eligen. Dormir no es lo mismo que soñar.

Tener confianza y moverse con seguridad por la plataforma sobre la que estamos no es de por sí negativo: son condiciones necesarias para hacer frente a cada circunstancia que se presente en la vida. La confianza nos permite pisar con determinación ante un peligro o amenaza. el problema está en el guión incrustado de este arquetipo: ” creerse un príncipe/una princesa todo el tiempo y exigir las prerrogativas del linaje noble constituyen un sujeto soberbio, egoísta, caprichoso. y ausente de compromisos.

En el fondo de este mito personal aparece una familia patriarcal donde el mensaje que circulaba en secreto se podría traducir como ” las mujeres deben esperar al príncipe azul”, ” los hombres encontrarán a la mujer más sumisa( dormida )  del mundo para ser felices.

Con hijas sumisas dormidas es fácil cambiar de mano o pasar la posta: del padre al hermano mayor – si lo hubiera – y más tarde al marido. El mensaje se completa con otros destratos: inoperancia, infantilismo, mujeres siempre niñas que sin un hombre al lado no sabrían cómo vivir.  Lo tienen todo ( o creen poseerlo), pero ante la adversidad se muestran indefensas, débiles y con necesidad de protección masculina. Necesitan “gozar ” de la tranquilidad de la vida resuelta en el confort y sin esfuerzos. Y a la inversa, el tipo de hombres que busca ese tipo de mujeres cree tener resuelto su lugar de “rey” de la casa. Y en lugar de una compañera busca una ” madrecita ” que replique su lugar de eterno niño aunque haya conformado ya su propia familia.

No hace falta llevar coronita. El arquetipo le calza a cualquiera : Estamos hablando de una actitud. Nacer y crecer para ser solamente esposa y madre puede ser un proyecto de vida muy loable, pero muy limitado. Ser solo el jefe de familia o cabeza de la casa también. ¿Qué tal si ampliamos el horizonte y extendemos la mirada más allá de nuestra cocina y la cuna del niño ? ¿Podremos dar el salto a ser reina en otros ámbitos: en una empresa, en una ONG, un barrio con necesidades urgentes ; un empleo como ejecutivas o médicas o artesanas o agricultoras: lo que se les ocurra, sabiendo que el peaje es moverse. Salir de la quietud que solo espera. En movimiento y “soltando” la seguridad, se adquiere la verdadera capacidad  de princesa ” real ” y cotidiana, fuera del glamour principesco.

.Quienes asumen el arquetipo de Ausente están asociados con relaciones descomprometidas, sin tensiones ni apremios. Ella espera a un caballero que sea merecedor  de su belleza y rango, y que la lleve a la continuidad de una vida segura : sirvientes, comodidad, poder, (tarjetas de crédito de tope ilimitado y cuentas bancarias en el exterior) Él, una doncella capaz de convertirse en una esposa callada, ausente, maternal, complaciente.

No advierten, unas y otros, que ese ” confort” sin conflictos encandila, pero ¿cuánto dura? La vida es frágil como la inocencia de Blancanieves al morder la manzana envenenada, la piel es delicada en la juventud como para pincharse con el huso de la maldición recibida. Sin recursos para toser y escupir el trozo  de fruta tóxica, sin la piel curtida para sanar una simple herida, desfallece la más princesa y duerme esperando el rescate.

¿Te ves en este espejo ?