La Descodificación Biológica Original
Elementos Básicos
Primum non nocere
(Lo primero es no hacer daño)
Tomemos la expresión latina con la que iniciamos esta lección, primum non nocere para recordar la importancia de conocer los fundamentos de la Descodificación Biológica Original en relación a la salud y la enfermedad.
Mantenernos fieles a estos principios nos ayudará a ver la perfección que existe en el sistema psique-cerebro-órgano y evitar así provocar un daño mayor, tal y como ocurre con los efectos secundarios de diversos tratamientos o con la activación de miedos.
Tríada psique-cerebro-órgano
Si una persona presenta una enfermedad o síntoma es porque su cerebro ha considerado que eso es necesario para la supervivencia del individuo.
Desde el instante en que la manera de vivir de nuestra psique es creer que está frente a un gran peligro, nuestro cerebro también se pone en alerta. La importancia de todo esto es que el cerebro detecta de forma muy precisa la manera de vivir la situación de conflicto biológico y acierta a la perfección al dar la orden a la célula que por excelencia podrá evacuar el estrés vivido.
Retomemos paso por paso la secuencia lógica del proceso llamado enfermedad o Programa Biológico de Supervivencia (PBS).
Manual Depresion y Ansiedad ES 2023 Manual
El Conflicto Biológico
Antes mencionábamos el concepto conflicto biológico, dos palabras que parecen remitir a algo muy complejo, pero que en realidad no lo es. También es llamado instante de choque biológico o bioshock. En primer lugar, debemos destacar que en Descodificación Biológica Original estamos hablando de biología. Es fácil caer en la confusión de pensar que, como nos referimos a la conexión entre lo que experimentamos -nuestra mente- y las enfermedades -nuestro cuerpo-, estamos ante un conflicto psicológico. Pero no es así, es un choque que va mucho más allá y que es más profundo, ya que habla de una función biológica alterada. Podríamos decir que cuando hablamos de conflicto biológico nos estamos refiriendo al impacto que tiene en nuestras células la situación que nos desestabiliza, el evento al que hacíamos referencia antes. Esta energía que producimos se desplaza hasta lo más profundo de nuestro cuerpo y sobresalta nuestra biología, no nuestra psique.
También suele llamarse choque o conflicto emocional porque guarda la memoria de una determinada emoción. Sin embargo, quisiera aclarar que no se trata de una emoción sino de una necesidad biológica descubierta. En palabras del Dr. Hamer (2011), en su libro El testamento de la Nueva Medicina Germánica, suele confundirse con emoción porque: “Si se toca el argumento del DHS de una persona, a ésta normalmente se le viene las lágrimas a los ojos, signo de su carga emotiva.”
Hay claras diferencias entre un conflicto biológico y un conflicto psicológico:
Conflicto BIológico vs Conflicto Psicológico
Es importante destacar que no toda situación emocional o de estrés que vivamos supondrá un choque o conflicto biológico. Sólo aparece si se presentan cuatro condiciones: debe ser una situación inesperada para la que no se tiene un recurso, dramática, sin solución y que se ha vivido en soledad sin haber podido expresar el sentir profundo o la emoción visceral asociada al evento. Si se vive una situación inesperada, pero se cuenta con los recursos, la persona podrá responder y la vivencia no será dramática por lo que ya se desactivará uno de los componentes del choque biológico.
Expresar es una condición humana. Expresar es una medida práctica para evacuar el estrés o tensión. Algunas personas dicen, “me gustaría tener una pareja para compartir lo que me ocurre cada día” o “son muy buenos amigos con los que compartimos todo”. Es natural poder hablar y quizás los otros solo nos escuchan, nos acompañan con su presencia tranquila o nos muestran otro lado de la experiencia que no podíamos ver. Ese compartir en muchos casos ya es sanador porque facilita la evacuación del estrés y resignifica las historias vividas.
“Una alegría compartida se transforma en doble alegría; una pena compartida, en media pena.” Proverbio Sueco.
A veces no hay un único conflicto biológico, sino una sucesión de pequeños conflictos ligeramente traumatizantes que pueden pasar desapercibidos por tener una carga emocional pequeña, pero que quedarán registrados a nivel inconsciente.
La sumatoria de pequeños conflictos que podemos llamar “gota a gota”, podría estar en la base de un síntoma. ¿Cómo? Se van presentando situaciones desestabilizantes poco a poco hasta que un día se acaba manifestando en una enfermedad que será la expresión de lo acumulado. Sin embargo, como hemos mencionado, puede ser que la solución sea diferente para cada persona. Scoot y Stradling (1992) le llaman trastorno de coacción prolongada de estrés o TCPE.
A modo de ejemplo, podría darse el caso de que alguien se ve sometido a ligeras pero regulares situaciones de menosprecio verbal que le hacen sentirse desvalorizado, un tipo de conflicto interno que da lugar a un proceso óseo.
Por otro lado, también podría vivirlo como “tengo que resistir esta lucha constante”, lo que podría ser el origen de un desajuste insulínico. Es como si a pequeñas dosis se hubiera acumulado el sentir de “no llego al rendimiento” que afecta a los huesos o el sentir de resistir y para poder hacerlo se ha de acumular glucosa en la célula.
Psique
La manera de reaccionar ante distintos eventos en la vida viene condicionada por nuestros aprendizajes, que no se adquieren únicamente por experiencia propia, sino que también incluye la información que recibimos de padres y de ancestros. La sumatoria de todo ello es lo que moldea nuestra personalidad. En el momento del conflicto biológico podemos encontrar una solución consciente a lo que nos está ocurriendo y sentir que ese es el resultado apropiado. De esa forma el cerebro ni tan siquiera detectará la situación como un problema.
Veamos varias opciones de respuesta posibles según las experiencias que tuvo María en su sistema familiar. Si ella dispone de otra suma de dinero que ha ido ahorrando y encuentra una casa apropiada, o si alguien le hubiera prevenido de lo que ocurría con antelación, podría responder a su tía y plantear varias situaciones como exigirle el dinero, pactar un plazo de entrega de la cantidad acordada u olvidarse. También podría sentir que puede obtener el dinero por otras vías, o cualquier otra acción que para ella suponga una solución. En este caso, no lo vivirá de manera dramática y, si cuenta con un recurso, fortaleza o aprendizaje interior, la charla con la tía quedará en una anécdota quizás desagradable, pero no tendrá como resultado una enfermedad porque será un conflicto psicológico.
También puede ocurrir que la solución al conflicto llegue rápidamente, ya sea desde el exterior (en el ejemplo de María, su tía podría decirle que no dispone del dinero en ese momento pero que en los próximos días se lo devolverá) como que ella misma lo viva de tal manera que modifique el estrés que se ha producido (por ejemplo, pensando que ha sido un pago por todo el tiempo que su tía se ha dedicado a ella desde la muerte de su madre).
La solución puede estar en el exterior o en el interior de la persona.
Tal vez el resultado sea que no hay ninguna solución para la vivencia, pero entonces puede darse el caso de que la persona hable y la comparta descargando así el dramatismo de este acontecimiento y haciendo que pierda su virulencia. Si María tiene confianza en su tía y le habla desde el corazón expresando lo que sintió en el mismo instante de su conversación y encuentra las palabras exactas de su vivencia profunda, también desactivará parte de la tensión del momento conflictual.
Contar con recursos interiores desactiva la intensidad del choque biológico.
La preparación para conducir con seguridad va más allá de las clases para poder obtener el permiso de conducir. Consiste en sumar recursos y ponerlos en marcha en caso de que sean necesarios en el ámbito de la conducción. Por ejemplo, en estas clases se explica que, si un choque entre coches es inevitable, es mejor hacerlo de frente que frontolateral, ya que se prevé que
las consecuencias serán menores. Una persona, después de hacer este curso, se encuentra en una curva con un coche que viene directo a su lateral y en segundos es capaz de decidir lo que le salva la vida: enfrentar al otro, ya que no tiene otra escapatoria hacia los laterales. Pasada la colisión, baja del coche en medio de la confusión y se da cuenta de que su rápida reacción le ha salvado la vida. Ha contado con un recurso, lo ha puesto en marcha y ha conseguido la supervivencia.
Ocurre de igual manera cuando en la vida contamos con elementos suficientes que nos ayudan a pasar por experiencias y salir sanos en el sentido más literal de la palabra.
En el momento del choque biológico se acumula una carga de energía en nuestro cuerpo que busca una vía de salida y necesita expresarse para poder ser liberada. Las formas por las que esa energía puede evadirse son muchas y muy variadas: la expresión de la vivencia profunda (no se consigue este resultado si lo que se expresa es la anécdota o historia), el revivir las sensaciones corporales del momento o hablar del incidente hasta liberar la carga acumulada. Cuando la sabiduría de nuestro inconsciente no consigue salir, buscará librarse de ese peso de muchas maneras como a través de los lapsus o sueños que tengamos, errores que cometamos, actividades que
necesitemos hacer o gestos repetidos.
Es importante destacar que cualquier acumulación de estrés específico con carga emocional no expresada se guarda en la memoria corporal hasta el instante en que, cuando menos se lo espera la persona, la energía potencial consigue salir. Cuanto más grande sea la intensidad del shock o la duración de la exposición a la situación de estrés, más aumentará la llamada masa conflictual, es decir, la cantidad de energía almacenada que debe ser liberada.
Volveré a tomar como ejemplo el caso de María. Si el conflicto que vive hubiera sido sentido como un malestar indigesto, es probable que hubiera tenido unos días mala digestión, alguna molestia estomacal o vómitos. En cambio, cuando la sensación es de tener que eliminar algo sucio y hacerlo de forma rápida el síntoma podría ser una diarrea. Para María la vivencia debió de ser intensa para ella porque la consecuencia en su cuerpo ha sido generar más y más células con el objetivo de ayudar a destruir el estrés del bocado que le han quitado de mala manera.
La psique determina la forma en que reacciona la persona y le da un sentido al acontecimiento, lo que hará que el estrés impacte en un órgano o en otro. Ningún acontecimiento tiene un sentido en sí mismo, sino que es el inconsciente de la persona el que le otorga el significado y eso hace que tengamos un comportamiento o una reacción determinada.
Por ejemplo, una noche María se encontró sola cuando se despertó. Su madre había salido a buscar pan para prepararle un bocadillo para el día siguiente. Fueron cinco o diez minutos en los que María sintió terror y se quedó paralizada. También pudo sentirse abandonada, separada de su madre, con impotencia, con culpa (“merezco ser abandonada porque hoy me enfade con mamá”), desprotegida o de muchas otras maneras. Cuando su madre regresó, María sintió un profundo alivio y al día siguiente se levantó con disfonía: no podía hablar. Es la fase de reparación ante un conflicto de pánico, terror o fuerte miedo.