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La pareja es el tema universal por excelencia. A él se le han dedicado un sinfín de novelas, canciones, telenovelas y tratados de psicología. Y no estoy hablando del amor, sino de cómo este se vive en la práctica. O sea, estoy hablando de la relación amorosa.
¡Todos ansiamos tener una! (Hay quien varias). Pero no es fácil encontrarla y aún menos conservarla cuando ya la has encontrado. Por eso se escribe, se canta y se estudia tanto sobre las relaciones de pareja, porque son… realmente fascinantes.
Que todos buscamos el amor ya lo sabemos. Pero ¿sabemos qué hacer con él una vez creemos haberlo encontrado? Queremos dar nuestro cariño a alguien, pero ¿cómo lo hacemos? Deseamos que alguien nos dé su amor, pero ¿sabemos recibirlo? Entonces ¿por qué le hacemos determinadas cosas a la persona que se supone amamos? Mentirle, dejarla en ridículo, competir por quién es más listo, ya no te digo maltratarla… Al parecer, siempre es por culpa de la autoestima. Que uno es muy posesivo, diagnóstico:
baja autoestima. Que eres un alérgico al compromiso, diagnóstico: baja autoestima. Eso, o algún trastorno de personalidad, una de dos. Seguramente en algunos casos es así, pero ¿siempre, siempre?

¡Cuántas personas hay que se hacen la vida imposible pero a la vez son capaces de jurar que se aman con locura! Seguramente has conocido a algunas cuantas o esto mismo te ha pasado a ti. Muchas de ellas acuden pidiendo ayuda y me dicen: «No sé por qué me pasa todo esto, porque no creo que yo tenga ningún problema mental». En muchas ocasiones tienen toda la razón y yo les contesto: «Es cierto, pero tu personalidad tiene unas características que si no conoces y aprendes a gestionar, pueden traerte más de un problema en tu convivencia, como habrás comprobado». Amar es una emoción hermosa, pero demostrarla ya es otra cosa y la mayoría de las veces lo hacemos fatal…
Nuestro perfil de personalidad tiene gran culpa de ello y cuando digo «personalidad» me refiero a todo lo que uno ha aprendido en su infancia y primera juventud y que ahora está grabadísimo en el interior de nuestra mente. ¿Hacemos un reset? Es sumamente necesario para cambiar las creencias inconscientes que nos hacen relacionarnos de una manera que no entendemos. Luego bastará con conocerse un poco más a fondo y poner mucha, pero que mucha atención a la manera como uno se comunica. ¿Quieres manejarte mejor en el amor?
Observa cómo lo pides, qué esperas de él y cómo hablas de él. Y luego pon atención también a cómo lo hace tu pareja. Quizás te darás cuenta de que entendéis de manera distinta la vida, el amor y la vida en pareja. Si es así, será como si hablarais idiomas diferentes y de ahí la baja compatibilidad y las broncas.

CUESTIONARIO NÚMERO 1:
¿CÚAL ES TU PERFIL COMO PAREJA?


A continuación verás grupos de tres frases. De cada grupo escoge aquella frase con la que más te identifiques o creas que mejor te define.
a) En una pareja pido una relación larga y estable, sin lugar para la infidelidad de ningún tipo. –
b) En las relaciones de pareja el amor no dura eternamente y tarde o temprano acaba gustándote otra
persona. –
c) No soporto que mi pareja no me cuente las cosas, no deben existir secretos. –

a) Mantengo lo que he prometido aunque luego me arrepienta. –
b) Nadie tiene derecho a decirme lo que tengo que hacer. –
c) Preparo y planifico los trabajos futuros. –

a) Soy de la opinión, a menudo, del último que ha hablado. –
b) No me molesta decir lo que pienso. –
c) No admito fácilmente que me contradigan. –

a) No sé decir no a lo mandado por mis superiores. –
b) Suelo aceptar mal la autoridad. –
c) Me gusta aplicar las normas, hay que confiar en ellas. –

a) Me gusta buscar la aprobación de mi entorno. –
b) Prefiero guiarme más por la intuición que por la razón. –
c) Sé qué debo decir y cómo debo actuar en cada momento. –

a) Tengo tantos compromisos que no doy abasto, pero no puedo renunciar a ninguno.

b) Mi tiempo es oro, por eso yo decido siempre qué hacer con él. –
c) Si no siento que soy productivo me agobio fácilmente. –

a) Me cuesta hacerme entender. –
b) Soy claro en mis planteamientos, no hay espacio para ambigüedades. –
c) A veces me expreso con tanta determinación que puedo llegar a molestar (o eso dicen).

a) Me gusta devolver un favor. –
b) Me encanta hablar de mi trabajo y enseñarlo a los demás. –
c) Soy de los que ayudo dando consejos y advertencias. –

a) En la pareja me gusta sentirme protegido por el otro. –
b) En la pareja lo más importante es que ninguno ponga límites al otro. –
c) En la pareja me gusta que el otro se deje cuidar por mí y que confíe plenamente. –

Fíjate si has obtenido mayoría de respuestas «a», «b», «c» o un empate entre las tres opciones.
En el siguiente capítulo busca el perfil correspondiente a la opción de respuesta más elegida o el perfil que se obtiene del empate entre las tres.
En el caso de que hayas obtenido un empate entre dos opciones de respuesta, debes buscar el siguiente perfil:
– Si has obtenido empate entre «a» y «b»: busca el perfil de «b».
– Si has obtenido empate entre «a» y «c»: busca el perfil de «c».
– Si has obtenido empate entre «b» y «c»: busca el perfil de «c».

Los perfiles en la pareja

La personalidad de un individuo está formada por tres grandes partes de reflexión y acción que se van desarrollando durante la infancia hasta que están perfectamente completadas a los doce años de edad aproximadamente. Estas tres partes de la personalidad se llaman Estados del Yo y todos y cada uno de nosotros los tenemos, solo que quizás uno más predominante que otro.
Pues bien, según el Estado del Yo que tengamos más acusado y de qué manera, he definido cuatro perfiles diferentes de personalidad. El cuestionario que acabas de hacer te ayudará a conocer cuál de estos cuatro perfiles es el tuyo y sus características dentro
de las relaciones de pareja. En realidad, todos tenemos un poco de cada perfil, por tanto es normal que hayas contestado diferentes opciones de respuesta (a veces «a», otras «b» y otras «c), pero siempre tenemos uno más desarrollado que los otros, y esa es nuestra marca personal en las relaciones que mantenemos.


Los cuatro perfiles de personalidad son el Sumiso, el Antidependiente, el Crítico y el Ponderado.

El primero es obediente y muy correcto en sus modales, si no se siente
aceptado por su entorno se deprime y necesita una pareja en la que apoyarse para tener iniciativas y tomar decisiones. El Antidependiente es el perfil de la espontaneidad: juguetón, caprichoso, comunicativo… Un espíritu libre que necesita una pareja que no le exija demasiado y respete su individualismo. El perfil Crítico es un amante de los valores tradicionales, las normas y las leyes. Tiene un sentido de la rectitud muy desarrollado y eso a veces le provoca ansiedad y necesita una pareja a la que cuidar, proteger y que lo admire. Y por último, al perfil Ponderado le gusta separar sus emociones de sus acciones, por eso no es impulsivo sino reflexivo. Se muestra auténtico en sus sentimientos y opiniones sin esconderlos ni juzgar los ajenos y necesita una pareja que se adapte bien a los cambios, sea muy autónoma y con la que conversar amistosamente y sin prisas.
¿Y el perfil se puede cambiar? ¿O uno ya es así para toda la vida? ¡Claro que se pueden cambiar! En eso consiste el crecimiento personal, en suavizar los rasgos del propio perfil o transformarlo en otro si está generando muchos problemas en la vida del individuo. De hecho, cada perfil es producto de un aprendizaje, el que hicimos interactuando con nuestra familia y amigos y observando cómo a la vez aquellos interactuaban entre sí. Así es como uno aprendió lo que puede esperar de la vida, de la gente y de sí mismo a la vez que aprendió a entenderse con ellos de una determinada manera. Y de igual manera puede volver a aprender lo que es la vida, la gente y el valor de sí mismo y desarrollar otras maneras de comunicarse con su entorno. Para eso justamente sirven las crisis personales que tenemos en la vida y a eso nos lleva de forma irremediable una crisis aguda de pareja, a preguntarse por el otro pero, sobre todo, por uno mismo. Espero que la descripción que a continuación haré de cada perfil te ayude a reflexionar sobre el tuyo y su compatibilidad con una vida relacional sana y de calidad con tu pareja.
Los perfiles pueden ser más o menos «puros» según la cantidad de respuestas escogidas de una misma opción. Por ejemplo, si alguien ha obtenido mayoría de respuestas «a», y teniendo en cuenta que el cuestionario tiene en total nueve preguntas, ese perfil será muy severo si ha elegido ocho o nueve respuestas «a», será un perfil moderado si solo ha elegido seis o siete respuestas «a» y en cambio será un perfil más bien suave (aunque todavía dominante frente a los otros perfiles) si solo ha elegido cuatro o cinco respuestas «a». Es decir, que puede ser un perfil sumiso muy severo (o puro), moderado o suave en sus atributos.

Descubriremos la compatibilidad que podemos esperar entre
dos perfiles de amantes, explicaré el tipo de convivencia resultante entre ambos y, lo más importante, daré claves para que ambos sepan lo que pueden esperar el uno del otro y puedan mejorar su compatibilidad o bien reforzar la calidad de la relación en caso de que su compatibilidad ya sea alta.
Sea cual sea tu perfil, recomiendo leer las características del perfil ponderado así como su compatibilidad con los otros perfiles, ya que este en concreto posee cualidades que le permiten hacer de la convivencia en pareja una tarea fácil y por tanto todos, sea cual sea nuestra personalidad, podemos aprender mucho de él.
Por último, quiero dejar claro una cosa. No hay perfiles «buenos» y «malos», todos son bellos, repito, todos son extraordinarios y todos tienen su parte «oscura» que los hace, digamos, «complejos» a la hora de amar y convivir. Espero que identifiques el tuyo y que le saques todo el potencial que guarda dentro.

Desarrollaremos las características de los cuatro perfiles en la pareja el Sábado 4 de julio a las 17.00 hrs. Pueden inscribirse por aquí o por las redes y celular.

 

Tengan sus encuestas listas !!