Para ser atraído hacia la dimensión espiritual has de haber fracasado profundamente a algún nivel o haber experimentado una gran perdida o dolor.
O tal vez tu propio éxito se ha vuelto vacío y carente de sentido, convirtiéndote así en un fracaso
Ekhart Tolle
Esa decepción que experimentas cuando las cosas no salen como quieran … Sé consciente de ella ! Eso es libertad.
Anthony de Mello
La Curación Cuántica es una potente herramienta para sosegar el dolor psicológico. Al igual que la disonancia física, la discordancia psicológica también puede eliminarse instantáneamente. El dolor psicológico puede tener sus raíces muy hundidas en lo que la mente percibe como el pasado. La Curación Cuántica no reconoce el pasado, ni siquiera el futuro. Ambos conceptos son ilusiones y atan la mente a la espiral descendente de la entropía. Es decir, el fluir del tiempo es creado en la mente.
Esta fijación por lo que fue y lo que será planta la semilla de la enfermedad psicológica. Esta semilla puede germinar y florecer bajo la atenta mirada del padre tiempo.
Según la Física Cuántica, el tiempo no fluye. Las agujas del tiempo apuntan en la dirección de la descomposición. Las manecillas señalan pero no se mueven, de manera muy parecida a como la aguja de la brújula señala hacia el norte pero no se mueve en esa dirección. Lo que crea la ilusión del tiempo en el barrido de nuestra conciencia. Esto es lo que quiero decir, me encanta ir al cine, durante un par de horas me sumerjo por completo en la ilusión que se desarrolla en la pantalla. Cuando entro en la sala, dejo mi vida cotidiana atrás. Aunque la película sea únicamente un parpadeo de luz y sombra, representa la gran ilusión que denominamos vida real, que no espera al otro lado de las puertas del cine.
La ilusión del movimiento se crea en nuestras mentes cuando el pensamiento oscila entre pasado y futuro. Los pensamientos sobre el pasado y futuro construyen un puente mental que cruza encima del eterno presente de conciencia pura. Nuestra conciencia revolotea de pensamiento en pensamiento saltándose la conciencia pura en medio. Es como ver una película. La película es una larga tira de imágenes o viñetas. En un único segundo se proyectan 24 imágenes fijas sobre la pantalla. es una velocidad superior a la velocidad con que nuestros cerebros pueden procesar cada imagen, y por lo tanto nos da la impresión de estas imágenes fijas tienen movimiento. Es muy curioso. Vemos movimiento donde no existe. Esa es la ilusión que produce una película.
De la misma manera, el tiempo es la ilusión que la mente produce. Los pensamientos son como las imágenes de la película. Como recordarás, aquellos se separan de la consciencia pura y llegan a nuestra pantalla de conciencia. Lo hacen con tal rapidez que dan la impresión de moverse, igual que las imágenes de una película. Esa ilusión de movimiento es lo que denominamos tiempo.
Cuando pensamos acerca de acontecimientos futuros nos estamos trasladando adelante en el tiempo. Cuando repasamos nuestros recuerdos nos atrasamos en el tiempo. Todo este movimiento tiene lugar en la mente. No existe en ningún otro lugar del universo excepto en ella. Aunque da la impresión de ser de otro modo, tu tiempo, tu futuro y tu pasado no son compartidos por nadie más.
El proyector cinematográfico funciona según un principio muy simple. Se emite una potente luz blanca a través de la película, creando una imagen en la pantalla del cine. El movimiento de la película, imagen tras imagen, a través de la luz, crea en la pantalla la ilusión de movimiento, la audiencia presencia con satisfacción el desarrollo de la trama y a los actores, olvidando que no son más que luz y sombra creadas por la potente fuente de luz emitida a través de la película en la parte de atrás del cine. reímos y lloramos como si la ilusión fuese real.
Nuestra vida es igual que una película. Se desarrolla pensamiento a pensamiento, minuto a minuto, años tras año. Nosotros, la audiencia, nos absorbemos totalmente en el drama de nuestra propia vida. Nos preocupamos por las cuentas pendientes de pago, nos encanta la casa nueva, vemos crecer a los niños y contemplamos nuestra propia muerte. Al igual que en una película, nuestras vidas son una ilusión, un juego de luces y sombras. No me malentiendas, nuestras vidas existen, pero no de la manera en que las imaginamos. Esta identidad equívoca causa un sufrimiento abrumador que no hace más que aumentar con cada generación.
La Curación Cuántica detiene la mente en seco. Hace que ponga atención al aquí, arrebatándole su preocupación por el pasado y el futuro, quitándole su culpabilidad y su rabia, su ansiedad y su miedo. Cuando triangulamos disonancias psicológicas emitimos sobre ellas la resplandeciente luz de la conciencia pura(Observador/ Consciencia ). Ello nos saca inmediatamente de nuestra película. Nos aparta momentáneamente de la pantalla y nos coloca en la audiencia. Desde allí podemos observar las emociones y sucesos discordantes con una calma y claridad (INTUICIÓN ) sanadoras.
La película de nuestra vida continúa desarrollándose como antes pero sin la influencia de esas emociones prejudiciales y angustiantes.
La intuición no es algo que se pueda explicar científicamente porque el mismo fenómeno no es algo científico sino irracional. El
fenómeno mismo de la intuición es irracional. Al hablar, parece
adecuado preguntar: «¿Se puede explicar la intuición?» Sin embargo, esto quiere decir: «¿Se puede reducir la intuición al intelecto?»
Y la intuición es algo que va más allá del intelecto, algo que no pertenece al intelecto, algo que proviene de algún lugar donde el intelecto se encuentra totalmente desarmado. De modo que el intelecto puede sentirla, pero no la puede explicar.
El salto de la intuición se puede sentir porque existe un vacío.
La intuición se puede sentir a través del intelecto -se puede notar
que ha ocurrido algo- pero no se puede explicar porque la explicación necesita una causalidad. La explicación significa responder a
estas preguntas: dónde tiene lugar esta, por qué tiene lugar, cuál es
su causa. Proviene de otro lugar, no del intelecto; de modo que no
hay una causa intelectual. No existe una razón, un lazo, una continuidad con el intelecto.
La intuición es un nuevo territorio de acontecimientos que no
tiene ninguna relación con el intelecto a pesar de que pueda impregnar el intelecto. Hay que entender el hecho de que una realidad superior puede impregnar una realidad inferior pero lo inferior
no puede penetrar lo superior. Así, la intuición puede impregnar el
intelecto porque es algo superior, pero el intelecto no puede impregnar la intuición porque es inferior.
Al igual que tu mente puede impregnar tu cuerpo pero tu
cuerpo no puede impregnar tu mente, tu ser puede impregnar la mente pero la mente no puede impregnar el ser. Por eso, si te estás encauzando hacia el ser, te tienes que alejar tanto del cuerpo
como de la mente. Estos no pueden penetrar un fenómeno superior.
Si sientes que lo que
no puede ser explicado a través del intelecto no existe,
quiere decir que eres un «no-creyente».
Continuarás en esta existencia inferior del
intelecto, apegado a ella. De esa manera,
obstaculizas el camino al misterio, impides que la
intuición te hable.