Buenas Tardes! Retomamos aquí la lectura del Artículo del 1/11 💜
Deja ver si entiendo. ¿Dices que este libro está al mismo nivel que la Torah, la Biblia entera, el Bhagavad-
Gita?
No dije eso pero, para propósitos de esta charla, ¿acaso esos libros no fueron escritos por
mortales guiados por una revelación Divina?
Bueno, sí, pero sin duda no pondrás estas palabras al mismo nivel de las de Confucio, las
enseñanzas de Buda, las revelaciones de Mahoma. . .
Lo repito… ésos eran simples seres humanos, ¿o no?
Yo no los llamaría “simples” seres humanos. Fueron seres humanos muy especiales. Seres
humanos que entendieron verdades enormes. Seres humanos profundamente inspirados.
Tú también puedes entender verdades enormes. Tú también puedes ser profundamente inspirado.
¿Crees que esas experiencias están reservadas a muy pocos?
Óyelo bien, están destinadas a la mayoría.
La inspiración Divina es un derecho de nacimiento de cada ser humano.
Todos ustedes son muy especiales. Simplemente no lo saben. No lo creen.
¿Por qué no?
Porque sus religiones les han dicho que no lo son. Les han dicho que son pecadores, que son
indignos, que sólo muy pocos de ustedes han alcanzado el nivel de valía necesario para ser inspirados
directamente por Dios -y que todos ellos están muertos. .
Los han convencido de que nadie vivo en estos días podría alcanzar ese nivel de valía. Por lo
tanto, ningún libro escrito hoy podría contener verdades sagradas o la Palabra de Dios.
¿Por qué lo hicieron? ¿Por qué nos han dicho eso?
Porque decirles lo contrario sería abrir la posibilidad de que otro maestro, otro profeta, otro
mensajero de Dios pudiera llegar, traer nuevas revelaciones y abrirlos a ustedes a nuevas
interpretaciones –y eso es algo que las religiones organizadas ya establecidas no podían tolerar.
Así pues, mientras sus religiones mundiales no sean capaces de ponerse de acuerdo sobre cuál
libro contiene la verdad más alta y la sabiduría más profunda y la verdadera palabra de Dios, hay una
cosa en la que sí pueden ponerse de acuerdo.
¿Cuál es?
Sea el libro que sea, es uno antiguo.
Definitivamente.
Es un libro antiguo.
No podría ser reciente. No podría ser un libro escrito hoy.
Sus religiones están de acuerdo en que las revelaciones directas de Dios acabaron hace mucho
tiempo. Sólo los antiguos libros sagrados pueden contener una revelación Divina.
La mayoría de la gente puede aceptar que las grandes verdades de Dios han llegado a los
humanos a través de humanos. Lo que sencillamente no pueden aceptar es que eso pudiera aplicarse a
los humanos de la actualidad.
Así es como piensan. Así es como lo han elaborado.
Si es viejo, es valioso; si es nuevo, no lo es.
Si es viejo, es cieno; si es nuevo, es falso.
Si es viejo, es correcto; si es nuevo, está equivocado.
Si es viejo, es bueno; si es nuevo, es malo.
Esta peculiar actitud es lo que hace tan difícil el progreso en su planeta, y la evolución tan lenta.
Lo que complica todo esto es que, como lo elaboraron, esta actitud se aplica sólo a cosas -es
decir, objetos inanimados y a ideas. Irónicamente, cuando tiene que ver con la gente lo elaboran al revés.
Si es nuevo, es valioso; si es viejo, no lo es.
Por consiguiente, su sociedad desecha algunas de las nuevas ideas más brillantes y a algunas de
las personas viejas más sabias.
Pregúntale a Hermann Kümmell.
¿Hermann Kümmell?
Un médico de Hamburgo que vivió afines del siglo XIX,a quien le costó muchísimo trabajo
convencer a otros doctores de que era una buena idea lavarse las manos antes de hacer una cirugía.
La idea de “restregarse” era sumariamente rechazada por “aquellos que sabían más”. Kümmell
se convirtió en el hazmerreír, y casi lo echaron de su amada profesión médica por atreverse a sugerir que
semejante práctica podría salvar vidas.
Esta obstinada tendencia de los seres humanos a aferrarse a su pasado, a rechazar la innovación
o nuevas maneras de pensar, hasta que se ven forzados a aceptarlas por el finalmente vergonzoso peso de
la evidencia, ha retrasado su proceso evolutivo por milenios.
Sin embargo, no pareciera que hoy podamos damos el lujo de prolongar ese proceso. A pesar de
todo, pareciera que hoy el tiempo es esencial. Hemos llegado a una encrucijada.
Sí. Hoy enfrentan un peligro nuevo y sobrecogedor-un peligro que corre toda su especie. Una
amenaza a su supervivencia planteada por la combinación de una ruptura en la ideología y un avance
en la tecnología, lo cual les permite tratar de resolver sus diferencias con herramientas de destrucción
humana distintas a cualquier cosa que pudieran haber soñado hasta hoy en sus peores pesadillas.
Dios mío, ¿qué podemos hacer?
Hay cinco cosas que pueden elegir si lo que quieren lograr es cambiar su mundo, y la dirección
autodestructiva hacia la cual se dirige.
1. Pueden elegir reconocer que algunas de sus viejas creencias sobre Dios y la Vida ya no
funcionan.
2. Pueden elegir reconocer que hay algo que no entienden sobre Dios y la Vida, cuya comprensión
lo cambiará todo.
3. Pueden elegir estar listos para una nueva comprensión de Dios y la Vida de aquí en adelante,
una comprensión que produzca una nueva forma de vida en su planeta.
4. Pueden elegir ser lo bastante valientes para explorar y examinar esta nueva comprensión y, si
se alinea con su verdad y conocimiento internos, ampliar su sistema de creencias para incluirla.
5. Pueden elegir vivir sus vidas como demostraciones de sus creencias más altas y grandiosas, en
vez de negaciones.
Estos son los Cinco Pasos para la Paz, y si los dan, pueden modificar todo en su planeta.
¿Por qué todo este énfasis en Dios y nuestras creencias? ¿Por qué no nos dices que modifiquemos
nuestros sistemas político o económico mundiales? ¿Por qué no nos dices que cambiemos nuestras leyes,
detengamos la violencia, compartamos nuestros recursos, dejemos de discriminar, paremos de oprimir,
redistribuyamos nuestra abundancia, dejemos de hacer guerras y vivamos en paz?
Porque todos esos son cambios de conducta.
¿Qué no es nuestra conducta exactamente lo que necesitamos cambiar en este momento?
Sí. Si lo que deciden que ahora quieren es un mundo que viva en paz y armonía, la respuesta es sí.
De acuerdo, me doy. No entiendo. ¿Por qué hablas de creencias cuando lo que necesitamos hacer
es cambiar conductas?
Porque las creencias crean conducta
¿Todas las conductas son creadas por creencias?
Todas.
¿No existe algo así como “reacciones automáticas”?
Hasta esas reacciones se basan en lo que tú crees que está ocurriendo, está por ocurrir o podría
ocurrir.
Todas las conductas son auspiciadas por creencias.
No pueden realizar un cambio de conductas a largo plazo sin ocuparse de las creencias que las
sustentan.
Voy a repetir eso, pues la brevedad de la afirmación contradice su importancia.
Dije:
No pueden realizar un cambio de conductas a largo plazo sin ocuparse de las creencias que
las sustentan.
Entonces es en nuestras creencias en las que necesitamos enfocamos como sociedad.
Exacto. Y en esto es precisamente en lo que la mayoría de sus sociedades no se ha enfocado –
excepto aquellas que hoy están causando, e históricamente han causado, los peores trastornos.
Pero si nosotros…
...Escúchame. Les estoy diciendo algo muy importante.
Lo que acabo de decir es que… Las sociedades que hoy están causando, e históricamente han
causado, los peores trastornos en su mundo son aquéllas que se han enfocado en sus creencias.
La mayoría de los humanos trata de modificar las cosas enfocándose en las conductas. Siguen
pensando que pueden mejorar las cosas haciendo algo. Por eso todos corren de un lado a otro tratando
de imaginar qué pueden hacer. El foco está en hacer algo, en vez de en creer algo.
Sin embargo, fuerzas radicales en sus sociedades siempre han intentando cambiar las cosas
utilizando el poder del pensamiento, no la acción, pues saben que el pensamiento produce acción. Haz
que una persona piense de cierta manera y puedes hacer que actúe de cierta manera. Lo contrario no
ocurre fácilmente.
Ve el asesinato, por ejemplo. Es muy raro que alguien pueda hacer que una persona vaya y mate a
otra simplemente diciéndole que lo haga. Tiene que darle una razón. Y la razón existe sólo en el
pensamiento. Y el pensamiento se basa siempre en la Creencia.
Por lo tanto, si quieres que una persona mate a otra, el camino más rápido es darle una creencia que
sustente la acción, y pueda patrocinarla.
¿Por ejemplo cuál?
Una creencia así podría ser que eso es lo que Dios quiere, que matar es hacer la Voluntad de
Dios, y que habrá recompensa en el cielo por hacerlo.
Ésa podría ser una creencia poderosa, un poderoso incentivo.
Y así, mientras la mayoría en el mundo intenta producir el cambio diciéndole a la gente qué
HACER, quienes verdaderamente saben cómo motivar a la gente, producen el cambio diciéndoles en qué
CREER.
¿Lo captas?
Guau. Sí.
Su mundo enfrenta problemas enormes en este momento, y ustedes deben resolverlos al nivel de la
creencia. No pueden resolverlos al nivel de la conducta.
Intenten cambiar creencias, no conductas.
Después de cambiar una creencia, la conducta cambiará por sí misma.
Pero somos una sociedad muy orientada hacia la acción. El mundo occidental, en particular, ha
encontrado siempre sus soluciones en la acción, no en la tranquila contemplación o la filosofía.
Pueden realizar cualquier acción que quieran para modificar la conducta o detener la conducta
de alguien, pero a menos que modifiquen las creencias que la producen, no alterarán ni detendrán nada.
Pueden cambiar una creencia de dos maneras: ampliándola o cambiándola por completo. Pero deben
hacer una u otra cosa o no modificarán la conducta, sólo la interrumpirán.
En otras palabras, la conducta volverá.
¿Hay alguna pregunta al respecto? ¿No ves cómo se repite su historia?
Claro que lo veo. Y es frustrante.
Su especie hace lo mismo una y otra vez porque no ha cambiado sus creencias básicas -sobre Dios
y sobre la Vida- en milenios.
En casi todas las escuelas de su planeta, en casi cada cultura, de una forma u otra, se enseñan creencias.
A menudo se presentan creencias como “hechos” pero, con todo, son creencias.
Esto no sería tan malo, y no produciría resultados tan terribles si lo que creen: si lo que enseñan,
fuera cierto. Pero no lo es. Enseñan mentiras a sus hijos, y les dicen “esto es así”.
Por lo general no lo hacen intencionalmente. No saben que son mentiras. Después de todo, son las
cosas que les enseñaron. Por lo tanto, asumen que son verdades. Así es como los pecados del padre se
endosan al hijo hasta la séptima generación”.
El resultado es la creación en algunas escuelas -en particular algunas escuelas religiosas donde
se alienta a los niños en sus primeros años a ver la vida a través del prisma de doctrinas religiosas
particulares y prejuicios culturales- de conductas increíblemente negativas que reflejan creencias por
completo equivocadas.
Ustedes enseñan a sus hijos a creer en un Dios intolerante, y con ello aprueban tácitamente sus
propias conductas de intolerancia.
Enseñan a sus hijos a creer en un Dios iracundo, y con ello dan aprobación tácita a sus propias
conductas iracundas.
Enseñan a sus hijos a creer en un Dios vengativo, y con ello aprueban de manera tácita sus
propias conductas vengativas.
Entonces mandan a sus hijos a luchar contra los demonios que ustedes mismos han creado. No es
un accidente que la mayoría de “guerreros” que participan en cualquier movimiento radical sean
jóvenes.
Cuando trasladan a sus jóvenes de escuelas religiosas o academias militares directamente a sus
fuerzas de combate, asegurándoles que pelean por “una causa” o “un propósito grandioso” o que Dios
está de su lado, ¿’qué pueden pensar?
¿Van a contradecir a sus mayores, sus maestros, sus sacerdotes, sus ulama?
Sin embargo, si no son cuidadosos, sus propios hijos los destruirán a ustedes.
Entonces debemos cambiar las creencias de los jóvenes.
Sí. Sin embargo, eso sólo puede ocurrir si cambian las creencias de quienes enseñan a los
jóvenes. Y eso significa las de todos ustedes, dado que sus jóvenes no sólo aprenden en las escuelas sino
en cada momento de sus vidas, mientras los observan a ustedes, sus modelos, vivir sus vidas.
Esto es algo que deben entender: Su vida entera es una enseñanza.
Todo lo que piensan, dicen y hacen instruye a otros.
¿Imaginan que otros no saben lo que ustedes están pensando? ¿Piensan que ellos no escuchan lo
que ustedes dicen? ¿Desean que no observen lo que ustedes hacen?
La gente joven, en especial, está ansiosa por aprender sobre la vida, y por lo general aprenden
sobre la vida de la vida misma. Y esto lo saben intuitivamente. Es por eso que observan con tanta
atención. A la gente joven no se le escapa nada. ¿Creen que la están engañando? Reflexionen sobre ello.
Los jóvenes ven el miedo. Ven la rabia. Ven la hipocresía. Observan cuando se dice una cosa y se
hace otra. Y sí, incluso saben bastante de lo que ustedes piensan. Más de lo que ustedes creen que ellos
saben.
Entonces debemos cambiar nuestras creencias antes de que podamos esperar que cambien las de
nuestros hijos.
Sí. Y si no lo hacen, estarán allí para ver de cerca a sus jóvenes hacer cosas terribles,
inimaginables, y para preguntarse de dónde pudieron sacar semejantes ideas.
Como los jóvenes que llevaron a un universitario gay llamado Matthew Shepard a un alejado
tramo del camino vecinal a las afueras de Laramie, Wyorning, hace algunos años, lo amarraron a una
cerca para ganado, lo golpearon brutalmente y lo dejaron allí para que muriera.
Como esos jóvenes, sí.
Sentían que merecía lo que le hicieron.
Sí.
Ni siquiera pasó por su mente que lo que hacían era inadecuado.
Nadie hace nada inadecuado dado su modelo del mundo.
Ahora ésa es una afirmación enormemente importante.
Lo es, así que vamos a repetirla.
Dije…
Nadie hace nada inadecuado dado su modelo del mundo.
Entonces lo que tenemos que hacer es cambiar nuestro modelo del mundo.
Exactamente. Eso es lo que he estado diciendo aquí.
Y tenemos que cambiar las creencias de la gente, pues en ellas se basa nuestro modelo del mundo.
Exactamente.
Nuestros hijos sólo nos están imitando. Toda la gente sólo se está imitando una a otra. Sólo
hacemos lo que vemos que otros hacen.
¿Sabes lo que le dijo un espejo al otro espejo?
No.
“Se acabó con la gente.”